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La resistencia democrática no cede

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El grupo que tiraniza a Venezuela no podrá inhibir las ansias de libertad y sosiego de los venezolanos

Otto Jansen M.

Las constantes detenciones arbitrarias, las desapariciones que viene haciendo el régimen bolivariano a ciudadanos vinculados con Ongs, a pequeñas organizaciones políticas o a dirigentes relacionados, a su modo, con la lucha social, tal es el caso de lo que queda de gremios, sindicatos, luchas comunitarias, o de periodistas y comunicadores que cumplen con su trabajo. Además, de mostrar la catadura inescrupulosa de la cúpula chavista ¿No indica acaso que la sociedad venezolana no está paralizada, ni le teme a la campaña del miedo que implementan los gobernantes para entronizarse en el poder?

  Hemos venido sosteniendo, basándonos en el acontecer diario de la gente en los municipios, ciudades y regiones de Venezuela, que la realidad de lo que son los sentimientos nacionales, las aspiraciones y las carencias a las que se encuentra sometido la población, se han vuelto irreconocibles para las autoridades de facto y para grupos políticos desfasados, conjuntamente con expresiones de las elites que viven una normalidad que nada tiene que ver con lo que los ciudadanos de a pie construyen a cada paso de las semanas y los meses para su supervivencia.  Esto permite, de alguna manera, la ilusión  del cálculo político ( del poder y sus colaboracionistas), del control de  los hechos y  eventos (vaivén de la existencia imposible de atajar con fórmulas y decretos), y se  pretendan imponer prefabricadamente –  como  en sociedades totalitarias de otras décadas — desde maromas y escenografías que,   en el caso de las realidades venezolanas,  visto lo que la gente ha construido y edificado en los últimos meses (en función del cambio y la transformación de la sociedad), no tenga asideros ni bases sólidas; mucho menos la  posibilidad de instaurar, en el tiempo inmediato al menos.   Existe un tejido social activo en su inconformidad y en la irritación contra los abusos y la persistente conducta de burla para la población hacia sus deseos de bienestar, tranquilidad, respeto a los derechos y el mayor de los ejercicios en la institucionalidad y la democracia que ahora no existen.  Hay una movilización atenta y silenciosa de los venezolanos contra los obstáculos para rehacer la sociedad rota y regada por el mundo, teniendo presente, en relación a esta última, que gran parte de ella se  encuentra en circunstancias de apremio e indefensión.

Esta condición con visos de consolidación en los sectores sociales que se ocupan  de su propio destino es lo que se hará evidente con el rechazo e indiferencia  en las oportunidades en las que se violente su presencia colectiva (caso de opereta electoral del 25 de Mayo),  sin que para tales ceremonias haya motivos, beneficios  o razones sustanciales para  el protagonismo cívico. Hasta que no reaparezca la institucionalidad y el Estado de derecho, no habrá  espacio serio, consistente y con fundamentos para las organizaciones y el fortalecimiento de la opinión pública, entendida como articuladores,  forjadores de libertad, democracia y desarrollo económico en las comunidades del territorio venezolano. No es ni siquiera haya desentendido con el acto bufo, grotesco, tal como es la percepción popular, es que la ciudadanía no tiene otro objetivo u otro camino distinto en medio de la violencia y crímenes de lesa humanidad del Estado socialista.  Nunca se apartara, se puede medir su determinación,  de la meta de  otorgarse la reconstrucción que proporcione la salud nacional  y la  normalización del tejido social destruido, como  en  las tareas y logros  que ahora son cargas, penosos  y pesados obstáculos en nombre de la más cruel  desfachatez revolucionaria de ostentación y riquezas.

  ¿Puede el grupo que tiraniza a Venezuela, pensar que con la actuación  policial y militar, recrudecida después del éxito de la operación “Guacamaya” van a inhibir las ansias de libertad y sosiego de los venezolanos? La resistencia democrática se hace desde las comunidades, desde los pueblos más apartados, desde las que fueron  las estructuras de gobierno, Consejos comunales, desde los prisioneros en las cárceles,  en los sectores profesionales, en sectores de viejitos y tercera edad, desde cada hogar, joven, ama de casa, profesional, vecino y vecina. Desde la presencia en el exterior.  La resistencia cívica no cede en Venezuela. Lo constataremos de nuevo con las trompetillas mayoritarias que ya se presienten para la farsa y el engaño que el oficialismo ha pensado concretar, en los próximos días.

@ottojansen

EL AUTOR es comunicador social y analista político venezolano, actualmente en Perú.