Bajar el contrabando de gasolina en Táchira puede lograrse con un tren entre San Cristóbal y Ureña. Los derechistas de la región sirven a Bogotá
Julián Rivas
Estos días han transcurrido como centellas. Esta agitación política hace que muchos no tengan tiempo para formarse un concepto global de la economía, la crisis y la democracia. Sobre todo aquellos que son burgueses, apasionados de su clase social o de sus intereses plutocráticos, o mafiosos.
Hemos visto estos días opinar a Eduardo Fernández, César Pérez Vivas y a Walter Márquez, todos copeyanos de viejo o nuevo cuño. Si el lector no se pone las pilas, terminará creyendo que el capitalismo decadente es la solución. No, esa es la fuente de todos los males.
Queda claro que por estar plenamente identificados con las oligarquías criolla o bogotana, los restos de Copei no tienen ningún asidero entre las masas.
“Venezuela además de haberse gastado un millón de millones de dólares, ha hipotecado este país con 120 mil millones de dólares y ahora no le queda más opción que vender las refinerías y activos de Pdvsa, para conseguir dinero y seguirlo gastando”, dijo Pérez Vivas. Ojo con Pdvsa.
Esta semana la agencia de noticias rusa RT, advierte de cosas que pueden matarle los piojos en la cabeza al señor Pérez Vivas: “En los últimos años la deuda de varios países ha encendido la alarma sobre una posible nueva crisis económica global, pero lo sorprendente es que Grecia no es la nación más endeudada, sino una de las grandes referencias económicas del mundo”.
“Según un informe realizado por la consultora McKinsey & Company, que examinó la evolución de la deuda pública, privada y familiar en 47 países, muestra que en los últimos siete años la deuda mundial ha crecido en más de 57 billones de dólares”, agrega RT.
Los datos de RT aluden la “deuda pública, privada y familiar”. Y en el capitalismo de primer mundo, la deuda familiar, especialmente por concepto de tarjetas de crédito, es decir por consumo, se ha convertido en el terror del sistema capitalista. Por este campo, en Reino Unido hay una suma de deudas superior el PIB. Entonces, ¿cuál es la maravilla del capitalismo?
“El país más endeudado es Japón, con una deuda que equivale al 400% de su PIB, seguido por Irlanda, Singapur, Portugal y cierra el ‘top’ cinco Bélgica, que cuenta con una deuda tres veces mayor que su PIB. Luego aparece Países Bajos (325%) y Grecia (317%) se encuentra en el séptimo lugar por delante de España (313%). La deuda de Francia (280%), Reino Unido (252%) y EE.UU. (233%) no se puede decir que sea pequeña en relación a su PIB, según el informe, mientras que la de Rusia es de apenas el 65%”, explica RT.
Queda por preguntar: ¿Cuál es el modelo que está en crisis? Por supuesto que es el modelo capitalista. Pero nuestros políticos derechistas despachan los asuntos de Venezuela con suma alegría e hipocresía. Lo malo de Venezuela sería el socialismo. Qué apretaos son estos derechistas.
Según todos los indicadores de agencias económicas, la deuda pública venezolana es absolutamente manejable. Es relativamente baja si se compara con el PIB del país. Debe estar entre 35 y 40 por ciento del PIB. El grueso de los países europeos está por encima del 100 por ciento en lo que a deuda pública se refiere, y algunos como Japón casi rozan el 200 por ciento de su PIB. Esto lo saben por demás los economistas escuálidos. Por eso prefieren decir que Venezuela es país de alta inflación.
Aquí es donde la puerca tuerce el rabo o interviene la mano invisible y cochina del mercado. Asunto de estructura económica, de carteles y monopolios. La actuación perrorabiosa desvirtúa cualquier consideración de los afanes golpistas de los señores López, Machado y Ledezma, de la misma manera que se desvirtúan los criterios de explicación de la guerra económica. Es la componenda con apoyo de Washington.
Debemos advertir el carácter perverso del dólar-Cúcuta o dólar-mayamero. Hay intereses entre mafias derechistas y factores externos para hacer uso abusivo del dólar ilegal (esto es un pleonasmo). Pérez Vivas trata de justificar el malandreo de las mafias cucuteñas que bachaquean y especulan.
“Durante una gira de trabajo por la frontera (Pérez Vivas) señaló como una farsa los anuncios de creación de una Zona Económica Especial en San Antonio y Ureña, manifestando que la prueba más evidente es la diferencia abismal entre el valor del bolívar con respecto al peso colombiano y el abandono gubernamental, que durante casi 20 años ha venido haciendo mella en sobre todo en el sector industrial y comercial”, señaló.
Uno de los signos inequívocos de la “bandalización” y lumpenización” del conflicto armado colombiano, es la violencia paramilitar, nos advierte Forrest Hylton en “La mala hora de Colombia”. Pero… ¡sorpresa, para la derecha asentada en el Táchira el referente económico de Venezuela, hay que buscarlo en Cúcuta!
“La aplicación de severos controles en el tráfico vehicular y el transporte fronterizo de mercancías sólo sirve para castigar a los habitantes de la frontera”, dijo Pérez Vivas, seguro que busca votos para diputado. Calificó las medidas en frontera como arbitrarias y contrarias a los preceptos establecidos en la Constitución venezolana y a los convenios internacionales suscritos por Venezuela. Pobrecito Pérez Vivas, heredero del gomecismo.
Hay que congelar la construcción del puente Tienditas en Ureña. El Táchira debe tener alternativas ante los negocios que favorecen a Bogotá. Vaya a la carretera entre San Antonio y San Cristóbal y verá carros parados sin gasolina, porque no dejaron suficiente combustible cuando descargaron en Cúcuta. En Táchira no hay economía sana y no tiene gracia importar maquinarias e insumos industriales para que la mafia cucuteña se los lleve. Por ahí se va parte del ahorro nacional. El dólar-Cúcuta es succionadora de recursos venezolanos.
Esta semana vimos algo insólito: paro de transporte, es decir de busetas chupa gasolina. Se oponen al Bus Táchira, que es mejor. Ni en las ciudades más ricas del mundo dejan de priorizar el transporte público, que el Estado debe promover. Parte de la solución sería impulsar un plan de transporte masivo en Táchira: un tranvía o monorriel para San Cristóbal; y un tren entre San Cristóbal y Ureña, con ramal a La Fría. Bajará el número de vehículos en la frontera.
En San Antonio puede hacerse una terminal de tren en terrenos que actualmente usa el aeropuerto. Por lo demás, ese aeropuerto incómodo desde el punto de vista técnico, puede reubicarse a orillas del río Táchira entre Ureña y San Antonio, en los viejos cañaverales.
En el capitalismo mafia y dinero van de la mano.