“Ningún ejército, ningún gobierno impopular, han detenido jamás a un pueblo que lucha día a día por la libertad”, destaca el individuo de número de la Academia Nacional de Ciencias Económicas
Edgardo Agüero Sánchez
La militarización del Estado es un hecho indudable en la Venezuela de estos tiempos, según afirma Héctor Silva Michelena, individuo de número de la Academia Nacional de Ciencias Económicas. A ese respecto, califica como “desmadre castrense” el período de Nicolás Maduro en el poder.
Ese exceso es evidente porque los militares “están incrustados en la administración pública, en todas partes”, tal como recuerda el exdecano de la Facultad de Economía y Ciencias Sociales de la Universidad Central de Venezuela.
A pesar de esa potente influencia castrense, Silva Michelena, prolífico escritor y poeta, afirma con seguridad que ningún ejército ha detenido a un pueblo “que lucha día a día por su libertad”.
¿Qué es la democracia? ¿Cuáles serían hoy los elementos fundamentales en torno a la discusión de éste concepto?
— La definición clásica que ofrece el diccionario —entre otras acepciones— la define como la forma de gobierno en la que el poder político es ejercido por los ciudadanos. Una segunda acepción la interpreta como una doctrina política según la cual la soberanía reside en el pueblo, que ejerce el poder directamente o por medio de sus representantes. Es, pues, como vemos, una doctrina y una forma de gobierno. Después hay varios calificativos, como los vigentes, referidos a la democracia participativa y protagónica; un sistema de organización política que otorga a los ciudadanos una mayor, más activa y más directa capacidad de intervención e influencia en la toma de decisiones de carácter público. Es por ello que la democracia participativa asume como uno de sus objetivos que el ciudadano no limite su papel dentro del sistema democrático al ejercicio del sufragio, como ocurre en la democracia representativa, sino que asuma un rol protagónico, activo y propositivo dentro de la política, tanto a nivel comunitario, como regional y nacional.
De esta manera, uno de los retos de la democracia participativa es crear una sociedad integrada por ciudadanos activos, organizados y preparados para asumir un papel dinámico en la escena política. El ideal que promueve el sistema democrático participativo es el de una sociedad más justa, plural y con mayor inclusión social, que se reconozca en los valores de la concertación, la tolerancia y la colaboración. No obstante, es importante subrayar la naturaleza híbrida de la democracia participativa (de allí que haya quien la denomine semidirecta), pues esta, más que constituir un sistema en sí mismo, se puede comprender como práctica complementaria de la democracia representativa para reforzar la participación ciudadana. No es una digresión decir rotundamente que las bases comiciales propuestas por Maduro para su Constituyente violan flagrantemente los principios fundamentales contenidos en la Constitución, expuestos en los artículos 4, 5, 6; además de los artículos 333, 347 y 348, como se ha demostrado hasta la saciedad.
“El fin de un modelo económico, cualquiera que él sea, no termina por decreto”
Maduro decretó fin el rentismo. ¿Es esto posible?
— El fin de un modelo económico, cualquiera que él sea, no termina por decreto. La transformación del Estado, y establecer un nuevo orden jurídico, no ayudan en nada a ese fin. La clave consiste, en el caso de Venezuela, en reconocer, de una vez por todas, que somos un país petrolero y, ahora es claro, también minero. ¿Cuántas actividades productivas podrán crearse si procesamos el petróleo, aguas arriba y aguas abajo? ¿Si invirtiésemos los excedentes productivamente, en la formación física de capital físico y, sobre todo, humano? La teoría del alto desarrollo existe desde hace más de 60 años, que resulta de la articulación del “gran impulso” a las inversiones con los eslabonamientos anteriores y posteriores que genera la inversión. Podría decir mucho más sobre las modernas teorías del desarrollo, pero no es posible aquí. Basta con leer bien el libro “Teoría económica del capitalismo rentístico” (1977) del profesor Asdrúbal Baptista (ULA/IESA), para saber por qué estamos donde estamos. Y si agregamos la errática política económica instrumentada desde hace uno 10 años, primero, y luego, con Maduro, el colmo del desastre en economía, podemos parafrasear la famosa rase de Petkoff: estamos mal, pero vamos peor.
