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El gran pichaque

Rubén Osorio Canales: "el gran pichaque"

Enerva la sangre ver como un miembro de la policía bolivariana asesina a un muchacho de catorce años con un tiro en la cabeza


Rubén Osorio Canales

No importa con cuál de las acepciones de la palabra pichaque se queda usted, en todo caso vamos a coincidir en que se trata de un charco donde el agua se convierte en lodo y cuna de mosquitos contaminantes de múltiples enfermedades. Esa es la imagen que hoy por hoy trasmite Venezuela, un inmenso lodazal capaz de generar las peores epidemias, gracias a una pérdida total del rumbo y a unas brújulas muy dañadas.

Si alguien a estas alturas del juego de la historia podía poner en duda que exista un gobierno en el globo terráqueo empeñado en el uso indiscriminado de las recetas de Goebbels en materia de información y propaganda, con solo darle una mirada a Venezuela, se llevará una gran sorpresa al constatar que todo ese veneno contra la verdad, lo aplica de manera rigurosa este gobierno. La mentira es la base de sustentación de esa teoría y en esa base el país, lejos de prosperar, perece en un charco mal oliente. Basta ver los titulares de la prensa que aun restringida por una censura insaciable, nos muestra un país sumergido en el caos por exclusiva voluntad de un gobierno cada día más radical e insensible.

A diario el país es sacudido por titulares, fotos, videos que dan cuenta de una realidad que por inconcebible en un país con vocación pacifista como el nuestro, despiertan una ira que crece cuando advertimos que ella es producto de una ideologización de la violencia promovida por un discurso que agita las sombras negras del resentimiento social, que inocula la violencia para ser usada en vez del diálogo, que estimula la intolerancia sin detenerse a considerar sus consecuencias. Enerva la sangre ver como un miembro de la policía bolivariana asesina a un muchacho de catorce años con un tiro en la cabeza porque el muchacho le dijo que dejaran la represión y esa ira crece al saber que de la misma manera fueron asesinados también en una semana con tiros en la cabeza otros seis estudiantes y otros cinco fueron heridos de bala en Mérida, hechos que no se pueden desvincular de la resolución 8610 de min defensa.

Y uno se pregunta por qué? Es que acaso el derecho a disentir se paga con la muerte? Estos verdugos perversos no han entendido que las ideas no se degüellan como decía el maestro Prieto, y mucho menos se pulverizan con un tiro en la sien. No basta con que el señor Maduro pida una investigación del caso y que el llamado defensor del pueblo diga que el autor debe recibir castigo ejemplar, es necesario ir a la raíz del problema y extirpar su causa. Esa ira se multiplica cuando nos enteramos que cuatro planes del gobierno con sus respectivos presupuestos, no han sido suficientes para recuperar el pésimo estado de los hospitales, que mientras los servicios no sirven el gobierno tenga el tupé de aumentar la unidad tributaria a ciento cincuenta bolívares, que las empresa y los centrales azucareros que el gobierno expropió, agonizan enfermas de ineficiencia, que nuestra realidad carcelaria siga dando asco, que la gente salga a buscar leche, pañales, jabón para lavar, desodorante, medicinas y pare de contar y solo encuentre un letrero que le dice no hay, y todo esto después de haber recibido y despilfarrado este desgobierno la renta petrolera más grande de la historia.

El gobierno no tiene excusas y nada pueden sus inventos goebelianos basados todos en aquello de “miente siempre que algo queda”. En vez de dedicarse a allanar inmunidades, sedes de partidos políticos, meter presos a líderes democráticos con respetables hojas de servicio y defensores de la democracia con alta credibilidad popular, deberían estar tratando de resolver los problemas que su modelo y su propia incompetencia le ha generado a todo el pueblo de Venezuela. La verdad de esta tragedia es que la única culpable de estas muertes es si la fanatización ideológica de las fuerzas del orden apegadas a leyes perniciosas y violatorias de los derechos humanos.

Sin embargo es bueno advertir que con los abusos y la fuerza del mazo represivo este gobierno está logrando dos verdaderos milagros: el primero, que la unidad opositora se haga férrea e irreversible para un mejor cumplimiento de sus objetivos democráticos y electorales, y segundo, que como lo expresa Germán Carrera Damas, “los jóvenes venezolanos dan la vida por la democracia sin haberla conocido”. Paz a los restos de todos los estudiantes asesinados y libertad para los que están presos.