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Ignacio Ávalos Gutiérrez: “El CNE dificulta el proceso y confunde a los electores”

Ignacio Avalos

“El sistema de arbitraje, que en una parte es el CNE, no arbitra imparcialmente en los conflictos que se suscitan en la sociedad y eso está incidiendo de manera grave en la participación electoral”


Mónica Duarte

“La imagen del CNE como árbitro y como poder electoral ha disminuido, lo que no es una buena noticia. Pero eso no significa que el hecho de votar masivamente no tenga un significado muy importante y no pueda vencer las irregularidades y las infracciones”, explica Ignacio Ávalos Gutiérrez, sociólogo, ex rector del Consejo Nacional Electoral (CNE) en el año 2000 y director del Observatorio Electoral Venezolano (OEV).

Para las elecciones de gobernadores Ávalos destaca la participación como elemento de control de fraude pues asegura que “una votación masiva no se puede esconder”.

Sin embargo, no descarta el hecho de que entre la trampa y el fraude, el CNE va a caer en la primera como elemento de ventaja y favoritismo. Elementos que a su juicio ya se han hecho presentes desde el proceso previo a la jornada electoral que ha incluido la no sustitución de candidatos, el bloqueo de la tarjeta unitaria de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y la reubicación de centros electorales que afecta a 715 mil ciudadanos.

“Parece que el CNE plantea una carrera de obstáculos y el elector tiene que ir venciéndolos. Al final, le hacen sumamente difícil al elector el ejercicio de su derecho y el cumplimiento de su obligación”.

“Una votación masiva no se puede esconder”

“UN PROCESO MARCADO POR IRREGULARIDADES”

¿Cómo han sido las condiciones finales para las elecciones de gobernadores?

—Ha habido muchas irregularidades. Este proceso incluso nació mal, desde su convocatoria, la premura, el partir las elecciones regionales que incluían a las Asambleas Legislativas pero, sin dar explicaciones, decir que íbamos solamente a la elección de los gobernadores. Entonces uno se pone suspicaz y piensa que querían mantener en el caso de las gobernaciones ganadas por la oposición el control de las asambleas legislativas. Eso estuvo mal pero también estuvo mal la demanda que hizo el Psuv ante el Tribunal Supremo de Justicia por la tarjeta de la MUD, ya hace varios meses que le TSJ no respondió pero la MUD no la puede usar y eso está complicando la vida, lo vemos ahorita. En el sentido de que ya era una tarjeta conocida, eliminaba las posibles confusiones y quitaba la tentación de los partidos individuales.

¿Qué sucede con la sustitución de candidatos? ¿Serán nulos los votos que no se emitan al candidato final?

—Lo mencionado se mezcla con que después de las primarias hay candidatos unitarios pero no está la tarjeta de la MUD sino que están varias tarjetas porque nuevamente el TSJ proporcionó la plataforma jurídica al CNE para que el CNE dijera que ya no se podía sustituir. Entonces la oposición tiene ahora la tarea de explicar que no todas las tarjetas de oposición son válidas para elegir al gobernador de oposición. Ahora, si el voto no va hacia el candidato escogido por la MUD, que es el candidato unitario, se convierte en un voto nulo.

¿Cómo está el panorama de observación imparcial y acompañantes nacionales e internacionales?

—Hay una observación nacional muy limitada, de cinco o seis organizaciones que intervenían como observadores esta vez solo se lo permitieron a dos organizaciones. Al OEV no se lo permitió y la única explicación que se nos dio es que con la premura autorizar a todas las organizaciones era muy cuesta arriba logísticamente hablando para el CNE. Las organizaciones que sí fueron acreditadas son Asamblea de Educación y Proyecto Nacional. Pero de todas maneras nosotros vamos a hacer observación a través de una red nacional bien organizada pero con la limitación que da no tener credenciales.

No es un buen dato la debilidad de la observación nacional y también de la observación internacional. En el caso internacional vienen los autorizados por el CNE que son los acompañantes agrupados en el CELA (Consejo de Expertos Electorales Latinoamericanos), que es una organización que patrocinó y fundó el presidente Chávez en el 2004 para hacerle contrapeso a la OEA en el referendo revocatorio de ese año. Ahora, el CELA es absolutamente afín al Gobierno lo cual no está bien porque vienen con un sesgo y una opinión previa y la observación que hacen es muy superficial que termina en unas declaraciones políticas de apoyo al proceso y a la forma en cómo se realizó las actividades electorales. Esto no añade en el juicio sobre la calidad del proceso electoral y los otros observadores que pudieran venir desde otros países con otra mirada política no van a estar. Todo esto empaña el proceso electoral.

«El CELA es absolutamente afín al Gobierno lo cual no está bien porque vienen con un sesgo y una opinión previa»

¿Cómo ha sido la campaña electoral?

