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Lo importante del discurso de Maduro es que demostró el agotamiento político-administrativo de su Gobierno y su incapacidad personal para captar el interés colectivo
Manuel Isidro Molina
El presidente Nicolás Maduro Moros volvió a perder una gran oportunidad ante la expectativa nacional. Parió un ratón, el jueves pasado, durante su tedioso discurso ante la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) monopartidista presidida por Delcy Rodríguez Gómez, su principal exégeta.
Su incoherencia fue mayor, salpicada con críticas despectivas contra Julio Borges y Donald Trump, y alabanzas mediocres a Pedro Carreño por sus costosos trajes, calzado y relojería de pudrimillonario impune. Fue una noche triste para Venezuela: ni sus seguidores salieron contentos del cónclave psuvista montado en el Palacio Federal Legislativo.
En vez de un programa político de amplio espectro, con visión estratégica, Maduro espetó unos cuantos manotazos económico-financieros de muy poca proyección superadora para la enorme crisis que nos agobia, hoy acelerada por las agresivas medidas de Trump, por solicitud y en contubernio con la más loca dirigencia de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), que ahora procura un cerco similar desde Europa, después que no pudieron tumbar el Gobierno con las guarimbas 2017, generadoras de unos 120 asesinatos entre abril y julio pasados, tanto por la violencia criminal de fanáticos “opositores” como por la violencia represiva del Gobierno. Ambos bandos quedaron “tablas” sobre una alfombra de muerte y destrucción fratricida.
Lo importante del discurso de Maduro es que demostró el agotamiento político-administrativo de su Gobierno y su incapacidad personal para captar el interés colectivo, con muy baja credibilidad nacional e internacional. La economía seguirá caotizada, con enormes perjuicios para la población bajo el reino de la brutal especulación y la depredación de las mafias del acaparamiento y venta criminal de productos subsidiados y no subsidiados, mientras el aparato productivo mermará más su desvencijado desempeño.
El moderado aumento de salario mínimo, bono de alimentación, pensiones y asignaciones familiares no cubrirá la brecha inflacionaria y especulativa registrada hasta el 31 de agosto; y menos, el castigo inflacionario contra toda la población, con excepción de los más ricos (o “ricos de verdad”) y los más corruptos y tracaleros que en Venezuela amasan gigantescas fortunas logradas sobre el saqueo de las arcas públicas y la descapitalización de nuestro aparato económico.
El pretendido control de precios tampoco surtirá efectos, porque el descontrol de las cadenas productivas y los canales de distribución, está caotizado; además de las severas afectaciones de la burocracia gubernamental en el área económica, la Guardia Nacional Bolivariana, la Policía Nacional Bolivariana y aún las formaciones vecinales (consejos comunales, Claps, etc.), en mucho enervados por la corrupción y la codicia, algo realmente miserable, penoso.
Otra demostración del desvencijamiento político-administrativo del gobierno es la pretensión de trasladar a la ANC sus competencias económicas y financieras, incluso con nuevas leyes impuestas desde el monopartidismo y el desconocimiento de las complejidades económicas nacionales y globales.
No hubo buenas señales en el discurso de Maduro. Su propia estructura y la cadencia caótica son muestras de sus debilidades profundas. A largo plazo, queda por ver los efectos de la nueva cesta de divisas para el comercio exterior venezolano, que incluiría el yuan (China), el rublo (Rusia) y la rupia (India), además del dólar estadounidense y el euro, con el propósito de disminuir la dependencia de las monedas occidentales, con las que la MUD, Trump y algunos gobernantes europeos como Rajoy (España) y Macrón (Francia) amenazan agredir a Venezuela.
En definitiva, la incertidumbre pesa más que la palabra de Maduro, por lo que las bajas expectativas se pueden convertir en seria amenaza de empobrecimiento mayor, descontento social y una más profunda desestructuración de la economía venezolana, a lo que también juega la oligarquía colombiana, expresada políticamente en Andrés Pastrana, Álvaro Uribe y Juan Santos -tres tramposos de oficio- aliados reptantes de las peores corrientes imperialistas de Estados Unidos.
Los equipos económicos y financieros del gobierno del PSUV tienen los tobillos podridos: civiles y militares con altas responsabilidades se dedicaron a enriquecerse, tracalear y saquear al estado venezolano. Durante la gestión Chávez, estructuraron sus mafias financieras, desde Cadivi (Cencoex) y la banca pública hasta el SENIAT, pasando por las empresas públicas y la mismísima PDVSA. Hoy vemos los resultados: se robaron medio país, pulverizaron el bolívar y empobrecieron a la mayoría de nuestro pueblo.
