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¿Qué pasaría si Grecia sale de la eurozona?

Grecia pudiera salir de la UE

Grecia solicitó a los socios de la eurozona una extensión de seis meses del crédito financiero, pero Alemania y otros países rechazaron la propuesta. La falta de acuerdo asoma la posibilidad de que el país heleno deje el euro


BBC / El Economista

Ni el gobierno griego ni sus socios en la Unión Europea quieren que Grecia se vaya de la eurozona. Pero si no se ponen de acuerdo en las actuales conversaciones sobre la deuda, eso es lo que podría ocurrir. Ningún otro país lo ha hecho antes, no hay un proceso formal por el que un estado pueda salirse de la eurozona, de modo que en buena parte el proceso sería improvisado.

Este jueves Grecia solicitó formalmente una extensión por seis meses del crédito asociado a su rescate, para recibir más ayuda a cambio de pagar su deuda y más rigor fiscal. El Ejecutivo germano quiere que Grecia se comprometa a cumplir las reformas anteriores y rechazó la propuesta por considerar que no ofrece una solución sustancial.

«Lo que plantea Grecia no está en línea con los criterios del Eurogrupo», ha señalado Martin Jaeger portavoz del ministro de Finanzas alemán, poco después de conocer la propuesta del gobierno heleno. En su opinión, el país quiere un crédito puente una vez termine el próximo 28 de febrero el actual rescate pero sin cumplir con las condiciones asociadas a ese rescate, algo que Alemania no está dispuesta a aceptar. Grecia ha prometido que pagará todas sus deudas y que no tomará medidas unilaterales que pongan en peligro el cumplimiento de los objetivos fiscales acordados.

¿Cuál sería la consecuencia del «grexit«, como llama la prensa al proceso de salida de la nación europea (a partir de las palabras en inglés para «Grecia» y «salida»)?

 

¿Qué pasaría en Grecia?

El primer ministro saliente, Antonis Samaras, advirtió que los estándares de vida podrían caer en 80% en las primeras semanas de su salida. Sin poder pedir prestado de nadie (ni siquiera de otros gobiernos europeos), el gobierno griego se quedaría sin euros. Tendría que pagar beneficios sociales y sueldos de empleados públicos en pagarés (si es que les pagan).

El gobierno no podría repagar sus deudas, que actualmente llegan a cerca de US$364.000 millones, en su mayoría adeudado a gobiernos y agencias europeas, así como al Fondo Monetario Internacional.

El gobierno tendría que imponer un congelamiento a los retiros de los bancos y limitar el dinero que la gente podría sacar del país. Esto llevaría a filas de griegos del común intentando desocupar sus cuentas bancarias antes de verlas convertidas a una nueva moneda con un valor sustancialmente menor que la anterior.

En el más largo plazo, la economía de Grecia debería beneficiarse de tener una tasa de cambio mucho más competitiva. Pero la devaluación no resolvería los problemas fundamentales de la economía, incluyendo un pobre recaudo tributario y dificultades para controlar el gasto público.

También se enfrenta la posibilidad real de un aumento fuerte en la inflación. Los ingresos por impuestos probablemente caerían a medida que la economía se contrajera, así que el gobierno podría financiar el gasto imprimiendo dinero. La probable depreciación de la divisa podría ser también inflacionaria. Haría que los bienes importados, que en Grecia incluyen mucha de su comida y medicina, se volvieran más caros.

 

¿Qué le pasaría a la eurozona?

Hay un peligro de que la salida griega del euro podría causar daños económicos más extensos, pero se cree en general que el riesgo ha bajado bastante desde 2012, la última vez que rondaron esas especulaciones.

Las acciones del Banco Central Europeo (BCE) son un elemento clave detrás de este cambio. Primero está el compromiso del BCE a «hacer lo que sea necesario para proteger al euro». Esa promesa, del presidente del BCE Mario Draghi, en julio de 2012, se vio materializada luego en un compromiso de pagar las deudas de los gobiernos cuyos costos de pedir prestado se veían afectados por el temor de que ellos dejaran el euro.

El BCE no ha tenido que hacer efectiva su promesa, pero la existencia de la misma fue suficiente para calmar los mercados financieros de la eurozona. Y el BCE podría utilizar esta iniciativa si reaparecieran los temores en medio de una salida griega.

También está la Expansión Cuantitativa, el programa mediante el cual se compra deuda gubernamental de la eurozona, anunciado por el BCE en enero. El programa no tiene como objetivo a países financieramente vulnerables, pero la expectativa ya ha reducido los costos de pedir prestado para los gobiernos, que han permanecido bastante bajos para todos los países de la eurozona (como lo indica el mercado de los bonos) excepto para Grecia.

De manera que si Grecia realmente se va, no puede descartarse el riesgo de contagio financiero. Los ahorristas nerviosos en otros países de la eurozona en dificultades, como España e Italia, también podrían trasladar su dinero a la seguridad de una cuenta bancaria en Alemania, desatando una crisis bancaria en el sur de Europa.

También podría verse afectada la confianza de otros bancos que han prestado mucho dinero al sur de Europa, como los bancos franceses. Es concebible que la crisis bancaria se expandiese a todo el mundo, tal como ocurrió en 2008.

 

Consecuencias políticas

Si Grecia se va, esto debilita la idea de que el proyecto euro es irreversible y podría darle un impulso a fuerzas políticas contestatarias.

En España, el partido izquierdista antiausteridad Podemos ya está ganando terreno, antes de las elecciones de este año. En Portugal, hay una creciente fatiga con los planes de austeridad, y también van a las urnas este año. Bajo la actual ley europea, abandonar el euro probablemente también significa dejar la Unión Europea.

Un abogado en el Banco Central Europeo escribió en 2009 que «la retirada de la Unión Monetaria Europea (EMU por sus siglas en inglés) sin una retirada paralela de la Unión Europea sería legalmente imposible«.

Pero habría una dimensión política a la decisión de modo que tal vez se encontraría algún modo de mantener a Grecia dentro de la Unión Europea, de existir una fuerte voluntad para ello de parte de todas las naciones involucradas.