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Deportados 185 indocumentados colombianos y presos ocho paramilitares

Gobernador de Táchira, José Gregorio Vielma Mora, en la frontera con Colombia

Se presume que los ocho presos son miembros de la «banda de paramilitares colombiana ‘Los Urabeños'»


Agencias

Tras el decreto del Estado de Excepción, Venezuela deportó este sábado a 185 colombianos indocumentados y apresó a otros ocho acusados de ser paramilitares, según anunciaron las autoridades.

«Con el apoyo del Consulado General de Colombia hemos deportado pacíficamente a 185 ciudadanos colombianos sin ningún tipo de documentación» y además fueron apresados a ocho miembros de la «banda paramilitar colombiana ‘Los Urabeños'», declaró a Venezolana de Televisión el gobernador del Estado Táchira, José Gregorio Vielma Mora.

Los paramilitares, dos de ellos adolescentes, son «promotores del narcotráfico y tráfico de menores» y «se presume que alguno tiene relación con el intento de asesinato» de los tres soldados y el civil heridos el miércoles, hecho que actuó como detonante para el cierre de la frontera en Táchira y la declaración del estado de excepción por parte del presidente Nicolás Maduro.

El general de división Temístocles Morantes Torres, jefe militar del Táchira, dijo en la misma transmisión de VTV que la operación militar y policial con «más de 2.500» miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y cuerpos de seguridad, con el apoyo de blindados, se cumplió en una zona «invadida».

Precisó que se trató de una revisión «casa por casa» en un conjunto de 300 viviendas de casi un total de 2.000 que deben ser allanadas en las próximas horas en San Antonio del Táchira.

«El abordaje simultáneo y cronometrado» tras un «acordonamiento inicial» de la zona se cumplió contra personas que «de manera voluntaria accedieron a que fueran revisadas», destacó el general.

Mientras que Viela Mora destacó que en la operación participaron fiscales, jueces y autoridades de la Defensoría del Pueblo que constataron el «buen trato» a los civiles.

«Todos fueron tratados como manda la ley» y «en estricto respeto a los derechos humanos», por lo que «no hay ningún tipo de vejamen y tampoco de tortura», subrayó Vielma.