En conclusión, el rentismo no terminará con las comunas, ni con la dictadura militar-civil que padecemos, porque no tienen los instrumentos teóricos para hacerlo, o no los conocen o los desprecian. Las revoluciones, para crear prosperidad y bienestar, no pueden ser como las socialistas del siglo XX, todas fracasaron, salvo China y Vietnam. Como la que hizo la burguesía en el XIX. Luego muy modificada, a partir de Keynes, la socialdemocracia y los aportes del premio Nobel, Amartya Sen (Desarrollo con libertad).
¿Hay una militarización del Estado? ¿Se estaría produciendo un desmantelamiento del mismo?
— Sin dudas. Ya desde Chávez, quien era militar, pero fue más discreto, hasta el desmadre castrense de Maduro. Hay más generales que pelotones, más almirantes que fragatas, más aviones que aviadores… Pero eso no es todo: están incrustados en la administración pública, en todas partes, y poseen, al menos, 11 empresas productivas muy rentables. Las puedo identificar, pero no hay tiempo.
Pero eso no es todo ni lo más importante. En un artículo del Grupo de Diarios de América (GDA), publicado en “El Nacional” el 2 de julio pasado, titulado “Venezuela en la mira”, se lee: “En los últimos años, altos funcionarios y militares venezolanos han sido acusados de estar incursos en el tráfico de drogas(…) el Departamento del Tesoro elaboró lo que se conoce como la ‘lista Clinton’ que incluyó los nombres de militares y funcionarios de alto rango, acusados de pertenecer a carteles de la droga. (…) El Departamento del Tesoro dijo que Tareck el Aissami facilitó los envíos de narcóticos desde Venezuela incluyendo el control de los aviones que salen de una base aérea venezolana y los envíos de narcóticos de más de 1.000 kilos desde Venezuela en múltiples ocasiones, incluyendo los que tienen destinos finales de México y Estados Unidos. Además, aseguró que está vinculado a la coordinación de envío de drogas al cartel mexicano de Los Zetas, y brindó protección a un narcotraficante colombiano (…) En 2015, el diario ‘ABC’ de España publicó una serie de reportajes que han sido fuente de gran controversia, en los que se señala que el diputado Cabello, por entonces presidente de la Asamblea Nacional y actual vicepresidente del PSUV, estaría siendo investigado en Estados Unidos por estar involucrado presuntamente en delitos internacionales”. El artículo cierra con unos rayos negros: el de los sobrinos de Cilia Flores. No estoy en capacidad de asegurar nada a este respecto, pero eso es lo que esos periódicos señalan, y como tal lo traigo a colación.
«El rentismo no terminará con las comunas, ni con la dictadura militar-civil que padecemos, porque no tienen los instrumentos teóricos para hacerlo, o no los conocen o los desprecian»
¿Estamos cercanos a un régimen de terror tipo Robespierre? Me refiero a las últimas actuaciones del Sebin
— Recordemos. El Régimen de Terror (Régime du Terreur) empezó el 5 de septiembre de 1793 en Francia, cuando la Convención votó en favor de las medidas de terror para reprimir las actividades contrarrevolucionarias. El Terror habría de durar hasta la primavera de 1794. Tan sólo en el mes anterior a su final, hubo 1.300 ejecuciones, pero la mayor parte de estas últimas fueron precisamente de los jacobinos y sus seguidores. El Comité de Salvación Pública era un cuerpo colegiado de diez o doce integrantes, según las épocas, encabezado por Maximilien Robespierre, quien señalaría: “El terror no es más que la justicia rápida, severa, inflexible”. El Régimen de Terror jacobino terminó al ganarse la decisiva Batalla de Fleurus, que aplastó al ejército austríaco el 26 de junio de 1794. El guillotinamiento de Robespierre y 28 de sus asociados marcó el fin del Terror y el inicio de la Reacción de Termidor.
En cuanto al Sebin, podemos señalar tres grandes irregularidades que saltan a la vista en el desempeño de ese “Comité” represivo. Una es la alta frecuencia con que realiza allanamientos sin órdenes judiciales, un mecanismo que muchas veces conlleva a otra violación: la detención de personas sin boletas de captura. En segundo lugar, existe una violación a la garantía constitucional sobre el secreto y la inviolabilidad de las comunicaciones privadas (artículo 48). El Gobierno ha admitido esta ilegalidad a través del exministro Rodríguez Torres, cuando se ha referido a correos electrónicos y llamadas telefónicas para hacer acusaciones contra políticos y defensores de los derechos humanos.
