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El opositor enfermo

Henry Falcón

En Venezuela hay que transformar la economía, garantizar inversiones, que sean favorables a los intereses del país por supuesto


Julián Rivas

El dirigente opositor es un enfermo y no mejora el enfermo. Hay excepciones que confirman la regla. Pero triste espectáculo esa Asamblea Nacional con diputados que confunden Parlamento con centro de estudiantes, que responsables de la Comisión de Política Exterior piden la intervención foránea en nuestro país, que favorables al ajuste neoliberal, por hacérsela difícil al gobierno, promueven leyes para gastar más dinero. Esto no es juego, es el caos.

Señores, no joroben al pueblo. Quienes pretenden que el pueblo sufra para lograr sus objetivos antinacionales y dividendos parciales, deben ser execrados de la política. Hay un sector que aquí es preterido, hasta olvidado, los trabajadores. Ya basta. Respeten a los trabajadores. No jueguen con el salario de quienes son factor fundamental en la sociedad. Así estos reaccionarios no lo quieren admitir. Por eso es que es necesario un salto revolucionario.

¿Quién trabaja para perder? ¿Acaso es menos importante el obrero que vende su fuerza de trabajo? No. El trabajador, que es la mayoría, es el sujeto más importante en una sociedad. Y si se habla de revolución y socialismo los trabajadores son determinantes.

Pero ciertamente en Venezuela hay que transformar la economía, garantizar inversiones, que sean favorables a los intereses del país por supuesto. Considerando que quien invierte tiene derecho a ganar, pero sin jorobar al pueblo. Porque quien pretende aumentar el precio de los bienes y servicios debe saber que el trabajador igualmente requiere poder adquisitivo. Eso que Marx advirtió, que el trabajador debe poner su fuerza de trabajo es elemental.

Por fortuna, en este afán caotizador del país, buena parte de la población mantiene su empleo. Aunque hay que tomar medidas para evitar que la desaparición de productos lleve a la pérdida de empleos. El país tiene fuerza para activar una economía sólida. Simplemente la guerra económica, que existe, no lo permite. Ahí es donde estos sujetos opositores son unos diablos.

Esto es viejo. Incluso admitido públicamente. En una oportunidad uno de esos gurúes que deambula entre la economía, la sociología y la manipulación de encuestas, ofreció una charla en la Universidad Central de Venezuela. Casualmente esa tarde fui a la UCV, centro académico que muy poco visito desde que egresé del mismo. Mientras esperaba a un amigo que estaba en clase me metí en un auditorio donde hablaba un conferenciante, largo y tendido. Hacía diagnóstico. Luego presentó escenarios. Habló de cuatro opciones, entre ellas el socialismo nórdico. Pero puso el acento en una especie de caotización de toda la sociedad. Algo así como rompo la lámpara para que todos se jodan. Lástima que no grabe aquello. Eso hoy lo estamos viviendo.

No es que el sujeto aquel fue un visionario, un prestidigitador. No es asunto de magia, estamos en un nueva fase de la desestabilización de Venezuela. Ese plan está activo desde 1999 apenas Hugo Chávez llegó al poder. De eso saben los anglosionistas, la inteligencia inglesa, española, gringa, israelí, colombiana. Deben ser derrotados.

No hay que temer a nada si contamos con el pueblo, con las masas trabajadoras. Si los gringos profundizan la agresión con el apoyo de capas burguesas y oligárquicas de la región, es obligación histórica enfrentarlos, repelerlos, con claro mensaje político. Debemos preservar nuestra soberanía e independencia nacional. Con el pueblo, ojo.

En este momento tenemos el reto de multiplicar la producción de alimentos. Eso debe tener un objetivo adicional, enlazar a otros sectores, romper prejuicios. Por ejemplo, consolidar una producción alternativas de lácteos, mantequilla y quesos obliga a romper los moldes de “los industriales”. Una perolita de mantequilla que producen en Maracay esta ahora por 2000 bolívares. Tengan la seguridad que ese monto no lo gana diariamente un obrero de esa fabrica. Es que la burguesía se mueve por sus intereses.

