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Los muertos de la vieja política han resucitado y los nuevos partidos de la burguesía ultraderechista, ejercen la violencia
Julián Rivas
En Venezuela se viven momentos extraordinarios que inevitablemente le dan mayor fuerza a la idea de convocar una Asamblea Nacional Constituyente. La pretensión de la Asamblea Nacional de tomar por asalto otros poderes, designando ilegalmente magistrados, o anunciando que va a conformar gobierno, demuestra que más que nunca hay que dar un giro de tuerca en la Constitución.
Por lo demás, el voto de diciembre de 2015 perdió su fuerza, su esencia y posiblemente un altísimo porcentaje de quienes votaron por la MUD ahora sienten vergüenza o sufren pesadillas. Qué voto tan inútil, por culpa de los veteranos y novatos diputados de la alianza opositora colonizada pr Estados Unidos, antes por Obama y ahora por el señor Trump. Ja.
Sobre la Constituyente podemos hacer observaciones de forma, pero es necesaria. Ningún país del mundo elige parlamentarios o gobierno para que destruya sus instituciones soberanas. Vaya dos ejemplos, en 1990 el Frente Islámico de Salvación (FIS) ganó las elecciones municipales y a la vuelta de dos años comenzó su desmoronamiento. La sociedad argelina reaccionó cuando el FIS pretendió voltear el país mediante la violencia. Hace cinco años ocurrió lo mismo en Egipto. Mohamed Morsi ganó las elecciones presidenciales. Las mayorías reaccionaron cuando el partido de Morsi y sus aliados quisieron romper el equilibrio social y político del país.
Los señorones de la oposición, los intelectuales rajaos y la cúpula de la iglesia católica han convalidado los actos de violencia terrorista de los últimos tres meses. Y mayor gravedad reviste el empeño para que potencias del mundo norte intervengan en Venezuela, incluso por vía militar. La mayoría de los venezolanos rechazan estas pretensiones.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) ha pasado la raya. Fue al Senado de Estados Unidos a denunciar a Venezuela. Estamos ante el levantamiento de un muerto, la ideología panamericanista, y algo peor, un novedoso laboratorio de tutelaje de una nación, que sería la Venezuela bajo un hipotético gobierno de la Mesa de Unidad Democrática (MUD).
Esta pretensión de nombrar magistrados es una clara manifestación de la ilegalidad a la que puede acudir la clase dominante cuando cree que sus intereses están en peligro. La entrega de la soberanía de una nación, debilitar la Fuerza Armada, someterse a la burguesía del país vecino, que para el caso es la oligarquía colombiana, es una muestra de las largas pezuñas de estos opositores que se hacen llamar demócratas.
Los muertos de la vieja política han resucitado. Esta semana lo hemos confirmado. Llaman a acuerdos de elites, y prueba de ello es que la figura estelar para los anuncios de rigor es Henry Ramos. El sector privado agrupado en Fedecámaras suelta que la Constituyente no resolverá lo económico. Manuel Rosales malamente repite el discurso. Filosofa burdamente contra el comunismo. Y los nuevos partidos de la burguesía ultraderechista, ejercen la violencia.
Así se nos van estos últimos tres meses. Medios de comunicación como Globovisión, Venevisión o «El Universal», cada día demuestran por qué son de la burguesía. Mejor dicho, estos medios están con el mismo discursos de hace 80 años.
Venezuela no va a colapsar. Esta conspiración será derrotada, así cuente con el apoyo de los Estados Unidos, de la oligarquía colombiana, de los británicos e Israel. Del anglosionismo, pues. Lo venimos advirtiendo desde hace rato: El anglosionismo tiene una jugada contra Venezuela. La hora ha llegado. El que tenga ojos que vea.
Venezuela tiene una población que mayoritariamente sabe que el país es agredido desde el exterior. Ahora, la tarea de los medios es seguir sembrado desesperanza. La periodista de Venevisión sirve para eso. Le pregunta a Manuel Rosales: ¿Cómo se van a canalizar las frustraciones de los venezolanos?. Caramba. Y Rosales, que es una vaca enzapatá, dice: “Venezuela afecta a la región, y la región afecta al Continente”. Carajo.
