Lo correcto para armonizar intereses opuestos es establecer un equilibrio favorable a los derechos de todos los ciudadanos
Jesús Silva R
Como aporte a la paz nacional y sin de adelantarme a escenarios hipotéticos con del Consejo Nacional Electoral (CNE) o a Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), yo propongo fijar un lapso de 2 días para que se intenten recoger las firmas del Referendo Revocatorio (RR) como solución equilibrada y pacificadora para todos los venezolanos de un sector y del otro.
Inspirado en precursores de la paz como Mahatma Gandhi y Nelson Mandela, mi humilde propuesta pretende aliviar la conflictividad política que asfixia a Venezuela y el riesgo de una guerra civil, mediante la eliminación de sospechas de desigualdad o ventajismo. Visto que la MUD exige lapso de 3 días y el PSUV exige 1 día, creo que la propuesta Gandhiana o Mandeliana sería conceder 2 días.
Sin embargo, advierto, queda abierta la vía judicial que varias veces he sugerido en asuntos del RR, esta vez para que (a falta satisfacción por lo que decida el CNE) la MUD solicite extensión del controvertido lapso ante el TSJ ó el PSUV la reducción, según sea el caso.
De seguidas, los antecedentes: el Gobierno de Venezuela ha presentado una razonable idea: “un día para elegir, un día para revocar, lo que es igual no es trampa”. Esto es que la recolección de firmas definitivas del 20% (4 millones) como lo establece el artículo 72 de la Constitución se intente en 1 sólo día y si se logra entonces convocar a un RR. Esto en virtud de que fue en 1 día que se sumaron los votos para elegir Presidente a Nicolás Maduro.
Si por ejemplo el (CNE) otorga un horario de 6 am hasta las 6 pm, habrá tiempo de 12 horas para reunir 4 millones de firmas. Opositores furibundos dicen que la calentura del pueblo es muy grande ante la crisis económica y se conseguirán hasta 10 millones de firmas. Otros opinan que la meta no podrá ser lograda por razones matemáticas y tecnológicas.
Lo cierto es que, dado que la Carta Magna no fija lapso para dicha recolección de firmas, se decide según la siguiente norma jurídica aplicable al referendo, es decir, las resoluciones administrativas del CNE de 2007.
Siendo así, bastaría un veredicto del árbitro electoral para que este lapso de un día se confirme (invocando el principio de igualdad ante la ley) y la oposición no podrá argumentar que se le viola un supuesto derecho constitucional porque el lapso sea de 3 días no aparece en el Texto Fundamental venezolano.
Es más, el hecho de que en 2004 el lapso de esta misma recolección de firmas haya durado 3 días no significa un fundamento de exigibilidad para que en 2016 ese lapso dure lo mismo porque en materia de soberanía popular y elecciones no se puede invocar la existencia de un derecho adquirido (lapso de 3 días en 2004) a favor de un sólo sector de los venezolanos en perjuicio de otros. Es decir, no se puede constitucionalizar una discriminación.
Lo correcto para armonizar intereses opuestos es establecer un equilibrio favorable a los derechos de todos los ciudadanos. Por eso, dando igual atención al legítimo derecho de los partidarios del gobierno, el lapso de 1 día para recoger las firmas tiene como justificación que es el mismo tiempo concedido a la generalidad de los actos electorales. A primera vista, nada justifica un lapso especial más extenso.
En este tema, lo que diga el CNE en el marco de sus resoluciones será norma de obligatorio cumplimiento ya que la oposición mansamente las ha aceptado y obedecido, absteniéndose de impugnarlas judicialmente, incluso en contravía a mi propia recomendación pública de que lo hicieran. Ver mi polémico artículo: Única vía para el referendo revocatorio en 2016 (Addendum)
http://jesusmanuelsilva.blogspot.com/2016/05/unica-via-para-referendo-revocatorio-en.html
Ratifico mi respeto al pueblo opositor, esperando que no caiga en la trampa de las protestas violentas o la intervención extranjera incitada por varios de sus dirigentes fundamentalistas. Asimismo hago un llamado a mis camaradas revolucionarios para unirnos más y valientemente asumir el desafío de una campaña electoral a favor del referendo ratificatorio (en caso de que la oposición recoja las 4 millones de firmas).
