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Curso para parlamentarios

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“Louis Vuitton” Carreño promueve la idea mientras que su colega, el chorodiputado mayor, impartirá lecciones magistrales


O.E.

Está pronto para inscripciones, el “Curso Teórico y Práctico para Parlamentarios”. Será impartido en la Universidad Católica Santa Rosa, que ni católica, ni tan universidad, porque la dejaron al descampado, al arrebatársela a la Arquidiócesis de Caracas. De un manotón. O a la “cañona”, como se jacta la misma germanía revolucionaria en tales asaltos.

De muy niños nos reímos con aquella “Escuela de Vagabundos”, del legendario Pedro Infante y la bella Miroslava Stern. Pues ya lo ven. Nada nuevo bajo el sol, porque su símil o remake bolivariano lo promueve, nada más ni nadie menos que el diputado “Louis Vuitton” Carreño. Con semejante mentor, no hacemos falta los detractores.

[quote_center]Cómo poner a los bolivaritos depreciados, a parir dólares, euros, yenes y hasta pesos macuquinos[/quote_center]

La aplanadora gobiernera de la Asamblea Nacional no debate ideas. Ni escucha divergencias. Metabolizarlas ¡jamás! Aquellos que piden la palabra, saben bien a qué atenerse. Parafraseamos el célebre desplante del conde de Romanones: “Para los obsecuentes, el celestinaje y para los adversarios, la ley, que ya pueden considerarse por bien servidos”. A los disidentes, en la cámara, el allanamiento de la inmunidad, las palizas, los insultos, los escupitajos desde el graderío. Y para los chupamedias, las coimas.

¿Para qué invertir en, matrículas, instructores, lecciones, gastar saliva, en una palabra, si los integrantes de la bancada oficialista, responden a imperativos cromosómicos o nacieron, ya aprendidos?

¡El diplomado va! de todas maneras. El chorodiputado mayor -condescendiente que me estoy poniendo al llamarlo así- impartirá clases magistrales. Aplicarle, por ejemplo, a la modesta dieta parlamentaria, el bíblico “creced y multiplicaos” o el menos bíblico “las vacas paren”, dólares, euros, yuanes, pesos macuquinos, lingotes y hasta bolivaritos devaluados, porque agarrando ‘manque sea fallo.

“Voto Sobaquero I”, “Voto Sobaquero II” y “Voto Sobaquero III” –excusas por la palabreja, pero el castellano, es el castellano- a mano alzada, irreflexivo, sin pensar, porque, tampoco se tiene con qué. Asignaturas imprescindibles para el suma cum laudem, en esta escuela de “llámelos-como-quiera”, menos, parlamentarios.