“La presencia de partidos políticos en las auditorías da garantía de confianza”, asegura el doctor en Ciencias Sociales quien explica que, a pesar de la incertidumbre con que se ha manejado la elección de gobernadores del 15 de octubre, se han restituido las garantías técnicas y electorales que no se cumplieron con la ANC
Mónica Duarte
“Además de las piedras en el camino que pueda poner el Gobierno central, los nuevos gobernadores van a tener obstáculos por vía de los Consejos Legislativos Estadales que no se renovarán y buscarán controlar la capacidad de acción de esa gobernación”. La explicación de Luis Enrique Lander, director del Observatorio Electoral Venezolano (OEV), muestra una de las irregularidades que se ha registrado en la convocatoria a elecciones de Gobernadores que el Consejo Nacional Electoral (CNE) ha anunciado para el próximo 15 de octubre.
A la no elección de los representantes a los Consejos Legislativos, que tienen en su cargos desde 2012, se le suma al menos cinco “arbitrariedades” más: el año de retraso en la realización de las votaciones, el inicio de la inscripción de candidaturas y auditoría del registro electoral previos al anuncio formal del cronograma regional, el llamado a adelantar el proceso electoral desde la Asamblea Nacional Constituyente y no desde el órgano rector, la reducción de los plazos para las auditorías técnicas y la negativa a iniciar el proceso de sustitución de candidatos luego de que la oposición realizara sus elecciones primarias.
Sin embargo, para Lander la abstención no debe ser la respuesta para enfrentar estos abusos. El también profesor de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales y doctor en Ciencias Sociales de la UCV deposita su confianza electoral, de más de 10 años de experiencia en observación, en la red de garantías que conforma el sistema automatizado de votación y totalización, en la capacidad de escrutinio ciudadano y en la presencia de los partidos políticos en las auditorías técnicas que ya se han realizado.
“Si se cumplen las condiciones de auditoría ciudadana, que son garantías mínimas, se convierten en elecciones que las cuales se pueden participar”
“Si se cumplen las condiciones de auditoría ciudadana, que son garantías mínimas, se convierten en elecciones que las cuales se pueden participar porque se puede evitar que haya fraude, y si lo hubiese, es absolutamente detectable. Estamos en una situación en donde como nunca los ojos del mundo están pendiente de lo que pasa en Venezuela”.
Lander afirma que el cambio en el número de votos nunca ha ocurrido en el país desde el uso del sistema automatizado de votación y que los errores técnicos o la posibilidad de manipulaciones nunca se han presentado en un número determinante para los resultados. Sin embargo, el director del OEV sí admite que los abusos e infracciones en los demás procesos que forman parte de los comicios, como las campañas y las presiones al electorado, siempre han estado presentes y van seguir estándolo “mientras no se cambie la cultura política y electoral en Venezuela”.
¿Cómo ha sido el proceso de preparación técnica de estas elecciones? ¿El hecho de que se tardara tanto para dar la fecha definitiva ha influido en los pasos técnicos?
—Normalmente, según la Ley Orgánica de Procesos Electorales quien tiene la potestad de convocar a un proceso electoral es el CNE y esa convocatoria debe hacerse diciendo las fechas de las elecciones y haciendo público el cronograma electoral que contiene alrededor de 100 actividades que deben realizarse para que la elección se haga de buena manera. Pero han pasado varias cosas que contrarían eso, por una parte no fue el CNE el que realizó la convocatoria para octubre, sino la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), así que la Constituyente usurpó funciones del CNE que de inmediato cogió línea y aceptó que la ANC se inmiscuyera en algo que por ley es estrictamente atribución del CNE. Y aun así no se dio de inmediato ni fecha ni cronograma. Luego, hubo un fin de semana en el que se coló el rumor de que el CNE ya había aprobado el cronograma y había decidió como fecha para las elecciones el 15 de octubre, pero el CNE se demoró más de una semana en hacer público algo que internamente ya había decidido. Y se dice que esa demora obedecía a que no se terminaban de poner de acuerdo para el plazo de sustitución de los candidatos.
¿Qué ha pasado con esa sustitución de candidatos?
