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Alexis Tsipras, ¿un hombre brillante o con suerte?

Alexis Tsipras, Primer Ministro griego, es amado por unos y odiado por otros

Alexis Tsipras, primer ministro griego, ha demostrado tener talento para las maniobras políticas. Tras las elecciones donde se impuso el «no», propuso nuevas medidas económicas muy similares a las rechazadas mediante los comicios


Mohamed A. El-Erian para BloombergView

Desde que asumió el cargo como primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras ha luchado por mantener el control en un contexto en que las relaciones con sus acreedores se han desplomado, haciéndolo heredero de una terrible situación económica. Pero ahora, gracias a sus habilidades discursivas, el político podría estar en condiciones de proponer una oferta política aceptable tanto por los griegos como por sus principales demandantes: sus socios europeos y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El mes pasado, Tsipras sorprendió (y enfureció) a los acreedores de su país al poner en tela de juicio las medidas propuestas por ellos para mejorar la economía griega, cuando llamó a una elección en la que se les preguntó a los griegos si el gobierno de ese país debía aceptar esas condiciones económicas.

Sorprendentemente, el Primer Ministro aseguró la victoria del “no”, a pesar de que esa decisión podría significar la salida del euro y el cierre de bancos nacionales.

Pero luego, tras las elecciones, Tsipras propuso a sus acreedores nuevas medidas económicas muy similares a las previamente rechazadas mediante los comicios.

A pesar de todo, el político obtuvo el apoyo de la mayoría de los partidos griegos, fortaleciendo su posición política nacional e internacional. El resultado de las maniobras del primer ministro Alexander Tsipras podría ser una propuesta política aprobada por el parlamento griego y aceptable para los demandantes europeos y el FMI.

Tsipras requiere que en los días siguientes se reanude el financiamiento europeo y obtener una mayor asistencia de liquidez por parte del Banco Central Europeo. Esto, mientras intenta mantener la calma en Atenas, donde parte de su partido de siente traicionado por su actuar político.

El Primer Ministro necesita moverse rápido para reabrir los bancos, cancelar la deuda al FMI y empezar a revertir la altamente destructiva implosión económica de su país. Esto podría asegurarle un lugar en la historia como reputado político brillante, pero sus logros aún no se han esclarecido.