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David Paravisi: “Citgo fue una gigantesca estafa”

El profesor universitario asegura que con la compra de la filial norteamericana de Pdvsa se gastaron miles de millones de dólares con un argumento falaz.

Myriam Mosquera

Lo que empezó como un rumor ha desembocado en un estruendo nacional y es que cuando el pasado 5 de agosto, el ministro de Petróleo, Rafael Ramírez confirmó sobre la decisión de salir de Citgo en el momento en que se tenga “una propuesta que sea conveniente”, la opinión pública inició comentarios encendidos de todo tipo.

Para algunos expertos en  materia energética, la venta de Citgo representaría una pérdida enorme para el país y un enorme retroceso de años en la historia petrolera.

Al reverso, David Paravisini, experto petrolero, profesor universitario y miembro del Psuv, asevera que esa transacción no significaría perder el mercado norteamericano, pues la sucursal está diseñada para procesar crudos pesados y el más barato que se le puede acceder esta compañía es el venezolano.

Como es de recordar, Paravisini estuvo de acuerdo con Chávez en 2010, cuando afirmó que esta filial era “un mal negocio”, pues se había invertido mucho dinero y menos en lo que se percibe, “menos de 1% de los 50.000 millones de dólares anuales que genera esta unidad”.


Chavismo crítico
¿Se encuentra escribiendo algún libro?
— Muy pronto publicaré un libro sobre la contraloría social y el Estado en Venezuela. Asimismo, estoy trabajando en la compilación de mis columnas que permitirá tomar una fotografía sobre los últimos tres años en el país, es decir, antes, durante y después de la muerte de Chávez.¿Sus opiniones no causan malestar en el Psuv?

— No en el Psuv pero sí en algunos dirigentes del Psuv. Y lo lamento pero no voy a dejar de decir lo que pienso. Al chavismo se le debe la necesidad del debate, de la transparencia en las ideas y el desarrollo y actualización permanente del pensamiento del presidente Chávez. Hasta que me lo permitan, seguiré asumiendo mi postura de chavismo crítico y pro positivo, y espero seguir contando con la solidaridad de muchos colectivos y sectores del proceso revolucionario que se han expresado a favor del debate y la democracia participativa.

“Es positiva esta venta. A Citgo no la quiere nadie. Las refinerías ya no dan ganancias”, subrayó en entrevista con “La Razón”.

Un país dentro de otro país

¿Cuál es su posición frente a una posible venta de Citgo? ¿Cree que sería un movimiento acertado? ¿Por qué?

— Hay que ir un poco hacia atrás para entender cómo fue que Venezuela hizo estas inversiones por su cuenta en el exterior. A partir del año 1982 y 1983, el gobierno nacional dirigido por Luis Herrera Campins, en momentos de crisis, hizo uso de un fondo de ahorros. Eso sucedió en el llamado viernes negro. Junto a Humberto Calderón Berti utilizaron 5 mil millones de dólares que Pdvsa tenía ahorrados y fue utilizado para minimizar esa crisis. A raíz de eso, Pdvsa empezó a actuar como un país dentro de otro país, no dejó recursos en Venezuela y a través de puras mentiras, que a los venezolanos hicieron creer, hubo un excedente de venta petrolera después de invertirla en el país de varias actividades petroleras, decidió invertir esto en el exterior. Esta situación llevó en principio a comprar las refinerías en Alemania, después en Estados Unidos, Suecia, Escocia, Islas Vírgenes, Bahamas… Es decir, más de 40 mil millones de dólares que eran parte de los ahorros de los venezolanos, producto de la renta petrolera y la Pdvsa de esa cuarta república decidió tener estas refinerías para que ese dinero no llegara aquí. El argumento que utilizaron fue que Venezuela producía crudos pesados y no había refinerías que compraran ese petróleo y el país iba a perder, que nadie se lo iba a comprar. Con este embuste, y sin tanto esfuerzo de los adecos y copeyanos, que estaban cazados con esto, cada vez que Venezuela no tenía recursos aprobaron este proyecto y Pdvsa salió a comprar estas refinerías. Luego tuvieron que invertir miles de millones de dólares en nuevas refinerías con capacidad de procesar crudos pesados.

Como la mentira era tan grande no pudieron ocultar que las refinerías alemanas jamás dieron mucho dinero y hubo que invertirles mucho. Esas refinerías jamás refinaron un barril del petróleo venezolano. Nunca, desde el año 1983 hasta el año 2008, no procesaron, ni refinaron un barril petrolero. Esto fue una gigantesca mentira. Igual sucedió con las refinerías de Estados Unidos. Compraron chatarra, invirtieron mucho para ponerlas a capacidad de refinar los crudos pesados y luego la que queda en el estado de Illinois, Chicago, que se llama Lemont, esta refinería jamás ha refinado un barril petrolero venezolano. Esta se compró en 1992, es del grupo Citgo, tiene 22 años. Todo esto se lo digo para que sepan que Citgo fue una gigantesca estafa para el pueblo venezolano. Se gastaron miles de millones de dólares con ese argumento falso, falaz que era para refinar el petróleo venezolano. Todo ese dineral se lo quitaron al pueblo venezolano, justo cuando en esa época la pobreza crítica era de un 80%. Compraron pura chatarra e invirtieron afuera, de manera que Venezuela nunca pudo utilizar ese dinero en las necesidades del país. Esto es la pura verdad.