—Esta es una cosa muy importante porque es uno de los clavos calientes en los que estamos ahorita. Según la legislación electoral, en su capítulo dedicado a las postulaciones, ya están establecidos los mecanismos para sustituir, retirar y cambiar candidatos. En otras oportunidades, el CNE ha establecido que si la sustitución se hace antes de una determinada fecha, ese cambio queda reflejado en el instrumento de votación, en la boleta, es decir, se cambia el nombre del candidato. Pero si se hace muy cerca de la elección, y la ley estipula como plazo límite hasta 10 días antes, en ese último plazo ya no hay tiempo de hacer modificaciones en el instrumento, entonces, va a aparecer el nombre del candidato original aunque los votos vayan a sumarse al candidato sustituto.
La oposición, a través de Liliana Hernández, coordinadora electoral de la MUD, hizo el llamado de alerta que después de las elecciones primarias que los candidatos perdedores no han podido ingresar su retiro de candidatura al CNE porque no está habilitada esa función automatizada en su página web. Y el CNE tampoco ha respondido las peticiones por escrito, no sabemos si eso significa que no va a haber sustituciones, aunque es probable que el CNE ya las haya hecho y no lo informa. Por supuesto, ese es un factor que genera incertidumbre, una incertidumbre innecesaria desde el punto de vista técnico, porque no hay razón administrativa o técnica que la justifique.
«El CNE tampoco ha respondido las peticiones por escrito, no sabemos si eso significa que no va a haber sustituciones»
¿Y no hay alternativa a la sustitución si el CNE no responde?
—Lo que debería ocurrir es que en la boleta, que ahora será en la misma pantalla de la máquina, se mantengan las mismas tarjetas en la posición en la que están y se pongan los candidatos que efectivamente resultaron luego de los procesos de primarias y de consenso de la MUD. Aunque esto también ocurre con los partidos oficialistas, porque el Partido Comunista inscribió candidatos en casi todos los estados y después dijo que apoyaban a los candidatos presentados por el Psuv. De todas formas, si no se hacen las modificaciones, se debe hacer una programación sencilla en la que los votos del partido se sumen a los candidatos unitarios aunque no correspondan con el nombre que se ve en la tarjeta. Eso se ha hecho antes, porque la totalización se hace en los centros regionales del CNE, los votos no se suman en las mesas. No hacer el cambio es claramente una violación directa y flagrante a lo que dice la Ley Orgánica de Procesos Electorales. Hay que alertar y presionar para que el CNE haga el cambio, pero también debo decir que me cuesta trabajo creer que no lo vayan a hacer.
¿Por qué? ¿El resto de los procesos técnicos se han desarrollado de forma regular?
—Todo lo que uno ha visto de este proceso indica que parece haber estado diseñado, en un principio, para repetir un escenario similar al que ocurrió en las elecciones parlamentarias del 2005 o uno similar al que ocurrió con las elecciones a la Asamblea Constituyente. No son exactamente comparables estos dos procesos pero sí hubo una misma respuesta de la oposición en ambos y ambos tuvieron resultados similares. Cuando las fuerzas principales de la oposición decidieron no participar, ambas Asambleas fueron “roja, rojitas”. Todo eso de generar incertidumbre, de no tener cronograma, de comenzar a las postulaciones de los candidatos y la auditoria del registro electoral ya antes de que el CNE llamara a las elecciones ha sido para desestimar la participación opositora. Y con esto, un conjunto de cosas que no tienen que ver con el CNE directamente pero que hacen ruido en el proceso de elecciones, como el hecho de que previo a que se iniciara este proceso, varios que eran candidatos obvios fueron inhabilitados, además de mala amanera porque son sanciones administrativas que no deberían llevar a la pérdida de derechos políticos.
«Este proceso parece haber estado diseñado, en un principio, para repetir un escenario similar al que ocurrió con las elecciones a la Asamblea Constituyente»
“ES POSIBLE DEMOSTRAR SI HAY FRAUDE”
¿Estuvo bien que los candidatos y partidos opositores hayan aceptado ir a elecciones en las que esas normas se hacen sobre la marcha y no hay las mismas garantías?