Hasta los intelectuales rajaos se han vuelto anticomunistas. Agustín Blanco Muñoz es rabiosamente anticomunista. Héctor Silva Michelena, un intelectual rajao, no podía quedar fuera del anticomunismo (Será por estas cosas que Ludovico Silva decía que su hermano más inteligente era José Agustín, quien tiene una obra escrita extraordinaria, que explica la tragedia venezolana, la misma derecha de ayer y de hoy, de Fedecámaras, la de los sindicalistas atrasados que presumen de socialdemócratas).
El desastre tiene mucho de cuello blanco. Pero Fedecámaras culpa a los comunistas. Vicente Fox, promotor de la legalización de todas las drogas, se baña de masas en Chacaíto. En verdad hay un sector de la población que está desgaritada. Vayan al este de Caracas, a Lecherías en Anzoátegui, al norte de Valencia, o a Cabudare en Lara, y compruebe.
Pero lo de Colombia es para alarmar. El establecimiento nobiliario, oligárquico, aristocrático que controla a Colombia acusa a Venezuela en los organismos internacionales. Sorprende que Venezuela reaccione con lentitud y a medias ante Colombia. Debe haber reciprocidad. Llevamos años señalando que Colombia es una amenaza económica y geopolítica para los intereses de Venezuela. Los dogmas de la integración y el sueño infeliz de la Gran Colombia nos han hecho olvidar que lo importante es Venezuela. Pero, en verdad el presidente Santos no respeta a Venezuela y se le debe responder con firmeza.
De paso, invitamos a leer nuestras notas. Incluso a comienzos de enero hicimos una entrevista a Raimundo Kabchi que está en la web y en alguno que otro papel escrito por ahí. “Raimundo Kabchi: La OTAN en Colombia es un peligro para América”, es la nota. Búsquela.
LAS PROPUESTAS ECONÓMICAS
John K. Galbraith sostenía que muchos economistas se meten a brujos cuando les crece la familia y se ven obligados a servir a la burguesía. A la vez Domingo Alberto Rangel nos decía hace un cuarto de siglo que las universidades formaban cuadros de la burguesía, y el periódico de la burguesía era El Universal. Ojalá la Constituyente sirva para cambiar un poco de esto.
A pesar de la resistencia de la vieja burguesía monopolista, del engaño de los medios, el país ha cambiado en veinte años. Pudo ser mejor, pero la mano perversa de los infiltrados y oportunistas ha hecho daño. Pero nada de desespero, el país requiere fortaleza. Esto no va a hundirse. Este es un pueblo con una historia de medio milenio de luchas. Los anglosionistas, la OTAN, Trump, Fox, Santos, no podrán.
Tenemos recursos humanos, materiales y necesitamos un proyecto económico actualizado. Sobre todo un plan alternativo por si acaso los europeos y los gringos nos bloquean sus puertos, aeropuertos, los movimientos migratorios, las finanzas. Busquemos rutas por Medio Oriente, Norte de África, Asia, y pongamos lupa para tener claro quienes son nuestros aliados en América Latina. Que los hay.
Para la Constituyente en su esbozo general de lo económico es importante que a manera de mandato quede claro que el código de comercio debe actualizarse, estar al día en cuanto a las transformaciones económicas. Tenemos un código de Comercio del siglo diecinueve con mucho de rezago decimonónico. Esto no s por ignorancia. Es que a la burguesía le conviene. Dígame la banca, hay tratados y estudios de cómo burla leyes y regulaciones en Europa, Asia, en todos lados. En Venezuela hace fiesta.
En materia de alimentos y trafico de mercancías,. Hay que llevar romanas y equipos laser a las alcabalas, como ya ocurre en muchos países. Que la digitalización y no la discrecionalidad del funcionario de seguridad sea lo que se imponga. Por lo demás, hay que llevar a la Constituyente la insuficiente claridad para que las marcas colectivas y las formas de producción alternativas queden bien estampadas. Que la banca lo entienda y financie. No hay nada d comunismo en esto. Revise los ámbitos de acción de la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (OMPI) y se dará cuenta. Viva el pueblo.
