Una de las grandes paradojas de la crisis en Ucrania es que Rusia justifique el referendo en Crimea hablando de Kosovo, un territorio cuya independencia no reconoce.
BBCMundo.- El domingo, mientras los votantes en Crimea decidían por una gran mayoría separarse de Kiev y unirse a Moscú, el gobierno ruso publicó un comunicado en el que asegura que el referendo está «en línea con el precedente fijado por Kosovo«.
Este pequeño territorio en los Balcanes Occidentales declaró su independencia de Serbia en 2008. La independencia fue reconocida por buena parte de la comunidad internacional, pero Rusia la rechazó porque infringía la «integridad territorial» de Serbia.
Pero ahora Moscú defiende la autodeterminación de Kosovo y, de paso, critica a Occidente por tener un doble estándar: no apoya el proceso en Crimea, pero sí lo hizo en Kosovo.
En lo que se ha convertido en un espinoso debate legal, ¿por qué Rusia presenta a Kosovo como justificación y por qué Estados Unidos lo considera una excepción?.
Rusia utiliza el ejemplo de Kosovo porque le permite jugar dos cartas políticas a la vez: defender sus propias posturas y simultáneamente criticar a Occidente sobre esa independencia que dividió profundamente a Europa.
Para Estados Unidos, la diferencia radica en que Kosovo fue administrado por Naciones Unidas desde 1999 hasta su independencia en 2008.
El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, dijo la semana pasada que «si Kosovo es un caso especial, entonces Crimea también es un caso especial«.
Pero algo tienen en común: las potencias los utilizan como justificación según su propia conveniencia.
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