—Las cosas se han hecho atropelladamente y con desorden pero se han hecho razonablemente bien. Por ejemplo, las auditorias técnicas al sistema automatizado de votación se han hecho y han participado técnicos de los distintos actores políticos. Los actores no están contentísimos pero las cosas están razonablemente cumplidas. Hay unos requisitos mínimos que la presión ciudadana debe velar para que se cumplan, por supuesto, la sustitución de candidatos es importante, pero los partidos deben garantizar, y el CNE debe garantizarle a ellos, la presencia de testigos bien formados en la mayoría de las mesas para estar pendientes que no se comenta irregularidades y si se comenten tenerlas debidamente registradas. Hoy en día la presencia de testigos ronda el 90 %. Otra cosa que el CNE siempre ha dicho para cuando dice que el sistema electoral venezolano es el mejor del mundo es que el sistema tiene la capacidad de hacerle auditoria ciudadana y esa es una posibilidad que necesita ser preservada, y que contrasta con lo que pasó con la elección de la Constituyente.
La auditoría ciudadana consta de tres momentos, el primero es cuando el elector vota y la máquina le da un recibo, el segundo es el conteo de las papeletas o escrutinio de mesas y la tercera, que es muy importante, es que el CNE cuando da los resultados desde el primer boletín discrimina la totalización hasta el nivel de las mesas. En la ANC si se revisa lo que está publicado hoy, solo se muestran los resultados por municipios, que era el máximo cuadrante de votación, entonces no hubo posibilidad de hacer esa última fase de auditoria ciudadana que permite que el elector que se queda a presenciar el escrutinio y los testigos de partidos verifiquen los resultados del conteo manual o de las copias de las actas de las máquinas con los resultados finales.
«Las cosas se han hecho atropelladamente y con desorden pero se han hecho razonablemente bien»
Pero estos son procesos que se terminan de realizar y definir el mismo día de la elección o cuando se dan los resultados, ¿qué garantiza que esas condiciones mínimas que usted menciona se van a cumplir cuando en las últimas elecciones a la ANC no se hicieron?
—Hay una diferencia importante entre lo que está pasando ahorita y lo que pasó con la Constituyente. Ahora, en todos los procesos que está haciendo el CNE, aunque sea a su disgusto, participa la pluralidad política que está participando en las elecciones, tanto en las auditorías técnicas como en la revisión de los cuadernos de votación, eso se está cumpliendo. El compromiso de los que los resultados sean presentados discriminados hasta el nivel de mesa es una petición clara que está haciendo los sectores de oposición que están allí. Entonces, el compromiso se va a saber antes de las elecciones, si el CNE dice que no, habrá el escándalo que le corresponde a esa negativa, pero si se realizan las elecciones e igual al final no se cumple con esto y sectores de la oposición logran tener en mano actas de las votaciones, como corresponde con ley, es posible demostrar la diferencia si hay fraude.
¿Cómo confiar en todas estas garantías con el mismo CNE que hace dos meses realizó las elecciones a la ANC donde se violaron todas las normas electorales?
—La diferencia es que en esa elección no hubo participación de nadie distinto al oficialismo y, de alguna manera, fue un sistema diseñado para eso, porque en las bases comiciales se dijo que los partidos no podían postular sino que los candidatos debían ser por iniciativa propia, violando el reconocimiento de las organizaciones con fines políticos que establece la legislación como instrumentos para postular, es decir, sacaron del juego a los partidos. Lo otro era el proceso de recolección de firmas que debía hacerse en tres días, en un plazo absolutamente perentorio, lo que contrasta con el destino que corrieron las firmas para el referendo revocatorio que debieron revisarlas y verificarlas, mientras que estas firmas no se sabe cómo las validaron. Pero esa no es la situación de ahora, los partidos están postulando y las distintas organizaciones están participando en los procesos del CNE. Digamos, no es tan fácil que se repita lo que ocurrió antes.
Y si vemos lo que pasó en las últimas elecciones “normales”, las parlamentarias de 2015, que estuvieron llenas de irregularidades, con uso de recursos públicos en campaña, de oficialismo y de oposición, con el acarreado de gente, presión a empleados públicos para que voten de una manera, el voto acompañado, todas esas cosas ocurrieron, pero los votos se contaron bien, igual que en general en todas las elecciones que se habían hecho en Venezuela hasta el año 2015. El fraude, el cambiar los votos, no ha ocurrido, al menos no en cuantía suficiente. Siempre ha habido la sospecha que si en una mesa no hay testigos de todos los partidos y los miembros de mesa son de una misma tendencia, al cerrar el proceso meten lo que llaman “el voto puyao”, que por la gente que no fue a votar, meter votos adicionales y marcar en el cuaderno de votación como si hubiese ido. Eso puede haber ocurrido, no tengo certeza de que así haya sido, pero si ha sucedido no ha sido en cantidad determinante.
