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Chúo Torrealba: “Tenemos que dejar el atajo de las derrotas”

Chúo Torrealba

“Si la oposición venezolana no demuestra tener la madurez para ser la alternativa de poder, entonces la comunidad internacional no encontrará motivos para seguir promoviendo la alternancia”


Edgardo Agüero Sánchez

El exsecretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática, Jesús “Chúo” Torrealba, cree que la oposición venezolana debe aprender de los errores y congregarse en una plataforma unitaria que se agrupe en torno a una política común. “Debe existir esa estructura unitaria que garantice la coherencia del campo opositor”, afirma Torrealba,

En torno a la MUD persisten criterios encontrados. Unos señalan que debe desaparecer, otros apuestan a su restauración y fortalecimiento. ¿Cómo analiza esta situación?

—Es evidente la necesidad de una plataforma unitaria, llámese MUD o llámese de la manera como la gente considere llamarla, pero la existencia de una plataforma unitaria es clave. Obedece a un asunto del sentido común más que de discurso político. Si el 15 de octubre todos juntos no fueron capaces de vencer a Maduro, por separado tienen mucho menos oportunidad de hacerlo. Entonces es evidente que la existencia de una plataforma unitaria es una necesidad fundamental.

Ahora, en torno a qué puede o debe producirse ese reagrupamiento, evidentemente que no podrá ser en torno a un líder, ni entorno a un candidato o a un partido o a un grupo de partidos, porque ya esas maneras de producir la confluencia han sido intentadas y se han abortado. Es decir, aquí se han producido alianzas parciales, que han resultado ser todas efímeras; así mismo, se ha intentado imponer que la alianza gire en torno a las aspiraciones de un determinado candidato, y ese tipo de práctica no ha terminado en el triunfo de un líder o de un partido sobre los demás, ha terminado en que todos se han deprimido, todos se han debilitado. Hay que intentar otro tipo de aproximación, hay que tratar de que la unidad se produzca no en torno a una personalidad o a unas siglas, sino que debe darse en torno a una política.

«Se ha intentado imponer que la alianza gire en torno a las aspiraciones de un determinado candidato»

¿Quién define esa política?

—Yo creo que esa política debe definirla la ciudadanía democrática, pienso que es importante intentar que esa política sea determinada por la gente en virtud de su aceptación o su rechazo, y te pongo un ejemplo: el día 8 de marzo del año 2016, la Mesa le propuso al país una hoja de ruta con cuatro alternativas, y de esas cuatro alternativas fue la gente la que decidió que fuera el referendo revocatorio la más señalada, la que terminó siendo aceptada por el resto de las organizaciones. Entonces, es demasiado importante que se produzcan esfuerzos mediante los cuales las distintas organizaciones que están en el campo democrático converjan, por eso no me parece necesariamente una mala noticia el anunció que salió en el diario “El Nacional” sobre la supuesta aparición de una alianza parcial, donde estarían Primero Justicia, Voluntad Popular y la Causa R.

A mí no me parece eso necesariamente una mala noticia. Posiblemente puedan surgir en el futuro otras alianzas parciales similares. Quizás organizaciones como Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo y Avanzada Progresista encuentren similitudes suficientes en su forma de apreciar el proceso político y en su forma de concebir la práctica y pudieran formar —¿por qué no?— una alianza parcial. De hecho, ya está funcionando otra donde confluyen Alianza al Bravo Pueblo y Vente Venezuela, que están integradas en otra alianza parcial. Creo que sería deseable que todas estas alianzas parciales expongan ante la ciudadanía cuáles son sus planteamientos, cuáles son sus políticas, que las pongan en la calle y que sea la aceptación o el rechazo de la ciudadanía lo que determine cual debe ser lo dominante en el campo democrático. Al mismo tiempo, mientras ese proceso se va produciendo, es importante mantener una estructura unitaria que por lo menos garantice tres cosas: en primer lugar, el mecanismo de selección del candidato presidencial. Es evidente que tiene que haber un candidato, no de una alianza parcial sino un candidato de todo el campo democrático, y el mecanismo para seleccionarlo debe ser la primaria y debe haber una estructura unitaria que garantice su organización.

En segundo lugar, hay objetivos que por su magnitud y por su importancia exceden a lo que pueda exhibir una organización o una alianza parcial, por ejemplo la defensa de nuestros alcaldes, la posición venezolana sobre temas cruciales que comprometen el interés nacional o afectan la soberanía del país como el caso del Arco Minero del Orinoco, por ejemplo, o el caso de nuestra población frente al tema inflacionario. Temas puntuales que son demasiado importantes y que demandan la adopción de una posición, no por un grupo de partidos sino por toda la oposición. En tercer lugar, creo que es muy importante el ejercicio de la representación de toda la oposición venezolana ante la comunidad internacional. Este es un tema muy delicado. Debe recordarse que en la última declaración del Grupo de Lima, que fue emitida hace pocos días en Toronto, Canadá, dicho grupo exige textualmente a la oposición venezolana mantenerse unida y además integrar una plataforma unitaria programática. Es decir, no podemos dar por descontado el apoyo internacional. Para que haya ese apoyo, tiene que haber unidad, que es mucho más importante que las rencillas de Henrique Capriles con Ramos Allup o de Ramos con Capriles. Eso es una necesidad de los venezolanos. En resumen, mientras se produce este proceso de decantación de la estrategia, de la línea del campo democrático sobre este tema, tiene que existir la plataforma que garantice esos tres objetivos.

