,

EDITORIAL: ¿Vender Citgo?

¿Vender Citgo? El soberano debe ser consultado ante una decisión que puede perjudicar a las generaciones por venir

El gobierno venezolano estudia vender Citgo, la mayor filial de Petróleos de Venezuela fuera del país. Una de las principales refinadoras y distribuidoras de hidrocarburos en Estados Unidos, que cuenta con 6 mil estaciones de servicio, tres refinerías y 48 puestos de almacenamiento. Es, de lejos, una de las empresas estatales que mejor funciona, incluso mejor que la matriz Pdvsa. Citgo es una compañía rentable. A diferencia de otras de las muchas empresas del Estado, Citgo no produce pérdidas, es transparente en sus balances. Es también una importante compradora del crudo venezolano. En definitiva, un activo estratégico para la nación.

Entonces, ¿por qué venderla? La apremiante situación económica del país ha impulsado a que se analice la venta de Citgo, por la que Pdvsa ya ha recibido tres ofertas a través de bancas de inversión. Los potenciales compradores han ofrecido entre 10 mil y 15 mil millones de dólares, dinero que serviría para aumentar el flujo de caja. Sin Citgo, Venezuela podría aumentar el despacho de crudo que se ha comprometido con China.

Actualmente el país está comprometido a enviar unos 600 mil barriles al día al agigante asiático, cifra que debe llegar al millón de barriles/día dentro de dos años, para poder honrar la deuda que asumió el gobierno tras distintos préstamos con el gobierno de Xi Jinping. Una decisión como esa, de trascendental importancia para el futuro del país, de las generaciones por venir, no puede ser tomada de espaldas al ciudadano, sin que los venezolanos sepan las consecuencias. El país debe ser consultado y se debe activar la participación protagónica del pueblo, de carácter constitucional, ante un escenario que puede perjudicar los intereses venezolanos. Vender Citgo es salir del apuro hoy sin pensar en el mañana. Es una medida inmediatista que sería tomada bajo la presión de un gobierno con el agua al cuello. Que sea el soberano, en consulta popular, el que decida el futuro de Citgo y no los burócratas de turno los que sigan dilapidando las riquezas.