El silencio cómplice del Poder Público nacional y el comportamiento del CNE y el Ministerio Público al margen de la ley, demuestran, una vez más, que la institucionalidad es una chatarra oxidada y putrefacta.
Celestino Aponte
Una primera y básica valoración de la jornada electoral celebrada el pasado 28 de julio arroja resultados alentadores, por una parte, y preocupantes al mismo tiempo. Esquemáticamente, podemos describirla así:
1. Sin lugar a dudas una vigorosa e indiscutible victoria electoral de Edmundo González Urrutia. Con el 73 por ciento de las actas de las mesas electorales totalizadas, González obtuvo el 69,46% de los votos y el candidato del continuismo alcanzó el 34,56 % de la votación. Datos suficientemente documentados y verificables.
2. Los resultados electorales suministrados por el innombrable presidente del cne (en minúsculas) son falsos y denotan un delito electoral sin precedentes en Venezuela.
3. El silencio cómplice de instituciones del Poder Público nacional y el comportamiento al margen de la ley tanto del cne como del Ministerio Público demuestran, una vez más, que en el país la institucionalidad es una chatarra oxidada y putrefacta.
4. Deja en evidencia que el PSUV es una entelequia. Realizó una campaña electoral con los recursos del Estado, en un contexto de censura al liderazgo de la oposición, brutal represión a los activistas de la campaña electoral de Edmundo, chantaje a los vecinos de los sectores sociales más vulnerables económicamente hablando y un sin fin de abusos y atropellos, y pierde las elecciones por paliza.
5. La FAN atrapada en el dilema shakespeariano: estar al servicio de la Nación acatando, respetando y haciendo respetar la voluntad soberana del pueblo o acatar órdenes ilegales provenientes de «arriba» que la someterían al desprecio público.
6. La ciudadanía venezolana ha reaccionado con valentía y sobrado coraje al intento de los rufianes de despojarla de su sagrado derecho a elegir. Todos los estratos sociales de todo el territorio nacional ha desafiado la brutal represión del régimen y, muy especialmente, la población de la tercera edad.
7. La comunidad internacional, salvo países donde imperan regímenes autoritarios y abiertamente antidemocráticos, ha repudiado la intentona de fraude y se ha solidarizado con el pueblo de Venezuela.
8. A dos días de la intentona fraudulenta, de la brutal represión y de las torpes comparecencias públicas de Maduro, William Saab y Jorge Rodríguez el país está en una encrucijada que afortunadamente tiene una salida política y pacífica. Salir exitosamente de esta situación depende de la voluntad política de los actores en disputa y, especialmente, de lo que queda de racionalidad en el presidente saliente. El recuento de las actas, auditoría y verificación de las mismas en la oficina con la competencia para tal función con la presencia de los testigos de los candidatos de la oposición democrática y veedores nacionales e internacionales. Sumado al compromiso de todos de acatar esos resultados.
De lo contrario, me temo que a Maduro lo espera el camino de Milosevic en Serbia después del intento de fraude en el año 2000 o, al menos, la suerte del dictador Pérez Jiménez después del fraude del 15 de diciembre de 1957 en Venezuela.