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Estado venezolano debe impulsar un proyecto de familia

Para garantizar la debida formación de nuestros hijos, no basta que los padres logren satisfacer sus necesidades materiales elementales


Jesús Silva R.

Se trata de nuestra propuesta marxista para el Estado y toda la sociedad venezolana. La familia no se limita a un grupo de parientes consanguíneos, sino que se extiende a todos los miembros de la especie humana, primordialmente aquellos que por sus virtudes y comportamientos morales, poseen ese perfil afín al de su ideología.

Es así como en nuestro tránsito por la vida social aprendemos el altísimo valor de los “afectos elegidos” (el amigo, la pareja, el camarada, etc.), y los sometemos a una comparación filosófica con la valía de los “afectos heredados” (los primos, los tíos, etcétera); los primeros se derivan de la voluntaria y consciente escogencia, mientras que los últimos están predeterminados por la tradición.

Es intolerable la idea de que “el vecino no me importa porque ese no es familia mía”. Y aborrecible resulta que la realización familiar se circunscriba al pequeño mundo del disfrute material: que papá, mamá y los niños sacien su delirio por un vehículo rústico, ropa importada, tarjetas de crédito, centros comerciales, colegios privados y vacaciones; mientras que su desinterés por la comunidad que los rodea raya en el egoísmo y la crueldad. La vida se torna demasiado vana y miserable cuando se ignora el deber de brindar igual estima y respeto a todos los sujetos de buena voluntad, sean o no, nuestros consanguíneos, y más allá de diferencias religiosas, raciales o sociales.

Asimismo, el colectivo revolucionario, inspirado en un inmenso amor hacia el género humano y estableciendo como objetivo esencial la preservación de éste en condiciones de equidad y dignidad, posee evidentemente sólidos principios éticos en cuanto al tratamiento a los niños, niñas y adolescentes en la familia.

Tratándose de un tema de tan suprema importancia, subrayamos el carácter esencial de que la educación de los hijos habrá siempre de ser entendida desde un enfoque integral, es decir, sustituir la idea del gobierno familiar divorciado de la humanidad por uno que esté profundamente relacionado con los diferentes sujetos educadores del universo social.

Entiéndase que para garantizar la debida formación de nuestros hijos, no basta que los padres logren satisfacer sus necesidades materiales elementales (alimentación, salud, educación, etc.), ni basta velar por un ambiente sano dentro de los límites de la casa, sino que urge que los padres de cada familia se vinculen con otros colectivos de padres para la atención y seguimiento de otros espacios fundamentales en el proceso educativo de la niñez y adolescencia, tales como la guardería, la escuela, los centros recreativos, el vecindario, etcétera.

Lo anterior deberá cumplirse en el entendido de que el desarrollo de los infantes y jóvenes depende de la corresponsabilidad social en el que grupos de padres, maestros, tutores y demás actores de la vida comunitaria se organicen como colectivo consciente de su alta y compleja tarea.

De modo que la orientación sobre los hijos mal puede confinarse a las paredes del hogar, cuando se sabe que existe un “mundo de la calle” en permanente cambio con estereotipos sociales, tecnologías, modas, televisión, Internet, sectas, drogas, etc., que son influyentes sobre la mente juvenil y que no podrán ser derrotados si los adultos encargados de conducir a las familias no nos activamos como un movimiento social unido y consciente.

Nuestro sistema familiar socialista defiende un modelo participativo y superior al egoísmo burgués, pues a diferencia de aquel que considera a los hijos como una propiedad privada de los padres, nosotros somos fieles a la idea de promover una sociedad sana para ellos, teniendo como principios basilares la creación de los comités políticos de padres, la corresponsabilidad y asociación de todos los formadores sociales, la solidaridad familiar, la cultura comunitaria y el ejercicio permanente de orientación filosófica sobre los hijos para cerrarle el paso a los vicios y antivalores del adoctrinamiento capitalista.

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@Jesus_Silva_R