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Primitivismo bolivariano del siglo XXI

Primitivismo bolivariano del siglo XXI

La escualidez intelectual se expresa en el estrangulamiento presupuestario de las universidades autónomas y el aniquilamiento de los institutos de investigación


José Rafael López Padrino

El fachochavismo representa la expresión más acabada del primitivismo político del siglo XXI. Contrario a lo que significó el primitivismo artísticamente (ruptura con los valores estéticos tradicionales), el primitivismo político bolivariano ha significado un proyecto sin doctrina, sin ideología, inspirado en la sed de poder y de fama de un iletrado teniente coronel, prisionero de sus propios temores y supersticiones, y cuyos dislates son considerados como genialidades políticas y hoy paradójicamente constituyen el marco rector del bolivarianismo totalitario (Programa de la Patria 2013).

Primitivismo que se ha traducido en convertir el insulto, el maltrato y la descalificación en discurso oficial, que ha asumido la intolerancia y negación de la existencia del adversario como política de Estado. Que ha convertido a sus seguidores en verdaderos zombis sectarios, violentos e insolentes, cuya nivel de abstracción solo les permite repetir escasamente una anécdota o una consigna y cuya capacidad intelectual solo se limita a los lugares comunes.

Son esos “hombres nuevos” los que nutren a los grupos paramilitares del oficialismo imitando con sus actos vandálicos a las “hordas fascistas” del régimen de Benito Mussolini, o las terribles y sanguinarias SA del Partido Obrero Nacional Socialista de Adolfo Hitler.

«Solo les interesa conservar el modelo autoritario, represivo y capitalista a cualquier precio, aunque tengan que profundizar el ya existente régimen narco-cívico-militar-delincuencial»

Oscurantismo intelectual que los lleva a pensar que la escasez alimentaria no se debe a la ineficiencia de las empresas estatizadas, ni a las barbaridades implementadas por el fallecido eterno de Sabaneta, sino al desabastecimiento inducido por los empresarios (Maduro, 13/04/2016).

Desconocimiento que los lleva afirmar que la falta de medicamentos a que los venezolanos somos los que consumimos el mayor número de medicinas per cápita en el mundo (Luisana Melo, Ministra de la Salud, 22/01/2016).

Ignorancia supina que los lleva a sugerir la siembra de maticas de acetaminofén (Rona del Valle Gómez “profesora universitaria” y dirigente del PSUV, 10/06/2015), o la implementación de los gallineros verticales y huertos urbanos (teniente coronel, 11/07/2012) a fin de solucionar las penurias que sufrimos los venezolanos.

Escualidez intelectual que se expresa en el estrangulamiento presupuestario de las universidades autónomas y el aniquilamiento operativo de los institutos de investigación en el país. Bajo el pretexto de una “educación para todos” han convertido a las Universidades Experimentales en muladares donde no se forman profesionales críticos, sino activistas políticos proclives al régimen.

Han impuesto una pseudociencia basada en los saberes populares y ancestrales, bajo la excusa de “desarrollar una ciencia útil. Son los mismos iletrados que afirman que el comandante galáctico fue asesinado mediante la inoculación de células cancerosas. Son tiempos de incultura que nos retrotraen a la época cuando Millán Astray (Universidad de Salamanca (12/10/1936), expresando mejor que nadie la esencia del fascismo, gritó “Muera la inteligencia, viva la muerte”.

El primitivismo fachochavista ha impulsado la destrucción de las ancestrales selvas del Imataca, la contaminación de sus ríos, la inestabilidad ecológica de la región, así como la degradación de comunidades indígenas, instaurando mas pobreza y desolación (decreto No 3110, 7/09/2004).

Más recientemente el sabandija de Maduro decretó la creación de la Zona de Desarrollo Estratégico Nacional “Arco Minero del Orinoco” (N° 2.248, 24/2/2016), en los territorios indígenas de los Estados Amazonas, Delta Amacuro y Bolívar que representa una de las peores depredaciones en nuestra historia. Políticas entreguistas que lesionan la soberanía, avalan el saqueo, y amenazan con una destrucción ambiental sin precedentes.

El primitivismo bolivariano constituye un proyecto sin anclaje histórico y sin sujeto social definido que avanza sin mayores sobresaltos hacia el totalitarismo dentro de una visión facho-militarista.

La mediocridad ideológica de sus proponentes explica la orfandad de su armazón conceptual y lo limitado de sus propuestas las cuales no han traspasado del umbral de la copia barata de viejas dictaduras del siglo XX y XXI.

La falaz fantasía libertaria bolivariana ha terminado resultando ser una verdadera pesadilla totalitaria. Farsa social fundamentada en ideas inconexas, en un histrionismo agobiante, en una adoración caudillesca repugnante, y en un populismo primitivo manipulador.

Es evidente que al lerdo de Maduro y su mafia narcobolivariana no le interesa resolver los graves problemas que carcomen a la sociedad venezolana: desabastecimiento de alimentos y medicinas, crisis medico-asistencial, alza desmedida de precios, inseguridad personal, precarización laboral, violación de los derechos humanos, militarización de la sociedad, destrucción de la educación a todos los niveles etc.

Solo les interesa conservar el modelo autoritario, represivo y capitalista a cualquier precio, aunque tengan que profundizar el ya existente régimen narco-cívico-militar-delincuencial.