¿Usted puede asegurar que Citgo jamás reintegró un dólar a Venezuela?

— Eso es así, se gastaron un mil millones de dólares que jamás fueron reportados a Venezuela. No hubo jamás ningún tipo de beneficio. En el año 93 y el 94, Citgo más bien produjo pérdidas. Venezuela terminó pagando las cuentas, con traslados desde Venezuela hacia los Estados Unidos, para poner en cero las deudas y las grandes pérdidas que tenía Citgo. Esta es la verdadera historia de esta trampa que resultó Citgo. Habrá que hacerle un juicio a mucha gente de Pdvsa que anda por allí, que son unos irresponsables, que estafaron a la nación venezolana. El desvío de dólares que hizo la cuarta república fue una verdadera trampa.

Citgo no da frutos

¿Para qué se vendería Citgo? ¿Qué se haría con esos ingresos? ¿La posible venta de Citgo es una contradicción? ¿Es un paso privatizador?

— Yo le preguntaría a usted, periodista, usted que está investigando: ¿Cuánto factura Citgo? La factura bruta del año pasado, 2013, es de 40 mil millones de dólares, pero el aporte de Venezuela fue de más, es decir, que se tiene una inversión en el extranjero, en los Estados Unidos, sin dar frutos al país. Este año 2014, puede estar la factura en 50 mil millones de dólares por el aumento de los combustibles. Citgo no aporta a las empresas químicas, a las empresas de mantenimiento, a las empresas venezolanas que producen válvulas, de accesorios para la industria química. Es decir, no aporta nada. Se hicieron grandes inversiones para que de ella vivan una cantidad de gringos, estadounidenses y que para el pueblo venezolano esa empresa no significa absolutamente nada. Si ese dinero de Citgo se hubiera depositado en un plazo fijo, tuviéramos otras condiciones.

Actualmente estamos en un centro de discusiones en qué se va a invertir ese dinero en caso de la venta de Citgo, pero es que yo diría antes que esa refinería no la quiere nadie. Muchas veces se ha intentado vender y nadie la quiere. Mucha gente ha tomado esto como algo político, que si el chavismo es esto o aquello, lo cierto es que queremos vender a Citgo y nadie la quiere comprar, no da ganancias, pues. Las refinerías son pésimos negocios, el negocio está es en el petróleo. Los márgenes de ganancia de una refinación son muy mínimos. Además, este es un negocio del cual no nos podemos salir así por así. Quisiéramos vender, pero lo que ofrecen es un rezago. Estamos ante un tremendo problema, pero a los venezolanos hay que decirles la realidad. En definitiva, hay que ver las propuestas, que ofertas hay.

¿Y cómo sí se pudieron vender las refinerías en Alemania?

— Porque Rusia, país amigo, en su amistad con el presidente Chávez pagó el precio justo por las refinerías en Alemania. Se pudieron resarcir las inversiones que allí se habían hecho. Este negocio fue de ganancias pocas. No es un mercado de grandes ganancias, es muy constreñido.

¿Ve como un buen movimiento vender un activo como ese? ¿No teme que el dinero de la venta de Citgo se diluya entre burocracia y corrupción? ¿Es una privatización como afirman algunos expertos?

— La oposición es la que dice eso y por lo tanto es una burrada en términos políticos. Yo ya le expliqué cuál es el fondo de todo esto. Cómo es que algunos dicen ser analistas y expertos en la materia y hablan a la ligera de una privatización? Realmente no tienen idea de lo que dicen, no estudian, no leen, ni saben lo que están hablando. Dicen que liquidar un activo es privatizar, no saben ni lo que dicen. Esto es incomprensible, eso es una gran campaña también de algunos periodistas y medios de comunicación. Por eso, el lector debe estar alerta con lo que dicen.

¿Citgo genera pérdidas a la nación?

— Citgo da dividendos, pero muy pírricos, frente a la magnitud de la inversión. Las compras de Citgo a Venezuela son casi nulas, no le compra nada al país. Es un negocio aislado, indiferente a lo que significa el mercado venezolano.

 Pdvsa hace esfuerzos

¿Cuál es la situación de a industria petrolera? ¿Es tan crítica como algunos sectores apuntan? ¿Se ha estancado la producción?