—Tenemos una exageración en el uso de los recursos públicos, desde los medios de comunicación hasta recursos financieros y logísticos sin ninguna reserva. Yo creo que en este proceso, como nunca, los candidatos oficialistas han sido respaldados desde los recursos del sector público, lo cual introduce un elemento más de ventajismo, desequilibrio y favoritismo. El manual de librito de las buenas prácticas electorales lo primero que dice es que la competencia debe ser equitativa, es decir, los contendores políticos, cualesquiera que sean, deben tener la misma oportunidad y este no es el caso, aquí hay un sesgo con todo el peso del Estado para favorecer a los candidatos del oficialismo. Tampoco hay transparencia, que es el segundo principio del librito. En muchas cosas esto es una caja negra, no sabemos por qué se cambiaron los centros, por qué al final se prohibieron los cambios de candidatura. Todo da a entender que son medidas ideadas para favorecer al oficialismo, entonces, el proceso electoral se reciente en su calidad.

¿El CNE recuperó con estas elecciones la confianza que había perdido con el proceso para elegir la Asamblea Nacional Constituyente?

—El contexto de esto es que al final de cuentas es un proceso electoral muy marcado por violaciones, infracciones e irregularidades que generar un cierto escepticismo, en al menos un sector importante de la población. Incluso hay encuestas que dicen que más de la mitad de los electores venezolanos no confía en el árbitro. En sociología se enseña que la clave de una convivencia social es un sistema de arbitraje que permita dirimir las diferencias y que permita lidiar con los conflictos, para eso hay una institucionalidad que arbitra las diferencias que tienen los ciudadanos. Aquí el sistema de arbitraje, que una parte es el CNE, no arbitra imparcialmente en los conflicto que se suscitan en la sociedad y eso está incidiendo de manera grave en la participación.

Pero si la gente se pregunta si debe votar, yo creo que sí. Estas irregularidades no marcan ni determinan el resultado final si la gente participa. Mientras más gente participa y mientras haya más control por parte de los ciudadanos, que lo puedan ejercer, mientras más se preocupen por el proceso electoral estoy seguro que los trucos electorales no hacen mella en el resultado final.

«Aquí el sistema de arbitraje, que una parte es el CNE, no arbitra imparcialmente en los conflicto que se suscitan en la sociedad y eso está incidiendo de manera grave en la participación»

“LA ABSTENCIÓN ES UN ACTO VACÍO”

¿Qué imagen deja el CNE después de este proceso?

—Creo que al final la imagen del CNE como árbitro y como Poder Electoral ha disminuido, lo que no es una buena noticia. Pero eso no significa que el hecho de votar masivamente no tenga un significado muy importante y no pueda vencer las irregularidades y las infracciones. La abstención en este caso es un acto vacío de significado y no tiene ningún sentido. Creo que estas elecciones son muy importantes en sí mismas, en cuanto a qué gobernadores se van a elegir, y porque tienen un significado político más allá, por la coyuntura que se vive. Es decir, se está jugando el reacomodo político de las fuerzas del país. Dependiendo de los resultados, se está jugando un redibujamiento de las circunstancias políticas venezolanas. Yo sí creo que en circunstancias determinadas la abstención puede ser una política pero no es el caso del escenario actual, en este momento es un acto vacío, no traduce ningún mensaje ni ninguna posición al conflicto que tenemos los venezolanos.

Se dice que “es distinto votar en dictadura a votar en democracia”, ¿cómo toma esta frase? ¿Puede explicarla en términos prácticos?

—Obviamente es distinto, en un sistema democrático uno supone la imparcialidad de las instituciones involucradas en los procesos electorales, cosa que no ocurre en Venezuela más allá de que este gobierno autoritario se califique como dictadura o no. Aquí nosotros en la observación que hace la sociedad venezolana de las elecciones incluye al árbitro, tú miras al árbitro también porque hay de antemano la premisa de que no se comporta bien. Entonces, en un sistema democrático los datos fundamentales que garantizan equidad, transparencia, información y arbitraje independiente están garantizados, pero cuando hay un gobierno que no es democrático, como es el caso actual, esa institución encargada de ser un ente imparcial para resolver los conflictos está a favor de uno de los bandos políticos, eso es una gran diferencia. Ahora, de ahí sacar la conclusión de que la dictadura no sale con votos es otra cosa, la gente que ha estudiado las experiencias históricas de la transición de dictaduras a democracias establecen que votar sí es una condición para salir de los gobiernos de fuerza a pesar de, y por, las condiciones.

«En circunstancias determinadas la abstención puede ser una política pero no es el caso del escenario actual»

¿Qué porcentaje de votación se espera?

—En el histórico de los eventos de este tipo la participación suele ser menor, estas no son elecciones presidenciales. Las encuestas señalan una participación de 55 % que ha ido subiendo tanto del lado oficialista como del lado opositor. En el lado chavista también hubo la posición o la tentación de la abstención aunque mayormente del lado opositor.

¿Por qué habría de subir la intención de participar cuando se suman cada vez más irregularidades en los días finales?

—La gente de los dos bandos se está dando cuenta que vamos a un evento muy importante que puede definir el futuro próximo del país, cada uno visto desde su óptica. Eso es más notable en el bando opositor que fue el que quedó más desalentado políticamente después de la elección a la Asamblea Constituyente. Creo que ha ganado fuerza la idea de que la abstención no tiene sentido, es un acto que no tiene una consecuencia deliberada, por eso los gobernadores han ido bajando de nivel abstracto y marchando a lo concreto, hay muchas campañas con esfuerzos importantes y eso también hace que la gente entre en calor.

