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La Torre de David: el barrio vertical más grande del mundo

Es una obligación moral, dignificar a los habitantes de la Torre de David lo más pronto posible

Se trata de una edificación que genera vergüenza y pena ajena para cualquier país pero sobre todo para los gobiernos que predican la reivindicación social de las históricamente multitudes excluidas. Un lugar así no debería existir luego de quince años de una proclamada revolución socialista. Recientemente se ha ventilado que un ministro designado para el urbanismo en Caracas, el periodista Ernesto Villegas, visita frecuentemente ese lugar a fin de explorar soluciones, sin embargo el asunto es sencillo, hay que terminar de construir ese edificio que por ahora es un monstruo infrahumano que degrada la dignidad de los individuos allí atrincherados, peor aún niños, niñas y adolescentes que crecen en ese infierno.

Estudiosos como somos, de la propaganda imperialista de los EEUU, era de esperarse que los del norte no dejaran pasar inadvertida esta tragedia de la desidia y la falta de solidaridad humana que por dos décadas ha permitido la existencia de este edificio. En efecto, los gringos meses atrás fabricaron una historia, irónicamente se llama “Homeland”, que en español significa Patria. Se trata de una teleserie producida por Showtime para la cadena Fox de EEUU la cual ha liderado los niveles de audiencia en ese país y otros influidos por la industria mediática yanqui. En uno de sus capítulos recientes, un soldado estadounidense, un tal sargento Nicholas Brody, es acusado de traicionar su patria y tener pacto secreto con los enemigos favoritos de Washington, o sea, los terroristas árabes de Al Qaeda.

Lo que llama la atención es que en su vida fugitiva, el malherido combatiente yanqui despierta en Venezuela, específicamente en Caracas y bajo la protección de un cartel de sicarios narcotraficantes que habitan en un lugar grotesco e infrahumano que ojalá fuera una simple obra de ficción de los imperialistas para desacreditar a nuestra Revolución Bolivariana.

Pero desgraciadamente no es ficción sino una amarga realidad que nos golpea el rostro como una bofetada y se llama la “Torre de David”, recibe este nombre por el fallecido banquero David Brillembourg, quien fuera propietario del consorcio financiero Confinanzas. Pero muerto este banquero, se paralizó la obra. Otras circunstancias del caso no han sido verificadas.

Lo cierto es que después de las Torres de Parques Central, este es el edificio más alto de Caracas con 45 pisos de los cuales 28 son habitados por nada menos que dos mil familias de quienes se dice que invadieron esta estructura que no fue culminada y que por el contrario evidencia características de “ranchificación” graves que la delatan como un sitio no apto para la vida digna de seres humanos.

Lejos de ocultar esta realidad, necesario es denunciarla y exigir a los más altos niveles del Estado venezolano la pronta aplicación de una solución a este monumento al abandono instalado en pleno centro de Caracas y que el Imperialismo Yanqui no ha desperdiciado para proyectar a Venezuela como un país de simios que vivimos en la más escandalosa miseria y condiciones sub humanas a consecuencia de un gobierno ineficiente y completamente indiferente frente a las necesidades y calamidades extremas que padecen los seres humanos.

Cancillería, Saime, Sebin y Dim deberían verificar la penetración extranjera en nuestro territorio con fines de recolectar información e imágenes manipuladas para derrocar al asediado Gobierno de Nicolás Maduro. Para confirmar esta historia basta revisar las galerías de imágenes y videos de los buscadores de internet, allí periodistas del extranjero han hecho cientos de reportajes sensacionalistas y degradantes contra nuestro pueblo, dándose bomba con el malogrado edificio.

Para los imperialistas, la Torre de David es exhibida internacionalmente como evidencia monumental de lo que ellos quieren mostrar como el fracaso de 14 años de una Revolución Bolivariana basada en un populismo que no supo o no pudo administrar la inmensa riqueza petrolera en función de garantizarle mínimas condiciones de vida a los venezolanos.

Hoy más que nunca, ratificamos el llamado: Es una obligación moral, dignificar a los habitantes de la Torre de David lo más pronto posible. Basta de darle material al imperialismo gringo para que siga desprestigiando mediáticamente al aun viviente sueño socialista en Venezuela.

Puede ver aquí un blog especializado en la Torre d David.

Jesús Silva

(1979) Abogado constitucionalista y penalista (España). Profesor de estudios políticos e internacionales (UCV). Articulista. Corredactor de leyes en la Asamblea Nacional. Productor TV extranjera. Conductor del programa «La Constitución y los Hechos» YVKE Mundial 550am y 94.5fm Martes 8pm

http://jesusmanuelsilva.blogspot.com/