«Los partidos están postulando y las distintas organizaciones están participando en los procesos del CNE. No es tan fácil que se repita lo que ocurrió antes»
Pero más allá del sistema automatizado siguen existiendo irregularidades en el resto del sistema electoral
—Claro, esas cosas afectan al sistema electoral. Si un sistema electoral equitativo, confiable, transparente tiene esas características, no es absolutamente opaco pero no es totalmente transparente. Hay cosas que la gente ya las ve como naturales, por ejemplo, Diosdado Cabello se la pasa diciendo en su programa que los empleados públicos tienen que votar por candidatos oficialistas, esa es una tremenda irregularidad, porque los empleados públicos son empleados del Estado no del partido de Gobierno.
Eso es parte de nuestra cultura y tiene que haber un cambio profundo en nuestra cultura política. Esto va a seguir pasando por un tiempo pero es un proceso donde la labor de organizaciones como la nuestra donde hacemos observación electoral ayuda.
SMARTMATIC
¿Qué pasó con la denuncia de Smartmatic sobre los resultados de la Constituyente? ¿Eso tiene algún peso en el tipo de auditorías que se han realizado para el 15 octubre?
—La respuesta es gris. Lo que pasa con Smartmatic es que el sistema de desconfianza por la polarización y desconfianza por el árbitro electoral se traslada al sistema automatizado de votación, eso ha hecho que se exijan condiciones adicionales que en otras partes del mundo ni se les ocurre, pero ahora ellos tiene clientes en muchas partes del mundo, ya Venezuela no es su principal cliente, por ejemplo, participa en elecciones automatizadas de grandes ciudades de Estados Unidos. Entonces, en esta oportunidad con la Asamblea Nacional Constituyente ellos participaron en el proceso y ahí vieron cosas que no les gustaron y por razones estrictamente comerciales decidieron tomar distancia y decir que hubo discrepancia en al menos un millón de votos.
Ellos están metidos adentro de eso, a pesar de que las máquinas y las licencias de los programas son propiedad del CNE, siempre se había contratado a Smartmatic como un servicio de apoyo técnico para enfrentar problemas que se salieran de lo rutinario. Ahora, la empresa que estaría sustituyendo a Smartmatic para estas elecciones es una compañía argentina que ya venía trabajando en Venezuela en la identificación biométrica de electores y esta trabajaría con equipo técnico del CNE que lo hace bien.
Pero sigue habiendo dudas sobre los ocho millones de votos…
—Claro, Smartmatic dijo que eso era falso. Lo dijo elegantemente pero lo que dijo es que eso es falso, y si eso se pega eso con la presentación de los resultados por municipio, el signo de interrogación es enorme sobre la legitimidad de esos resultados.
«Ellos participaron en el proceso y ahí vieron cosas que no les gustaron y por razones estrictamente comerciales decidieron tomar distancia»
“El triunfo del 16J no pudo ser cobrado”
¿Qué pasó con el mandato popular de la consulta opositora del 16 de julio? ¿Esta estuvo bien diseñada?
—Hay que recordar que esa consulta fue formalmente convocada por la Asamblea Nacional, es decir fue una iniciativa institucional. Pero esta fue una consulta popular en la que no se iba a elegir nada, esto permitió, sin deslegitimar el proceso, que se fuera mucho más laxo en los requerimientos técnicos de integridad electoral. Pero al final, mucha gente fue y ese era el mensaje, ponerse a discutir cuántos fueron es irrelevante. Yo personalmente no estuve satisfecho con las preguntas, porque en ellas se pedía un mandato de cosas que la Asamblea Nacional no estaba realmente en capacidad de cumplir. Se generó entonces una falsa expectativa y lo importante y en lo que debieron haberse centrado los organizadores era en hacer una manifestación política y rechazar la instalación de la Asamblea Constituyente a falta del referendo consultivo. Lo otro que se hizo con los magistrados, al entender cómo mandato el renovar los poderes, estuvo mal porque terminó cada uno a la buena de Dios. Todo esto impidió que lo que pudo ser un triunfo político importante, pudiese ser cobrado como tal.