En letra pequeña se insiste hasta la saciedad en el sometimiento de ambas partes a la legalidad chavista.
Humberto González Briceño
El régimen chavista y su falsa oposición colaboracionista se burlan una vez más de los venezolanos. Ambos grupos son los responsables solidarios de la desgracia nacional y hay que señalarlos como tales, sin ninguna contemplación. El reciente acuerdo suscrito entre el chavismo y la MUD es una evidencia más de que Venezuela jamás tendrá destino mientras su futuro se decida en una partida de baraja.
Se impone un análisis del contenido y el contexto que rodea a este acuerdo que pretende ser justificado como un logro de proporciones épicas cuando en realidad lo que contiene son formas retóricas para disimular la traición a la nación venezolana.
Lo primero que hay que decir es que no resultó fácil obtener una copia de los Acuerdos suscritos entre el régimen chavista y la falsa oposición en Barbados. Tomando en cuenta que allí se tomaron decisiones que afectan a millones de venezolanos esos textos han debido ser del conocimiento público inmediatamente luego de su firma. Pero no fue así. A cuentagotas y juntando párrafos dispersos de cables internacionales más o menos los venezolanos pudimos conocer qué acordaron el régimen y su oposición colaboracionista. A ambos factores les conviene ocultar el texto íntegro de lo acordado, pero por razones distintas.
Al chavismo le conviene para alimentar la desinformación en torno a lo que allí se acordó y a la falsa oposición le sirve que no se pueda apreciar en su totalidad la vaguedad y ambivalencia de lo acordado porque simplemente se sometería al ridículo colectivo. Finalmente y gracias a uno de los portales que actúan en combinación con la falsa oposición pudimos obtener una copia de los documentos que firmaron chavistas con falsos opositores y que deberían ser del más amplio dominio público.
Según parece se firmaron tres acuerdos, pero solo se conoce con certeza de dos. Uno referido al asunto político-electoral y otro al asunto del Esequibo. Lo que resalta en estos dos documentos es la profusión de generalidades y promesas amplias e indeterminadas sobre temas diversos. En un lenguaje florido se hacen proclamas de buenas intenciones, sin que se anuncien acciones concretas ni mecanismos para su ejecución y verificación.
El documento que se refiere al asunto del Esequibo hace toda una declaración de apoyo a la postura fracasada del régimen chavista en la materia, pero que ahora tendría el más absoluto apoyo de la falsa oposición en nombre de un supuesto patriotismo. Suponemos que la iniciativa del régimen de incluir el tema del Esequibo en los acuerdos es dejar desde ya plantadas las bases para forzar a la falsa oposición a apoyar el referéndum consultivo que en cualquier momento convocará el régimen.
Esto es clave para el chavismo porque tras la convocatoria a este referéndum lo que en realidad se persigue es diluir a la oposición y poner a quienes no lo apoyen en posición de antipatriotas y sujetos a persecuciones y encarcelamientos. Más que un acto de apoyo a la recuperación del Esequibo ese referéndum está concebido como un acto de apoyo al régimen y esto queda amarrado en los acuerdos de Barbados.
El acuerdo relativo a lo político y electoral está lleno de enunciados generales para establecer garantías de transparencia sin que existan mecanismos para ello. Se alude a la depuración del registro electoral, las auditorías antes y después de las elecciones, la igualdad de oportunidades para todos los candidatos y partidos…todo con arreglo a la Constitución chavista de 1999, a lo que establecen las leyes (chavistas) y los poderes públicos (también chavistas).
En otras palabras, las generalidades enunciadas en ese acuerdo dependen de la voluntad y misericordia de una sola de las partes: El régimen chavista. Allí no se tocaron temas claves como la condición y/o liberación de los presos políticos militares, quizás por ser un sector que sí ha logrado poner al régimen contra la pared en varias oportunidades. Es cierto que aunque no se habló en términos concretos de liberación de presos políticos en las horas siguientes a la firma de estos acuerdos han sido liberados varios presos políticos civiles. Por supuesto, todos ellos, sin excepción han agradecido la bondad y magnanimidad del régimen convirtiéndolos en confiables agentes de propaganda para avalar el blanqueamiento del chavismo.
A cambio de comprometerse a nada concreto el régimen chavista logra su presa más preciada: Que los Estados Unidos formalice la suspensión de las sanciones, con el aval de la falsa oposición colaboracionista. Decimos que formalice porque estas sanciones no existían en la práctica y su impacto fue mínimo. Pero ahora el chavismo dispondrá de por lo menos 6 meses para aprovisionarse de más recursos y equipamiento militar para continuar en su política de mantenerse en el poder linchando a la población civil desarmada.
Una vez más el chavismo logra lo que quiere, de la mano de la falsa oposición. Gana tiempo en una negociación que le permite seguir en el poder desarticulando sanciones económicas en su contra las cuales sería muy difícil reactivar una vez que se llegue al convencimiento que no han cumplido su parte en un acuerdo de por sí vago y ambiguo. La clave de este acuerdo que la falsa oposición no quiere difundir está en la letra pequeña del contrato y en lo que deliberadamente no se dice.
En letra pequeña se insiste hasta la saciedad en el sometimiento de ambas partes a la legalidad chavista y en cumplir los lapsos electorales según el cronograma “Constitucional”. Insistimos y subrayamos “Constitucional”. Porque esa, la forma Constitucional, será, ultimadamente, la salvaguarda que le permitirá al chavismo invocar un pretexto para volver a salirse de los acuerdos. Igualmente la ausencia de medidas concretas para materializar la promesa genérica de condiciones y garantías electorales así como la ausencia de mecanismos para su ejercitación solo pone en evidencia la magna entidad de la estafa.
Desde ya advertimos que en no más de 6 meses, una vez que el chavismo se encamine a perpetrar y en efecto ejecute su nuevo fraude electoral, tanto el gobierno norteamericano de Joe Biden como la falsa oposición se lamentarán amargamente para en tono de disculpa decir que fueron engañados por el chavismo. Como si fuese la primera vez. Como si fuese la última…