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Habla Omar González Moreno, desde su asilo en la embajada argentina

“No dudaría ni un instante en volver a hacer oposición al socialismo”, dice el exparlamentario y exgobernador del estado Bolívar

Noel Gómez Herrera

Las banderas albicelestes estaban presentes por doquier; el acento del sur era común en ese sitio y aunque legalmente es territorio argentino, el calor caribeño delataba la esencia venezolana.

Allí, en la embajada de la República Argentina en Caracas, el disidente político venezolano Omar González Moreno, se encuentra refugiado luego que el gobierno nacional ordenase su arresto acusándolo de ser parte de una conspiración.

En la sede diplomática, el periodista, escritor y político pasa el tiempo escribiendo uno más de sus más de veinte títulos publicados.

Lo interrumpimos para preguntarle ¿de qué se trata?

-«De las memorias de un perseguido», responde.

-¿Me adelanta algo?

-“Además de las peripecias para escaparme de los agentes de seguridad, se refiere al impacto emocional que produce el aislamiento», dice

– ¿Se arrepiente de participar en la política venezolana al lado de María Corina?

– No dudaría ni un instante en volver hacer oposición y disentir de este desastre socialista, si ello contribuye, en cualquier grado, a liberar a Venezuela del yugo destructor que nos oprime. Me siento orgulloso de acompañar a una mujer como María Corina Machado que es símbolo de la grandeza y la fuerza de voluntad del venezolano.

– Un político como usted acostumbrado a la actividad ¿Cómo se siente estando aquí encerrado en una embajada?

– Debo confesar que el injusto confinamiento dentro de una embajada en Caracas, en la condición de asilado, ha provocado en mí, complejas e intensas emociones.

Es como una especie de torbellino de sentimientos que van desde la desesperanza y la rabia hasta la esperanza y la resiliencia.

¿Qué ha sido lo más difícil de este tiempo refugiado?

–  El aislamiento físico y social.

-Pasar de lo que era mi vida a esta inacción me generan sentimientos de soledad, tristeza y desarraigo. La ausencia de la familia, los amigos y la rutina diaria resulta particularmente difícil de sobrellevar.

– Y, ¿su familia? ¿Qué pasa por su cabeza al pensar en los suyos?

– Vivo en estado de zozobra; las amenazas y la constante preocupación por la seguridad de mi familia me provocan altos niveles de estrés y ansiedad.

Y todo es parte de vivir una situación que no está bajo nuestro control, lo que resulta francamente abrumador.

La incertidumbre sobre el futuro y el desconocimiento de mi destino final.  Todo esto me produce altas dosis de ansiedad, tristeza e inseguridad.

Desde su confinamiento, el escritor, docente universitario y dirigente de vente Venezuela, escribe su libro número veinte: “Memorias de un perseguido”

Omar González se ve fuerte y consciente de su situación y esa realidad la deja entrever en la firmeza de sus palabras. A pesar de la confesión de sus temores, se muestra determinado a seguir contribuyendo a la solución de la crisis venezolana:

«El despotismo chavista persigue, acosa y castiga a aquellos que consideran que pueden desafiar su autoridad, ya sean políticos, activistas, intelectuales o incluso ciudadanos de a pie. Sin embargo, seguimos aquí, en cualquier posición dando lo mejor de nosotros por el bien de Venezuela y para un futuro mejor para todos», dijo con la fuerza de un espíritu indomable.

– ¿Qué enseñanzas le ha dejado esta experiencia en su vida?

– Aprendí que tenemos, como seres humanos, la capacidad de afrontar estas emociones que te he comentado y encontrar mecanismos de adaptación y resiliencia. Esto ha sido crucial para superar la experiencia de manera positiva. Por todo esto, ahora estoy seguro que resistiré y saldré más y más fortalecido como hombre, como dirigente y como venezolano.

El dirigente de Vente Venezuela se quedó allí asilado en la Embajada de Argentina. Allí en un territorio ajeno a pesar de estar dentro de su propio país, el cual sigue viendo desde una ventana y cuyo sentimiento palpita en su pecho.

6 PRESOS Y 6 ASILADOS

En su implacable arremetida contra María Corina Machado, máxima dirigente de la oposición venezolana, la dictadura de Nicolás Maduro no solo procedió, inconstitucionalmente, a inhabilitarla para impedir su postulación presidencial, también descabezó su “estado mayor”, mediante órdenes de captura emitidas por los tribunales de la dictadura. Adicionalmente sobre MCM pesa una orden de censura en todos los medios de comunicación, públicos y privados, tiene prohibición de salir del país y también de abordar vuelos nacionales y los establecimientos que alojen a la dirigente o donde se realicen sus actos públicos, son multados por los funcionarios de tributación (Seniat) que encabeza el hermano del número dos de la dictadura.

Desde el 23 de enero cuatro directores de comando estatales de María Corina Machado han sido detenidos acusados de participar en presuntos actos conspirativos: Juan Freites, Luis Camacaro, Guillermo López y Emil Brand, director del comando de campaña estatal de Vente Venezuela en el estado Barinas.

La oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ACNUDH), además de otros organismos internacionales, han manifestado su rechazo a “las medidas que restringen indebidamente el espacio cívico y democrático en Venezuela”, en el contexto de las elecciones presidenciales previstas para el venidero 28 de julio.