INDUCIR LA ABSTENCIÓN

En la última semana se reubicaron más de 200 centros electorales, ¿en qué se basan técnica y políticamente estas decisiones?

—Uno oye la explicación que dio el CNE y fue que un número de centros fueron movidos por problemas de infraestructura, otros por problemas de que están en remodelación y otros por seguridad, que estos últimos son los mismos centros donde a propósito de la elección a la Constituyente el CNE determinó que eran violentos y los suspendió. Esa es la explicación pero en el contexto que ya he descrito, de un árbitro que no es imparcial, muchos pensamos que detrás lo que hay es otra irregularidad más, otro mecanismo para inducir la abstención y la confusión, otra forma de incitar a un comportamiento de parte del electorado de oposición que favorece al Gobierno.

¿Eso quiere decir que se está desestimulando la participación desde el CNE?

—Es una piedrita, porque introduce confusión, introduce desinformación e introduce dificultades para que el elector pueda ir a ejercer con su derecho. Hay que recordar que una de las condiciones que le da al origen al CNE es facilitar al elector para que deposite su voto, hacerle las condiciones claras y posibles para que pueda ir a votar. En este proceso estamos viendo que el CNE dificulta el proceso y confunde a los electores y no facilita el ejercicio del sufragio que es un derecho humano y en su lugar pone obstáculos. Parece que se plantea una carrera de obstáculos y el elector tiene que ir venciéndolos, tiene que vencer el reacomodo de los centros, el tema de que no va a haber tinta, el no reconocimiento de la sustitución de candidatos y muchos otros obstáculos que producen varias consecuencias pero una de ellas es que le hace difícil al elector el ejercicio de su derecho y el cumplimento de su obligación que es opinar frente a la computadora qué le parece el estado del país y qué le parece tal o cual gobernador.

“El dificultar a un grupo de 715 mil venezolanos el acto de la votación, o el entorpecer unas elecciones transparentes, equitativas y correctas muchos entendidos dicen que entra como violación de derechos humanos”

¿La nucleación de centros representa la misma vulnerabilidad que representaban los centros de contingencia en la elección a la ANC?

—Todo indica que la parte del proceso que no se cumplió con la ANC porque no había rival y no había competencia, y que al no haber un contrario no había representante de las otras partes que pudieran estar cotejando continuamente si se habían hecho las auditorias, ahora sí lo hay. Lo que es el funcionamiento de la plataforma tecnológica, la que permite que un voto sea contado y sumado, eso está bien en términos de la vigilancia que establecieron los técnicos de la MUD y el Gobierno, lo de la tinta sí pudiese ser un problema en determinadas circunstancias pero no es un problema central ni grave. Lo importante es que la plataforma va a estar y va a recoger los resultados, pero en el proceso ha habido muchas irregularidades y si tú no sabes bien dónde vas a votar y no sabes cuáles son tus candidatos o cómo es el voto asistido, esos son los factores que integran las irregularidades que pueden incidir en el proceso. Una cosa es la trampa electoral y otra el fraude, yo creo que va a haber trampa y el fraude lo va a haber si la gente no va a votar. Una votación masiva no se puede esconder.

El perfil general de los candidatos indica que son hombres, mayores de 40 años, que ya cuentan con carrera política, han tenido cargos previos o no es su primera postulación, ¿se está quedando la política sin caras nuevas?

—Yo diría que sí hay algunas caras nuevas, José Manuel Olivares y Laidy Gómez, por ejemplo, en el caso opositor. En el Gobierno por otro lado veo jóvenes pero son personas que ya han sido ministros o responsables de algo, ya no son caras nuevas para nosotros, no en términos de edad sino en el fogueo político. Pero lo que sí me preocupa es el machismo una vez más, son contadas con los dedos las mujeres. La Venezuela contemporánea sigue teniendo una agenda pendiente porque no hay igualdad en la consideración y la participación de las políticas venezolanas más allá de los discursos.


Se violenta el derecho humano de la participación política

¿Qué opina de que Tibisay Lucena, presidenta del CNE, haya entrado en la lista de sancionados por Estados Unidos? ¿Su rol frente al poder electoral la califica como una persona que ha realizado violaciones a derechos humanos?

—Es un tema complicado, yo no estoy al tanto de los pormenores de las sanciones. Obviamente yo no he estado de acuerdo, sobre todo desde la elección de Capriles para acá, con la gestión del CNE que encabeza Tibisay Lucena, me parece que ella no condujo la organización como ente imparcial para regular un proceso electoral cualquiera. Los expertos en derechos humanos dicen que la lesión en el derecho a participar políticamente es violación de un derecho humano. Por poner un caso, el dificultar a un grupo de 715 mil venezolanos el acto de la votación, o el entorpecer unas elecciones transparentes, equitativas y correctas muchos entendidos dicen que entra como violación de derechos.