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“Se debe solicitar la expulsión del coronel Lugo de la Asamblea Nacional”

Lugo Borges

Nicolás Maduro honró con la cruz de la Guardia Presidencial a Bladimir Lugo, mientras que especialistas piden su destitución


Mónica Duarte

Bladimir Lugo Armas, coronel de la Guardia Nacional Bolivariana, acumula una serie de agravios en el último año, más de cuatro incidentes han sido reportados y registrados en cámaras en los que está involucrado con algún tipo de agresión hacia figuras de la dirigencia opositora. El más reciente, ocurrido este martes 27 de junio, tuvo como objetivo al presidente de la Asamblea Nacional y dirigente opositor por Primero Justicia, Julio Borges, a quien Lugo le debe protección por ser justamente el encargado de la seguridad en el recinto parlamentario.

“El derecho suyo termina donde comienza el mío. Yo soy el comandante de la unidad militar, usted puede ser presidente de lo que sea pero le agradezco se retire, ya hablé con usted. Yo manejo mis conflictos como me de la gana ¡váyase!”, dijo Lugo empujando a Borges fuera del puesto de comando.

Los empujones, uno por el pecho y otro por la espalda, sentenciaron el final del encuentro entre ambos y quedaron grabados en video donde, en una de las salas del parlamento, se ve al Coronel desconocer la autoridad del diputado y ordenarle salir. “Desde el mismo momento en que tienes esa cámara esto es un show”, se le escucha decir también al presidente de la Asamblea, “el comandante no quiere entrar en razón”, añade al final.

La situación ocurrió cuando Borges se habría dirigido a Lugo para solicitar una explicación por la agresiones contra diputados que se produjeron luego de que efectivos de la Guardia ingresaran al Palacio Federal Legislativo cajas identificadas con el emblema del Consejo Nacional Electoral sin dar aclaraciones.

Este primer episodio, en el que golpearon a tres parlamentarios y dos periodistas que buscaban impedir la entrada del material, quedaría sumado al encierro nocturno en el que se mantuvieron los trabajadores de la Asamblea por cuatro horas, al estar rodeada la sede parlamentaria por grupos de civiles que lanzaron cohetones al patio interno del recinto.

«Jamás se había visto que el custodio de la soberanía popular se levante contra la representación de dicha soberanía»

El historiador, escritor, profesor de la Universidad Central de Venezuela e Individuo de la Academia Nacional de la Historia (ANH), Elías Pino Iturrieta, califica esta escena como un acontecimiento “nuevo y deplorable” en la historia de Venezuela.

“Jamás se había visto que el custodio de la soberanía popular se levante contra la representación de dicha soberanía. Hubo una militarada famosa en 1835 pero fue un golpe de Estado contra el presidente Vargas, fue una situación distinta a la de hoy, pero se puede relacionar con la famosa escena de Pedro Carujo insultando a Vargas. Ambas son una manifestación más de una militarada y de una desobediencia al poder civil”.

Con él coincide Inés Quintero, también historiadora e directora de la ANH. “Que eso ocurriera en el siglo XIX obedecía a una circunstancia en la cual los límites y los linderos de la democracia se estaban construyendo, esto no lo legitima pero es mayormente inaceptable hoy. Han habido barbaridades, excesos y abusos pero en otros tiempos y otras circunstancias, dentro de un formato de legalidad totalmente diferente pero no dentro de un marco constitucional y de legalidad, como el actual, en el cual se supone que debe haber un respeto a las instancias de poder, cada una en su lugar”.

Sin embargo, Quintero asegura que estos hechos no representan un retroceso histórico sino que “se está violentando el siglo XXI y las condiciones de legalidad e institucionalidad de este momento”.

«Ya no solo ejercen cargos de ministros o funcionarios del poder civil sino que se les permite agresiones contra la soberanía del pueblo»

Pero no es la primera vez que el parlamento es objeto de comparaciones históricas, pues desde octubre de 2016, cuando grupos adeptos al oficialismo entraron al hemiciclo de sesiones interrumpiendo un debate y gritando consignas, diversos analistas ya hablaban de un nuevo “asalto al congreso” como el que ocurrió hace más de un siglo, en 1848, en tiempos del general José Tadeo Monagas, cunado se disolvió el congreso y murieron varios diputados.

Manuel Donís Ríos, miembro del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Católica Andrés Bello, recuerda este episodio y lo asemeja con el “pretorianismo desatado” que hoy invade las actividades parlamentarias. “Ya no solo ejercen cargos de ministros o funcionarios del poder civil sino que se les permite agresiones contra la soberanía del pueblo”, explica Donís sobre el poder militar que se refleja en los hechos recientes.

