Trilogía del dólar: funcionarios, empresarios y banqueros

El asesor del Presidente de la República, Tony Boza, expone que no hay una relación real entre aumento salarial e inflación, por lo que llama a “transparentar los procesos”

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Oscar González Grande

Tony Boza, junto a Jesús Faría y Luis Salas, fue llamado por el mandatario Nicolás Maduro para encabezar el Congreso Económico del Psuva finales de 2015 y cuyo resultado “está presente en el conjunto de medidas anunciadas por el Presidente”.

Esta semana entró en vigencia un incremento en el salario mínimo pero, comparativamente, hace 10 años los venezolanos accedían a más productos básicos con dicho sueldo. ¿Qué es más importante, un aumento nominal o el alza del salario real?

Hay que reconocer que el salario real, en los últimos dos años, sufrió un impacto por una espiral especulativa. La profesora Pasqualina Curcio, docente de la Universidad Simón Bolívar, ha explicado las razones: la utilización de un mecanismo, el dólar paralelo, para impactar la estructura de precios.

Un problema estructural de este país y de corte especulativo donde intervienen la banca, el gran comercio y los importadores a partir del uso de la renta del Estado. Esa referencia al dólar paralelo, en los últimos dos años, elevó la espiral especulativa que hoy golpea la capacidad adquisitiva del venezolano.

¿Qué hace el Gobierno? Tratar de preservar ese poder adquisitivo. Cuando hay un aumento nominal del salario hay una recuperación de la capacidad real adquisitiva. Si tú hoy tienes un aumento del 52% en tu salario integral, tienes una mayor capacidad adquisitiva.

Cada vez que hay un incremento en los salarios, aumenta todo. Las propuestas del Gobierno no han tenido éxito ante esa realidad. ¿Por qué?

Una cosa es el diseño de políticas correctas y otra cosa la manera de instrumentarlas. Los economistas monetaristas dicen que la inflación se produce porque hay un incremento del déficit fiscal, de la masa monetaria y del salario. Esas son las tres excusas que el monetarismo da para la inflación.

Las tres operan en casos excepcionales, lo demuestran instituciones y economistas como Joseph Stiglitz, Paul Krugman, Fernando Pisani, el Banco Central de Argentina, Juan Contreras y Nora Guarata en el Banco Central de Venezuela (BCV). Y la demostración no parte sólo desde la lógica teórica sino desde la realidad, arrojando que no hay relación real entre aumento salarial y la inflación.

Lo que hay es una especie de abuso a una fórmula genérica. El detalle está en que un economista va a explicar la realidad y no va a la realidad, va a la formulita. La teoría ha tenido un gran éxito en colocarse públicamente como una ciencia cuando en el fondo es ideología.

“Durante el estallido de la burbuja financiera estadounidense en 2008 se dio una de las mayores intervenciones, en toda la Historia, de un Estado a la banca”

Si no hay relación entre aumento salarial e inflación, ¿cómo contrarrestar esa dinámica?

Hay algo más. El economista José Gregorio Piña ha demostrado con cuadros históricos que no es la liquidez la que produce inflación, es que cuando aumentan los precios atrás aumenta la liquidez. ¿Por qué? Porque al elevar los precios, las personas tienden a buscar más dinero, a generar más préstamos y buscar más fórmulas de endeudamiento. Eso aumenta la liquidez. Está demostrado y no es agarrando la formulita, es yendo a la realidad.

La única manera de hacerle frente a ese problema es transparentando los procesos. No darle los dólares a los que van a especular sino al que va a traer mercancía real. Dichas mercancías deben reflejar en su estructura de costos un dólar real y no uno especulativo. El Gobierno, indudablemente, tiene responsabilidad. Ahora, el sector privado no sólo tiene responsabilidad sino que es el gran beneficiario de las coyunturas especulativas.

Socialismo en un barco capitalista

El Jefe de Estado catalogó las medidas económicas como anticíclicas. ¿Por qué en un sistema anticapitalista y socialista se adelantan medidas propias del sistema capitalista?

La economía no es otra cosa que relaciones entre personas y eso se oculta. ¿Y qué son esas relaciones? Relaciones de poder y eso también se invisibiliza. Pareciera que es cosa de relaciones monetarias, flujos, capitales, inversiones, mercancías que se intercambian y dinero, pero en el fondo son relaciones de poder.

Estamos navegando en un barco y ese barco es capitalista. Toda la estructuración del Estado es capitalista. La banca es la mayor expresión del capital. Es la cristalización de la mercancía en su momento más puro. ¿Qué mayor mercancía que el dinero? El dinero es la expresión de la mercancía y eso lo dijo el propio Carlos Marx.

“Para atacar la corrupción en el manejo de los dólares se debe identificar una trilogía clave: funcionarios públicos, empresarios y banqueros”

¿El sistema del actual Estado venezolano es capitalista burgués? ¿No contradice la bandera del socialismo? ¿Es muestra de ello que la banca, el máximo exponente del capital, sea el único sector con abrumadoras y sostenidas ganancias en los últimos 17 años?

