El contragolpe constitucional no significa renunciar a la participación electoral, sino insertarla dentro de la estrategia para la toma del poder.
Jesús Antonio Petit Da Costa
Venezolanos: La reversión del comunismo a la democracia para retomar el sendero abandonado exige una hoja de ruta que nos lleve con celeridad a la República del Bienestar, insertando a Venezuela en la sociedad del conocimiento, que es la etapa histórica con que se ha iniciado el tercer milenio.
Para elaborar la hoja de ruta distingamos entre el acceso al poder y la toma del poder. Se accede al poder por la vía electoral. Se toma el poder mediante el contragolpe constitucional ordenado por la Constitución. En una democracia se accede al poder, puesto que rige el principio de alternabilidad que se hace efectivo con elecciones justas y transparentes. No se justifica otra vía. En una tiranía narco-comunista, por añadidura copiada de la cubana, no hay para los demócratas posibilidad de acceso al poder porque la vía electoral está bloqueada. No existe la alternabilidad, sino la reelección indefinida del tirano enmascarada con una farsa electoral.
Maduro y Cabello lo dicen: no nos vamos por las buenas. Conclusión: sólo hay una vía, el contragolpe constitucional que ordena la Constitución para echarlos por las malas»
En una tiranía narco-comunista sólo hay una vía para la oposición democrática: tomar el poder, dando el contragolpe constitucional. No significa renunciar a la participación electoral, sino insertarla dentro de la estrategia para la toma del poder. ¿Cómo? Ya lo he dicho: se aprovecha la campaña electoral para la movilización del pueblo, se lo organiza y se lo prepara para el desenlace. Se asegura la candidatura de oposición y después de asegurada se va creando el clima emocional para la batalla final contra la tiranía.
Es necesaria nuestra liberación del yugo colonial cubano, somos la única colonia existente en América”
En Venezuela no está planteado un simple cambio de gobierno, eligiendo un nuevo presidente porque no es posible por las buenas. Está planteado un cambio de sistema, único modo de que haya alternancia en el poder, por lo cual hay que tomar el poder. Pero no sólo para hacer un cambio de sistema político, de tiranía militar a democracia civil, como sucedió en Venezuela después de Pérez Jiménez, en Chile después de Pinochet y en España después de Franco. Es algo distinto y de mayor entidad. Hay que cambiar el sistema comunista a la cubana, que ha desarticulado la economía y generado la descomposición social. Es, pues, un cambio, no sólo político, sino económico, de una economía comunista al estilo cubano a una economía de mercado, como la existente en todo el mundo globalizado. Lo planteado es todavía más: un cambio cultural del parasitismo clientelar y de la inversión de valores a un paradigma de superación mediante la educación y el trabajo como valores superiores de la sociedad venezolana, en función de los cuales se cuida de la salud. Este es el verdadero desafío a enfrentar para poder construir una nueva democracia, la República del Bienestar, sobre bases sólidas, una nueva economía adecuada al avance vertiginoso de la sociedad del conocimiento y una nueva sociedad sustentada en principios y valores.
LIBERACIÓN NACIONAL
El cambio de sistema asume además entre nosotros un carácter que no tiene antecedente en doscientos años de historia republicana. Es nuestra liberación del yugo colonial cubano, algo insólito e inconcebible, que ha hecho de Venezuela un museo de antigüedades: somos la única colonia de otro país existente en América cuando el colonialismo había desaparecido en este continente hace 200 años y además una colonia narco-comunista para mayor desajuste de tiempo histórico, porque no se trata de una dictadura clásica del proletariado, sino una tiranía de bandas narco-criminales, impuestas por la desviación ideológica en la cual ha caído el neo-comunismo a la cubana. Cambiar de sistema implica forzosamente romper con la Cuba comunista y ponerle fin a la sujeción ignominiosa a la cual estamos sometidos. Entonces no sólo se debe hacer el cambio del sistema político, del sistema económico y de la cultura que los sustenta, sino también la liberación de la dominación colonial, evidente con la servidumbre a la monarquía comunista cubana que mantiene una presencia determinante con agentes suyos en la administración civil, en la fuerza armada y en los ejércitos irregulares llamados milicias, así como en la captación y dotación de las bandas armadas de delincuentes o colectivos, su fuerza para-militar.
Es utópico pensar en que podamos repetir la estrategia de toma del poder en sentido inverso como la practicada por los agentes cubanos que nos gobiernan: ganar elecciones y luego acabar con el sistema. Es imposible porque los tiranos no son ingenuos como fueron los demócratas, ni van a caer en la trampa que ellos inventaron. Ellos mismos lo dicen: no nos vamos por las buenas. Conclusión: sólo hay una vía, el contragolpe constitucional que ordena la Constitución para echarlos por las malas. Sólo tenemos la alternativa de tomar el poder aprovechando estas tres circunstancias coincidentes: descontento general, impopularidad total del Tirano (Maduro no tiene pueblo-9%) y agitación electoral con el fin de crear las condiciones y el clima emocional para que las elecciones sean el detonante del contragolpe constitucional. No hay otra.
petitdacosta@gmail.com