REACCIÓN “CÍVICA”

A pesar de los gritos y golpes, a Julio Borges solo se le ve darse la vuelta asombrado hacia el final de la discusión, para definitivamente salir de la sala donde estaba el coronel Bladimir Lugo y otros miembros de la Guardia Nacional. Esta respuesta, o la falta de ella, también desató críticas y estimuló el debate sobre el papel del líder opositor frente a al agresión de la que era víctima.

Quintero asegura que quien está “fuera de lugar, cometiendo un abuso, siendo un intruso, y acumulando todos los excesos” es el representante militar, quien, además, está obligado a respetar a la autoridad civil. “Los militares tienen que estar sujetos a los civiles por el Estado de derecho, porque ellos no pueden estar con las armas por su cuenta. Sobre todo en este momento en el que son ellos los que han violentado a la ciudadanía. ¿En qué cabeza cabe que ese funcionario, con ese prontuario, va a ser el que disponga, resuelva y diga lo que hay que hacer allí?”.

Por su parte, Guillermo Morón, escritor e historiador clasifica estos enfrentamientos como “ruidos” para la historia civil de Venezuela y afirma que “no se habían presentado hacía mucho tiempo problemas como los actuales”.

«El poder civil tiene que solicitar su expulsión de la Asamblea Nacional, no puede seguir conviviendo la representación popular con esta vulgaridad anticiudadana»

“En varias oportunidades de la historia han gobernado los militares y ahora vuelven a intentar algunos militares imponerse como de costumbre, pero no lo van a lograr porque el pueblo de Venezuela ya es democrático. De modo que todos los ruidos van a pasar, la Guardia debe y deberá ocuparse de mantenerse alerta ante enemigos extranjeros no enemigos internos.”, asegura Morón.

En cuanto a la reacción de Borges, Pino Iturrieta señala que “hizo lo correcto” cuando reclamó el vituperio anterior que se había cometido en contra de los diputados. “El jefe de la representación popular, máxima autoridad que hay en el recinto, le hizo el reclamo en términos de argumento civil, en términos de conducta cívica, y no recibió sino gritos y finalmente un empujón. Es muy facil clasificar quien representa la dignidad cívica y quien representa el atropello”.

Pero Pino Iturrieta lamenta que la “cosa quede allí” pues conseidera como urgente la destitución de Lugo de su puesto dentro de la Asamblea Nacional y las Fuerzas Armadas. “El poder civil tiene que manifestar su indignación en términos formales y solicitar su expulsión de la Asamblea Nacional, no puede seguir conviviendo la representación popular con esta vulgaridad anticiudadana”.

CONDECORACIÓN PRESIDENCIAL

Condecoración Bladimir Lugo
«La respuesta del presidente ha sido premiando al opresor, al arbitrario y a quien está fuera de lugar”, enfatiza la historiadora Inés Quintero

Luego de estos hechos, durante un acto en el Teatro de la Academia Militar, el presidente Nicolás Maduro entregó la medalla de honor de mérito al estandarte del destacamento de la Guardia Nacional que presta servicios de seguridad dentro de las instalaciones del Palacio Legislativo, mientras que a Bladimir Lugo le concedió la orden Cruz de la Guardia Presidencial.

Este premio significaría “el ennoblecimiento de la antirepublica”, como lo evalúa Elías Pino Iturrieta, en un acto que debería repudiarse y conducir a una medida disciplinaria inmediata en lugar de ser resaltado como un hecho “casi ejemplarizante”.

«Esos son detalles simbólicos fundamentales que nos demuestran como el régimen de Nicolás Maduro perdió todo tipo de conexión con la historia de Venezuela»

En vez de la disciplina se presenta la apología, en lugar del castigo, la celebración. Esos son detalles simbólicos fundamentales que nos demuestran como el régimen de Nicolás Maduro perdió todo tipo de conexión con la historia de Venezuela. Es una de las decisiones más deplorables que se han tomado en los últimos tiempos”, sentencia el historiador.

Con él, Inés Quintero repudia la condecoración y además teme que estos hechos puedan repetirse pues “la respuesta del presidente ha sido premiando al opresor, al arbitrario y a quien está fuera de lugar”.

Donís y Morón son más optimista en cuanto al futuro de la actuaciones militares pues no quieren generalizar y consideran que inclusive la mayoría de los efectivos de la Guardia Nacional están en “total desacuerdo con la falta de moral de Lugo”.