En tercer lugar, la interceptación de comunicaciones que se estarían haciendo por tiempo indefinido, agrega. Dice Rocío San Miguel: “Eso es ilegal, porque solo un tribunal puede autorizarlo de manera explícita y por tiempo definido. Eso no lo he visto en los expedientes judiciales en los últimos tiempos”. El Sebin, organismo de inteligencia del Estado venezolano, se ha convertido en uno de los principales brazos utilizados por el Gobierno de Nicolás Maduro, para neutralizar la ola de protestas que ha arropado al país en los últimos tres meses. Detenciones sin órdenes judiciales, interrogatorios no autorizados por jueces, operaciones de vigilancia y hostigamiento han sido cuestionados por quienes han sido objetivos de la institución. Sus críticos, sin embargo, señalan que todo esto demuestra las dificultades que tienen para procesar información y controlar una situación que los desbordó. Un reportaje de Fabiola Zerpa y David González, publicado en Siete Días de “El Nacional”, donde se describe en detalle los procedimientos paralegales e ilegales que emplea este organismo. Si a esto aunamos la afirmación de la fiscal general de la República, dicha hace poco tiempo, Venezuela es “un Estado policial”. Es un Comité de Salud Pública redivivo, sin guillotina, pero con muchas armas de fuego y contundentes, detenidos, heridos y, ay dolor, casi 100 asesinados, en su gran mayoría jóvenes.
“El Sebin se ha convertido en uno de los principales brazos utilizados por el Gobierno de Nicolás Maduro, para neutralizar la ola de protestas”
¿Vamos hacia una Constitución cubana? ¿Qué va a ocurrir después del 30 de julio?
— Lo que va a ocurrir después de 30 de julio es puramente especulativo por dos razones: 1.- Nadie está 100 % seguro de que ese día habrá elecciones. La presión interna, de calle y ciudadana, es muy fuerte, al igual que la internacional, done ya es vox populi que Trump y Putin, por razones distintas pero con intereses comunes de grandes potencias, tienen enfocada la mira. 2.- En Cuba no hay un Estado comunal, Fidel Castro comprendió que ese era el camino del fracaso, ya que conocía muy bien lo ocurrido en la China de Mao. En la Gaceta Oficial de la República de Cuba, se pude leer las Reformas a la Constitución de 2002. Yo creo que, cambiando de nombre, se van a adoptar los principios fundamentales allí enunciados, donde lo esencial es que se declara socialista a la República de Venezuela. En Cuba, la organización territorial es así: provincia, municipio. Y en cada una o uno, hay una Asamblea Popular, con poderes locales de decisión. El órgano supremo es la Asamblea Nacional Popular (modelo chino), y el proceso eleccionario es así: elección municipal, elección provincial, elección a la ANP, y allí, elección de los dirigentes. Es una elección de tercer grado, o más, aunque se diga que el pueblo puede intervenir directamente en el supremo gobierno. Eso nuca ha sucedido. Este sistema podría ser el adoptasen para Venezuela los constituyentes “electos” (yo creo que ya están designados en un 90 %). Tendrán que afrontar el siguiente problema: ¿cómo van a cohabitar las comunas con los municipios y estados? No sé.
Hombres y mujeres unidemensionales
¿Gobierno y Estado necesariamente se amalgaman en torno a un pensamiento único? ¿De qué manera afecta esto a la libertad individual y el derecho al disenso?
— Cuando Gobierno y Estado se amalgaman, y yo sumaría el partido y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, sencillamente nos convertiremos en “hombres y mujeres unidemensionales”, para recordar a Marcuse. Eso quiere decir que se impone el pensamiento único, no hay crítica, los derechos humanos quedan restringidos de facto aunque no lo sean de iure (internacionalmente se ve muy feo), habrá presión para que los partidos opositores desparezcan y quede un Partido Único, si acaso con uno o dos “opositores” nominales, racionamientos de todo tipo, controles de la vida y los movimientos, moneda inservible, educación ideologizada al extremo (marxismo-leninismo-bolivarianismo-chavismo), eliminación de la autonomía universitaria y, en fin, la instalación de un socialismo de Estado autoritario, donde proliferará una nomenclatura de tipo soviético, con prebendas muy burguesas. ¿Y el pueblo? Bueno, es el que manda pero sólo recibe un salario y genera un excedente que es apropiado u expropiado por el Estado Padre, como lo llama el instructivo del PSUV. Ese sol negro no llegará. Ningún ejército, ningún gobierno impopular, han detenido jamás a un pueblo que lucha día a día por la libertad, por una vida digna para sus familiares y amigos.