— La cuota de la OPEP es de más de 31 millones de barriles diarios. Venezuela está circunscripta ante esta cuota OPEP. Pdvsa está haciendo grandes esfuerzos, tiene sus propias inversiones y la de sus socios para tratar de mantener su potencial. En estos momentos se ha informado que Pdvsa está por debajo de la cuota, se está anunciando que tiene proyectos con sus socios para obtener 2 millones de barriles. No le puedo dar cifras específicas, pero tengo algunos informes precisos.

Ante los compromisos adquiridos con China, ¿Es urgente elevar la producción petrolera?

— Venezuela tiene compromisos internacionales, no creo eso que usted me pregunta. Estados Unidos en estos momentos está explotando su propio petróleo; los últimos años ha aumentado su propia producción en 5 o 6 millones de barriles, por eso ha disminuido la importación de petróleo de Arabia Saudita, de Qatar, que es petróleo liviano. También lo ha hecho con Canadá, México y Venezuela. La exportación de Venezuela a Estados Unidos es de 800 mil barriles, es el consumo de las empresas de refinación, especialmente las vinculadas con Citgo.

—¿Se esta invirtiendo en nueva tecnología? ¿Es la industria petrolera venezolana moderna?

— Sí es moderna. Las condiciones como se produce el petróleo en Venezuela es de primera en comparación con otros países.

¿Algo le preocupa del manejo de la industria petrolera? ¿Todo marcha de maravilla?

— La crítica que le haría a la gerencia de la industria petrolera es que la propuesta del proceso de transformación de producción chavista, es decir con la fuerza trabajadora, es que no va al ritmo adecuado. No se han cumplido algunas metas trazadas, como el convenio con Irán del año 2010. Estas serían algunas de mis observaciones.

¿Cree que ya llegó el momento de cambiar a la directiva de Pdvsa? ¿Cree que es sano que tanto poder se acumule en una sola persona? ¿Eso puede producir vicios?

— Los cambios políticos no sé si ayudan o no. El fondo del problema es la nueva política que se establezca como el aumento de la gasolina, la producción de gas, que considero que son los factores que más pesan sobre la economía nacional. Creo que en eso debemos establecer cambios.

 Contrabando se lleva 40 mil millones de dólares

¿Cree necesario el aumento de la gasolina? ¿Por qué?

— Hay que ir cambiando el lenguaje, porque sino nos confunden de nuevo. Uno de los más graves problemas con la gasolina es el contrabando, de eso hay que partir primero. Hay que llevar al precio que sea necesario. Si se lleva a un precio que impida el contrabando, ese es el que debería ser. Claro, que el impacto que tendría en los esquemas de transporte de todo tipo, pudiera estar sometido a un subsidio. El aumento de la gasolina debe ser hecho para eliminar el contrabando, el sistema de subsidio iría a las personas y no al combustible. Esto sería parte de una gran revisión en su conjunto.

¿Cuánto debería pagar el venezolano por un litro de gasolina?

— Hay que debatirlo en una gran cadena nacional.

¿En qué se debe invertir el dinero adicional que entre por ese concepto?

— Si se sinceriza todo, quedarían unos 40 mil millones de dólares que es lo que se lleva el contrabando y  se invertirían en todos los venezolanos.

¿Está de acuerdo con subsidiar el combustible al transporte público?

— Hay que subsidiar a las personas, no al combustible.

Desde la oposición se dice que es injusto que el ciudadano venezolano pague un aumento de la gasolina, mientras otros países se benefician por los convenios en ese sentido. ¿Qué opina?

— Eso es lo mismo de siempre, la oposición no tiene vergüenza de nada. Aquí los que se benefician con la gasolina son los contrabandistas, no los venezolanos. Más de 200 mil millones en productos de gasolina se van al contrabando. No hay ningún venezolano que se beneficie de este contrabando, que se lleva a un mil por ciento de más. Somos víctimas del contrabando. La oposición lo que sabe es hablar contra Maduro y no tiene propuestas serias para los venezolanos. La oposición confunde mango con aguacate. Sufren de una constante paranoia y por eso van de fracaso en fracaso.


Chavismo crítico
¿Se encuentra escribiendo algún libro?
— Muy pronto publicaré un libro sobre la contraloría social y el Estado en Venezuela. Asimismo, estoy trabajando en la compilación de mis columnas que permitirá tomar una fotografía sobre los últimos tres años en el país, es decir, antes, durante y después de la muerte de Chávez.¿Sus opiniones no causan malestar en el Psuv?

— No en el Psuv pero sí en algunos dirigentes del Psuv. Y lo lamento pero no voy a dejar de decir lo que pienso. Al chavismo se le debe la necesidad del debate, de la transparencia en las ideas y el desarrollo y actualización permanente del pensamiento del presidente Chávez. Hasta que me lo permitan, seguiré asumiendo mi postura de chavismo crítico y pro positivo, y espero seguir contando con la solidaridad de muchos colectivos y sectores del proceso revolucionario que se han expresado a favor del debate y la democracia participativa.