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El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, subrayó este miércoles que no aceptará una reforma constitucional que «liquide» la soberanía nacional de todos los españoles y permita la independencia de una región, en alusión a las pretensiones de los nacionalistas catalanes.
En una rueda de prensa, Rajoy se mostró favorable al diálogo con el Ejecutivo de la región de Cataluña y a satisfacer las «necesidades» de sus ciudadanos, pero advirtió que se opondrá a la celebración de un referéndum soberanista, pues expresó que el movimiento independentista catalán había fracasado y que la única manera de abordar el tema legal y responsablemente era a través de una reforma constitucional.
Aseguró que el proceso participativo por el que el domingo pasado unos 2,2 millones de catalanes quisieron expresar su deseo de decidir acerca de su territorio fue «un simulacro electoral», que no congregó a una mayoría de ciudadanos, ya que dos tercios de la población ni siquiera acudieron a las urnas.
El domingo pasado, los catalanes participaron en una encuesta simbólica, no vinculante, sobre si preferían ser independientes de España. Según los resultados, 80% de los votantes optaron por la independencia.
