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Oscar Battaglini: Las disparatadas medidas económicas del madurismo

"Con el Mazo Dando" tendrá su versión en papel

El Ejecutivo tomó el camino de gobernar, sin éxito, de manera puntual y casuística


Oscar Battaglini

En los 18 años que el chavezmadurismo ha permanecido en el poder no se ha aplicado o realizado efectivamente una política económica dirigida a cambiar, por un lado, la naturaleza del proceso económico impuesto al país, primero con la abundancia de recursos provenientes de la renta petrolera y, luego, dentro del marco de la emergencia creada  por la caída abrupta de los precios del crudo; y por el otro, el fomento de la capacidad productiva de nuestra economía, distinta del petróleo. En esto, el chavezmadurismo no se ha  distinguido ni marcado ninguna diferencia real con lo que ha sido la historia económica de Venezuela. En este sentido no ha hecho otra cosa que copiar y reproducir el modelo rentístico y parasitario que ha regido la vida económica del país desde el inicio de la explotación comercial de nuestros hidrocarburos, sobre la base de las concesiones petroleras otorgadas al capital extranjero por el binomio Castro y Gómez a principios del siglo XX.

Un hecho inequívoco que confirma que esa tendencia reproductora es lo que ha caracterizado la conducta económica del chávezmadurismo es el lobby que éste le ha venido haciendo a países miembros y no miembros de la OPEP, con miras a conseguir un aumento en los precios del petróleo y con ello un incremento significativo del ingreso rentístico del Estado venezolano. Otro hecho que refuerza dicha tendencia son los convenios recientemente firmados por el Gobierno de Maduro con varios consorcios extranjeros para la explotación de oro y otros minerales contenidos en el llamado “Arco Minero”, sin que le haya importado en lo más mínimo el desastre ecológico de inmensas proporciones que esa explotación ocasionará tanto a la región de Guayana como a las etnias que allí habitan.

Esa propensión rentística y parasitaria del chávezmadurismo lo que ha hecho, como en el pasado, es que sus planes económicos se hayan visto bloqueados en su realización práctica. Esto es lo que ha ocurrido con el “Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2007–2013” y con el “Plan de la Patria”, instrumentos de política económica que, como los planes de la nación del puntofijismo, han quedado convertidos en letra muerta y en un compendio formal de “buenas intenciones” aunque sin ninguna posibilidad de realización efectiva; y, cómo reza el proverbio, de buenas intenciones está empedrado el camino del infierno. Ante tal situación, el chávezmadurismo tomó el camino de gobernar no de acuerdo a un plan general y coherente, sino de manera puntual y casuística, pero no por eso menos eficaz en la consecución de los fines económicos y políticos de la camarilla “cívico-militar” enquistada en el poder.

Es así como el chavezmadurismo ha ido montando un poderoso dispositivo burocrático acompañado de una serie de medidas económicas que le han permitido ejercer un total control sobre la estructura y la dinámica de la economía nacional. Entre esas medidas destacan:

1.- El control de cambio. Esta medida económica que por lo general se aplica en situaciones de emergencia para tratar de impedir la fuga de divisas hacia el extranjero, cosa que bajo la dominación del chavezmadurismo, no se ha cumplido, ha sido utilizado por éste para establecer un dominio autoritario y omnímodo de todas las actividades de la economía del país, tratándose de una sociedad en la que el conjunto de esas actividades dependen obligatoriamente de la importación de materias primas y de muchos otros insumos para llevarse a cabo en condiciones normales. El monopolio que el régimen chavezmadurista viene ejerciendo sobre el mercado de divisas —que le confiere la potestad discrecional de otorgar las divisas— es lo que en gran medida ha hecho colapsar la economía nacional. Un aspecto que ha empeorado aún más esa situación es el bloqueo adicional que el chavezmadurismo le hace al sector privado de la economía, al haber asumido la importación directa de insumos para ser distribuidos y comercializados en el interior del país. En esto ocurre exactamente lo que está pasando con el otorgamiento de divisas, en el sentido de que el Gobierno decide a quién le vende y a quién no le vende los insumos importados.