El Gobierno tiene que cobrar mayores niveles de gobernabilidad debido a que la crisis es capitalista y algunos elementos de esa crisis tienes que manejarlos con variables capitalistas. Acciones que te permitan recuperar, crear y construir capacidad de maniobra. Ahí comienza el dilema. ¿Yo construyo capacidad de maniobra para que la banca siga enriqueciéndose de la manera en que lo está haciendo? No.

Por ejemplo, hoy me plantean nacionalizar la banca y digo que no. Vamos a trabajar con la banca pública que ya tenemos, pero soy un convencido de que en el mediano plazo toda la banca tiene que estar nacionalizada. La banca es el gran potenciador de todas las relaciones de intercambio y es el actor más invisible para acumular riquezas a escala mundial. El planeta está financiarizado.

El caso venezolano es más grave, la banca trabaja con la relación existente entre la renta nacional y las divisas. Es decir, en el aparato financiero se construyen la mayoría de las relaciones de poder. El Estado está obligado a intervenir pese a que los sectores ortodoxos y liberales digan lo contrario.

Ellos se oponen a que esa intervención la ejerza el Estado venezolano. Pero, ¿acaso el gobierno de EE.UU. no representa a un Estado? Resulta que durante el estallido de la burbuja financiera estadounidense en 2008 se dio una de las mayores intervenciones, en toda la Historia, de un Estado a la banca. Claro, cuando la intervención del Estado es para salvarle el pellejo a la banca y socializar las pérdidas, pareciera que no fuera intervención del Estado.

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“Yo lo llamo guerra económica”

Usted defiende el postulado de la guerra económica. A su juicio, ¿por qué distintos economistas de la oposición y el chavismo coinciden en rechazar esa tesis?

En el chavismo no hay una visión de la economía chavista; por ende, hay diferentes enfoques. Los que creemos en la guerra económica estamos seguros de una cosa: la economía no se puede explicar desde un modelito. No es sólo decir que toco la liquidez, la emisión monetaria y se producen efectos económicos. ¿Y dónde están los actores reales?

Por ejemplo, son actores reales quienes reciben divisas preferenciales y no traen las mercancías a los puertos sino que las desvían a otros países. Igual los que traen gandolas con contenedores vacíos y pasan por la Plaza de Toros de Maracaibo para luego regresar a Colombia. ¿Cómo se llama eso? Guerra económica. Las formulitas son buenas para explicar a un muchacho que aprende de economía, pero no explican la realidad.

La realidad es que los trabajadores de Colgate Palmolive alertaron a la gente. Cuando esa empresa dejó de envasar ciertos productos en recipientes de 500 mililitros y pasó a envasarlos en presentaciones de 5 litros, un producto que le llegaba a 1.000.000 de personas se redujo a la décima parte. Eso quiere decir que van a haber 900.000 personas arrechas porque no consiguen el producto. Eso es guerra económica.

Eso no es un modelo teórico, es una realidad. Hay un actor que tiene posición de dominio en el mercado e interviene en él. ¿Cómo se le puede llamar al acto de contrabandear combustibles y decidir que el precio del bolívar, en la frontera, tiene un valor distinto al que marca el Banco de la República de Colombia? ¿Eso lo decide el mercado de Cúcuta?

Pues el mercado más oscuro de este planeta es el de Cúcuta, ahí es donde todos los narcotraficantes van a lavar los dólares. Si el precio de una divisa lo determina un mercado intervenido por malandros, es algo poco serio y yo lo llamo guerra económica.

¿Es una guerra económica o es una lucha de clases por la apropiación de la renta petrolera? ¿Lucha en la que participan altos funcionarios y exfuncionarios del Gobierno, civiles y militares, intocables corruptos que desfalcaron a la nación?

La guerra económica es lo táctico. Es una guerra y es la expresión de una lucha de clases que es lo más estructural, lo más histórico. Eso tiene que ver con la forma de apropiación y distribución de la riqueza. Al analizar la especulación y el incremento de los precios, resulta que el precio no es una etiqueta que le pegas a un producto sino que es una relación de poder, de transferencia de recursos de un sector a otro.

Asimismo, el Estado es un territorio minado, no es un ente monolítico. Así como tampoco lo es el sector privado. Al final, en el Estado hay representantes de la clase capitalista. ¿En el aparato del Estado hay corruptos? Indudablemente.

Pero no conozco un solo Gobierno, en la historia de este país, que haya enjuiciado tanto funcionario como éste. Aquí han enjuiciado a exministros, exasistentes del Presidente, generales, guardias nacionales y pare usted de contar. Aquí han enjuiciado de todo y eso es invisibilizado.

Y para atacar la corrupción en el manejo de los dólares se debe identificar una trilogía clave: funcionarios públicos, empresarios y banqueros. Y es que esos delitos se dan a través de transacciones bancarias, pues yo no he visto a nadie cargando sacos de dólares pa´rriba y pa´bajo.

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