Aquí se requiere un plan. Estos días vimos algo insólito. Un diputado de apellido Florido (sabrá Dios de qué pájaros viene este huevo) fue a Uruguay a pedir la intervención foránea de Venezuela. Dos hechos a destacar: el sujeto preside la Comisión de Política Exterior de la AN. El otro, el Florido pidió que le pagáramos a Uruguay una deuda de quesos. Esto es lo malo de deberle a limpios. Uruguay siempre pide rebajas en lo que nos debe por venta de petróleo y cuando quiere cobrar utiliza a diputados presuntamente venezolanos. Esto sí es broma.

Falcón en Londres

Una muchacha de Irapa viajó a Caracas y cuando regresó se veía cambiada. Caracas la había impresionado al extremo que perdió la identidad. Una mañana fue a la oficina de correos y le preguntó a la encargada: ¿Señora, no ha llegado el corredo? De inmediato la señora le respondió: nodo.

Recuerdo esto porque Henry Falcón, a partir de sus debilidades, incluyendo su ignorancia mayor en asuntos económicos, se ha entregado al neoliberalismo y al parecer de la mano del economista Orlando Ochoa se ha hecho publicidad en el “Financial Times” de Londres.

En Lara le preguntamos a un taxista por la obra de Falcón, y nos dijo: ¿Dónde? Será en casa o en Nirgua que es su pueblo. Bueno, el hombre aterrizó en Inglaterra. Destaca el titular: “La crisis de Venezuela y pregunta si hay una tercera vía”. Of course, esa la tiene Henry Falcón, quien sería algo así como Tony Blair y Ocha una especie intelectual a lo Anthony Giddens.

Los moderados, así se bautizan, van a Londres a ofrecerse, y nada mejor que el diario de la burguesía financiera mundial para enviar un mensaje que presuntamente calmará a los mercados. Falcón, ¿qué has hecho de tus guachicones y camisitas a cuadros? En Londres hay mucho frío.

Según la nota, una delegación de moderados y economistas este mes visita Estados Unidos e Inglaterra con la esperanza de convencer a banqueros e inversores de que puede evitarse la crisis y el default en la economía venezolana si la política lo permite. Of course, de bolas, la solución es Falcón. Qué atrevido. El “Financial Times” tiene una campaña desestabilizadora contra Venezuela y Falcón es presentado como una especie se Sasa Mutema, el salvador de la patria.

Que curioso, el FT publica su nota el 14 de abril, pero en “El Impulso” de Barquisimeto del día 11 está publicada una nota de Tarquino Barreto titulada “Fouche recargado” que dice mucho. Tarquino es un profesor que ha investigado sobre el progresismo y que aportó mucho a Falcón. Hay cierta desilusión en él. “Fouche fue un político ambicioso que no tuvo empacho para mantenerse en el poder a costa de lío que fuere; audaz, calculador, frío, artero, cínico, intrigante, artista del doblez e indescifrable para que sus propósitos estuvieran blindados ante posibles amenazas…”.

Lean a Tarquino, está en la web. Y advierto, esta aventura de Falcón no tiene vida. Eso de asar dos conejos, uno en la oposición, donde está pero los oligarcas no lo quieren, y otra en el chavismo, es un fracaso anunciado. “Moderado”, por favor. El proyecto de Falcón solo le ha permitido captar a sujetos como Tripa Lava y Raúl en Apure. Raúl ha pasado por todos los partidos. Fue adeco montillero, no tiene nada de raro que ahora esté con Falcón.

En Londres deberían saber este cuento. Un muchacho revolucionario encontró a Tripa Lava y le dio la cola. ¿Qué estás haciendo? Yo estoy con Henry Falcón. ¿Ah sí?, te me bajas de mi carro. No te quiero aquí…

Esos reales están perdidos. El viaje sólo dará cultura.