Entre las consecuencias más nefastas del control de cambio impuesto y mantenido de manera indefinida por el chavezmadurismo están:

1.1.- La enorme corrupción que se ha tejido con el dólar-regalo a 10 bolívares. ¿Cuánto más tardará el Gobierno en implementar un sistema de unificación cambiaria que ponga término al aprovechamiento de mafias militares que medran a la sombra del desastre cambiario implementado por el chavezmadurismo? 1.2.- El surgimiento de un dólar paralelo alrededor del cual no solamente se realizan intercambios especulativos enormemente rentables para sus manejadores, mismo que se ha convertido en el marcador de los precios en el mercado nacional. He ahí una de las causas básicas de la brutal inflación que padece nuestra sociedad.

2.- Las expropiaciones y estatización de empresas, bienes y predios rústicos. Estas expropiaciones indiscriminadas y disparatadas de empresas, inmuebles y fundos agrícolas llevadas a cabo por el régimen chavezmadurista es otra de las medidas económicas dirigidas al establecimiento de un férreo control sobre la economía venezolana. Como en el caso anterior, la dirigencia chavezmadurista (en su expresión partidista y gubernamental) ha declarado que esas medidas forman parte del proyecto socializador por ellos representado. Pero cuando se revisa con algún detenimiento el contenido económico y político de todas estas medidas, inevitablemente se llega a la conclusión de que ellas no se corresponden ni siquiera con el A,B,C de lo planteado en esta materia por los clásicos de la teoría marxista, ni tiene en cuenta la experiencia fallida de los intentos socialistas que en el mundo se han conocido hasta ahora. Lo hecho a este respecto por el chavezmadurismo no va más allá de una simple estatización capitalista de algunos activos de origen privado que en manos del Estado chavista han pasado a ser parte de la situación ruinosa que hoy presenta la economía venezolana. Maduro no termina de comprender que los indicadores económicos empeoran cada vez que toma una medida en contra del sector privado y lo peor es que las consecuencias las paga el pueblo.

3.- La Ley de Precios Justos y los CLAP. El chavismo oficial tiene la determinación de no referirse a la inflación, el desabastecimiento y a la escasez de productos de primera necesidad que gravitan negativamente sobre la vida de los venezolanos, sin embargo, como no puede negar la existencia de esos males económicos creados por el propio Gobierno con las medidas que ha venido tomando, lo único que se le ha ocurrido es: 3.1.– La promulgación de una Ley de Precios Justos que ha sido puesta en vigencia sin que se haya tenido en cuenta el carácter capitalista de la economía venezolana y los costos de producción; 3.2.– El reparto esporádico de una bolsa de comida entre los sectores más empobrecidos y menesterosos de la población, y sobre todo aquellos que aún se muestran partidarios del régimen chavista. Estas medidas que no han conseguido contener la inflación ni aliviar siquiera el desabastecimiento, lo que han hecho es ahuyentar la inversión de capital y propiciar, en consecuencia, una mayor caída  de la producción y una mayor agudización de la inflación y el desabastecimiento crónico. Conviene decir que esta es la misma suerte que han corrido tanto los cinco motores económicos de Chávez, como lo quince motores anunciados por Maduro.

4.- La reconversión monetaria. Esta es la medida económica más disparatada implementada por el madurismo. Esa es la conclusión a la que se llega cuando se verifica la forma repentina e improvisada como dicha medida fue implementada, cuestión que se ve confirmada por las prórrogas que el propio Gobierno estableció para la circulación del billete que se pretendía sustituir. Por otra parte, dicha medida no contribuye a resolver ninguno de los grandes y graves problemas que hoy padecemos los venezolanos; además de constituir una verdadera expropiación a gran escala de toda una sociedad, para lo único que ha servido es para que las mafias civiles y militares articuladas al poder chavezmadurista se hayan aprovechado inescrupulosamente —en contra del país— para realizar una gigantesca operación de lavado de dinero.

Es entonces en el conjunto de esas medidas, y en el efecto negativo que ellas producen a la economía nacional, donde radica la causalidad básica del estado de crisis general por el que atraviesa la sociedad venezolana. Y esa es la fuente de la que deriva el enorme descontento social y político contenido en el seno de la inmensa mayoría de este noble pueblo, evidente cuando tuvo la oportunidad de expresarse electoralmente el 6D de 2015, y que no ve la hora de volver a expresarse de la misma forma cuando se presente la ocasión.