El Tribunal Supremo de Justicia cumplió el presagio que tuvo el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, en la sesión extraordinaria de la tarde del viernes: «En cuestión de horas o días este país tendrá el nuevo CNE».
Solo bastaron horas para que el máximo tribunal ratificara, bien entrada la noche de este 26 de diciembre, como rectoras a Tibisay Lucena, Sandra Oblitas y colocara como nuevo rector a Luis Emilio Rondón (actual director de la Oficina de Participación Política y persona que agrada a la oposición y a la propia Lucena), según informa El Nacional.
La Sala Constitucional admitió la solicitud de declaratoria de omisión legislativa para designar a los rectores que pidió Cabello luego de que la oposición y el oficialismo no lograran el consenso constitucional requerido: el voto de las 2/3 partes de los diputados. El Centro de Estudios Políticos de la UCAB pidió temprano al TSJ que devolviera la decisión al Parlamento y así evitar imposiciones.
«Se declara la existencia de omisión por parte de la Asamblea Nacional de designar los rectores del Consejo Nacional Electoral conforme a las postulaciones realizadas por la sociedad civil», agrega la sentencia.
Como suplentes de Lucena, la Sala constitucional designó a Abdón Rodolfo Hernández y Alí Ernesto Padrón Paredes; como suplentes de Oblitas, a Carlos Enrique Quintero Cuevas y Pablo José Durán, y como suplentes de Rondón, a Marcos Octavio Méndez y Andrés Eloy Brito.
La propuesta de la presidenta del Comité de Postulaciones Electorales, Blanca Eekhout, para el CNE contemplaba a Lucena, Oblitas y Méndez como rectores principales y a Rondón como suplente de Méndez, pero el TSJ decidió colocar a Rondón como principal.
El máximo tribunal convocó para el lunes 29 a las 11:00 am a los rectores para su juramentación en el Salón de Audiencias de la Sala Constitucional del TSJ.
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Durán no quiere ser parte de la directiva del CNE
Tras su designación, Pablo Durán declinó a su designación por parte del Tribunal Supremo de Justicia como rector suplente del CNE. Durán escribe en una carta que publica La Patilla que se niega a que su nombre “sea utilizado para promover la división del país, atacar a organizaciones y personas serias dejando entrever negociaciones bajo mesa que no existieron”.