No importa lo que hagan, serán castigados política y penalmente. Han sido tan ladrones y sinvergüenzas, que el pueblo no los quiere ni les cree; y Maduro es como el “pagapeos”. ¿Quién se interesa por Pedro Carreño o Iris Valera? Hasta Diosdado es visto como un bichito, a pesar de la enorme fortuna acumulada por el clan Cabello.
Las elecciones de gobernadores —anunciadas por el CNE para el próximo 15 de octubre— serán una nueva señal de disconformidad nacional. Veremos qué ocurre con las primarias de la MUD este domingo 10 de septiembre, y cuál es la disposición del electorado en cuanto a permanecer prisionero del cepo PSUV-MUD o zafarse y emprender un camino alternativo.
Soy convencido de que a pesar de las dificultades, no nos hundiremos como país. Es vox populi que somos prisioneros de dos tendencias irracionales e irresponsables, que cada vez lo hacen peor persiguiendo sus mezquinos y viciados propósitos politiqueros; por lo que la urgencia es cambiar de rumbo para superarlas.
EL CONFESIONARIO
180 MILLONES DE DÓLARES otorgó CADIVI al Diario VEA en 2004, para la adquisición de una rotativa y otros equipos de última generación en Europa, pero no fue así, según fuentes cercanas a la gestión de la entonces presidenta de ese ente financiero, Mary Espinosa de Robles. Trabajadores expulsados de esa empresa sin pago de prestaciones sociales ni reconocimiento de otros derechos sociales de ley, recuerdan este affaire y piden investigarlo.
ALGÚN DÍA SE SABRÁ por quién y por qué Lilian Tintori fue delatada por la tenencia de los más de doscientos millones de bolívares en billetes del nuevo cono monetario, de origen y destino desconocidos, porque en realidad el cuento de la “abuelita” nadie se lo cree. Corren especulaciones sobre posible delación desde el Banco Occidental de Descuento (BOD), lo que de ser cierto, pondría en riesgo a otros beneficiarios del flujo confidencial de dinero con propósitos políticos o de enriquecimiento ilícito, pues la lista es larguísima en esta Venezuela bipartidista, tanto en la banca pública como en la privada.
EL BOD TIENE UNA LARGA RELACIÓN con los gobiernos del PSUV, casi estratégica, desde que su presidente Víctor Vargas y el exdiputado Ramón José Medina gestionaron contratos con el gobierno de Hugo Chávez, y a la vez mantenían relaciones de padrinazgo con factores de la Coordinadora Democrática, hoy devenida en MUD. Muy al estilo Odebrecht, pichaban “pa’ los dos equipos”, por lo que no es de extrañar episodios como el comentado.
JULIO CÉSAR REYES vs FREDDY SUPERLANO parece ser la final de las primarias MUD en Barinas. El primero es respaldado por el pacto AP-AD y el segundo está postulado por Voluntad Popular. La base adeca no traga mucho al postulado por Henry Ramos en pacto con Henry Falcón (Lara), por lo que el candidato de Leopoldo López aspira concentrar la mayor votación.
CURIOSIDADES DE ESTAS PRIMARIAS son las candidaturas de tres exgobernadores tachados en sus respectivas entidades federales por supuestas irregularidades administrativas procesadas judicialmente, pero no finiquitadas: Bernabé Gutiérrez (AD-Amazonas), Luis “El Burro” Martínez (AD-Monagas) y Ramón Martínez (AP/MAS-Sucre). .
LUIS ZEPPENFELDT HERNÁNDEZ es el candidato a la gobernación del estado Mérida por la alianza alternativa que encabeza la Unidad Política Popular 89 (UPP 89) con el Movimiento Popular Alternativo (MPA), Marea Socialista y sectores independientes opuestos al cepo PSUV-MUD.
ZEPPENFELDT es un exitoso industrial metalúrgico merideño, ampliamente reconocido por sus logros empresariales con visión futurista y responsabilidad social, que ha demostrado con hechos y honestidad probada la simbiosis empresarios-trabajadores para la innovación y beneficios compartidos, como se lo reconocen tirios y troyanos.
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