El secretario de la UCV, Amalio Belmonte, asegura que el gobierno nacional está al tanto de los gastos de la universidad y que la asignación de recursos extraordinarios es una prueba de que el Ejecutivo otorga un presupuesto insuficiente
Jacobo Villalobos
Ante la decisión de la Federación de Profesores Universitarios de Venezuela (Fapuv) de no reiniciar actividades por los bajos sueldos, y el anuncio de los decanos de la UCV de no contar con presupuesto para iniciar el nuevo período académico, han surgido opiniones que responsabilizan a las autoridades universitarias de vicios en el manejo del presupuesto y, en consecuencia, de la falta de recursos.
Uno de los grupos que ha manifestado esa postura es el Frente Cultural de Izquierda (FCI), que emitió un comunicado vía redes sociales en el que afirman que “la comunidad universitaria en general sabe que NUNCA (sic) se rinden cuentas, ni de los recursos otorgados por el Estado, ni por los ingresos propios percibidos”.
En respuesta a estas acusaciones, Amalio Belmonte, secretario de la UCV, explica que la universidad cuenta con sistemas de contraloría interna y externa, encargados de evaluar los movimientos mercantiles de la institución y se los presentan al Ejecutivo nacional, por lo que si se estuviesen incurriendo en fraude económico y corrupción, el gobierno sería cómplice.
“Es difícil conseguir una institución más auditada en el país que la Universidad Central”, comenta el secretario. Afirma que el Ministerio de Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología ha reconocido el déficit presupuestario, pero que el gobierno ha negado las cifras para generar una matriz de opinión adversa a la universidad, para descalificarla y coaccionarla.
Belmonte además detalla que la universidad rinde cuentas trimestralmente ante la Oficina de Planificación del Sector Universitario (Opsu), que corrobora la información y emite un informe a la Contraloría General de la República, de tal forma que el Ejecutivo esté al corriente de los gastos de la institución.
Y afirma que el Ejecutivo, mediante la Opsu y el sistema de contralorías, está en condiciones de sugerir y establecer correctivos en caso de que la distribución presupuestaria no sea la correcta.“El gobierno está al tanto de los gastos y el Ministerio sabe en qué se invierte el presupuesto”, comenta.
Si bien organizaciones oficialistas han señalado que la universidad recibe asignaciones extra por parte del Ministerio para compensar el déficit presupuestario, para Belmonte esa es una evidencia de que el Ejecutivo admite la falta en la asignación. “Si supiesen que el presupuesto es suficiente no tendrían que asignar montos adicionales y depósitos extras. El gobierno reconoce que están dando un saldo deficitario”, asegura.
Paro técnico
Aunque descarta la posibilidad de que las autoridades universitarias decreten un paro indefinido, el secretario destaca que la universidad podría estar a las puertas de un cierre técnico impulsado por una mezcla entre déficit presupuestario, escasez de materiales y bajo sueldo profesoral.
“Si supiesen que el presupuesto es suficiente no tendrían que asignar montos adicionales y depósitos extras. El gobierno reconoce que están dando un saldo deficitario”
Belmonte aclara que si la universidad detiene sus actividades “no será por nosotros sino por el deterioro” y puntualiza que la institución ha experimentado un “paro técnico por etapas” que finalmente llevará a esta casa de estudios a la suspensión de sus funciones.
En opinión del profesor, la consecuencia inmediata de las actuales carencias es que la UCV se ha vuelto una instancia dedicada a pagar sueldos y no al desarrollo académico. Detalla que de los Bs 4 millardos asignados como presupuesto para el 2016, el presupuesto más bajo en la historia de la institución -asegura-, 82% está destinado al pago de los salarios de aproximadamente 20.000 trabajadores, entre activos y jubilados.