«Sería deseable que todas estas alianzas parciales expongan ante la ciudadanía cuáles son sus planteamientos y que sea la aceptación o el rechazo de la ciudadanía lo que determine cual debe ser lo dominante»

A propósito de la mención que hace de la comunidad internacional, ¿cuál piensa que es la imagen que está dando la oposición venezolana?

—Yo creo que el apoyo internacional no es independiente de lo que se haga acá en Venezuela. Si la oposición venezolana no demuestra tener la madurez para ser la alternativa de poder, entonces la comunidad internacional no encontrará motivos para seguir promoviendo la alternancia. Después de 14 o 15 años de silencio, en los últimos tres años ha habido un apoyo consistente y creciente, en esta circunstancia atravesamos un mal momento desde ese punto de vista, pero eso tiene que ser mejorado, eso puede ser mejorado, y es por ello que, al margen de ese proceso de decantación, debe existir esa estructura unitaria que garantice la coherencia del campo opositor en su vocería internacional.

¿No le parece que hay una contradicción flagrante en el hecho de que un día se condene a la Constituyente por fraudulenta y al siguiente se presenten los gobernadores electos de Acción Democrática a juramentarse ante ella?

—Eso es otra cosa. Esa es tú opinión. Si quieres publica un artículo con eso. Yo tengo otra opinión. Yo creo que el gobernador Barreto Sira fue claro y contundente en su desconocimiento de la ANC, cuando afirmó que estaban allí simplemente para cumplir un trámite para poder cumplir con el mandato que le dio el estado, pero él dijo muy claro que desconocía la ANC. Sin embargo, ha seguido el linchamiento irresponsable contra Barreto Sira y de sus compañeros. Debo llamar la atención sobre el hecho cierto, comprobable, de que al llegar a sus respectivos estados, los cuatro gobernadores fueron recibidos por multitudes que los aclamaron prácticamente como héroes y esos recibimientos fueron organizados por todos los partidos, incluyendo aquellos partidos que a nivel nacional los están satanizando. Yo creo que eso forma parte de ese problema de coherencia que hay que solventar.

¿Considera necesario el regreso a la tarjeta única?

—Creo que es indispensable. La MUD fue objeto de un proceso paulatino de disolución implosivo, es decir de adentro hacia afuera. La tarjeta de la manito es la única tarjeta que ha logrado derrotar al Psuv ampliamente. La MUD como marca, como figura, como símbolo, es también la fachada que ha logrado reconocimiento y respetabilidad internacional, sin embargo, extrañamente, el Gobierno no pudo derrotar a la MUD, pero ella fue socavada desde adentro. Primero, su secretaría ejecutiva fue disuelta y disgregada en trece equipos de coordinación, algunos de ellos francamente fantasmales. Luego, la propia marca MUD fue desaparecida. Debo recordar que en la boleta de votación utilizada el 16 de julio en el plebiscito, la palabra MUD no apareció por ninguna parte; esa boleta estaba firmada por un igualmente fantasmal movimiento libertador que ahora no se sabe dónde está. Cuando se resuelve que la vocería de la MUD, en vez de ser continua, estable, identificable, se hace azarosa e incoherente, también eso afectó la imagen de la MUD. Esto que está ocurriendo con la tarjeta única forma parte de todo este proceso en el cual, al parecer, algunos partidos creyeron que la existencia de la MUD como marca atentaba contra el desarrollo de sus franquicias. Recuerda que todas las encuestas ponían a la MUD en un 17 % o un veintitantos por ciento, a los partidos los colocaba en 5 %, 3 %, 2 %, quizás algunos dirigentes pensaron que lo que frenaba su desarrollo era la existencia de la MUD como marca, pero se equivocaron, porque creo que la MUD ampara, permite y promueve el desarrollo de todos los partidos, lo que frena el desarrollo de los partidos es su propia coherencia y la propia asertividad de su dirección.

“Al parecer, algunos partidos creyeron que la existencia de la MUD como marca atentaba contra el desarrollo de sus franquicias”

No sé si es producto del desencanto que un buen número de personas entre los seguidores de la Unidad, con una opinión más o menos calificada, señalan que es necesario salir de la MUD e incluso cuestionan su existencia…

—Cuando se ejerce la política sin vocación de eficiencia, cuando no se tiene la responsabilidad de la eficiencia política en términos de lograr resultados concretos y se la ejerce de manera testimonial, sin tratar de transformar realidades, sin incidir para nada en esa posible transformación de la realidad, sino emitiendo una opinión, bueno, te encuentras muchos generales sin tropa, gente que desprecia lo que la Unidad ha conseguido. La Unidad logró derrotar al chavismo en el referendo constitucional de 2007, logró la alcaldía más importante en Venezuela en 2008, logró la victoria electoral más importante, como fueron las del 6 de diciembre de 2015. La Unidad ha sido un vehículo para lograr victorias y, por el contrario, la dispersión es lo que ha sido el sello de nuestras derrotas. Yo tengo mucho respeto por todos los opinantes, simplemente creo que más allá de la gente que le gusta hablar para escucharse a sí misma, es fundamental intentar cambiar la realidad, y para cambiar la realidad, la unidad es clave, llámese MUD o llámese de otra manera. La unidad, no solamente de siglas o de egos, sino de propósitos y de estrategia es fundamental para la victoria. Cuando hemos ido unidos, hemos ganado; cuando nos hemos dispersado, hemos perdido. De manera que tenemos que dejar el atajo de las derrotas, para acceder a la autopista unitaria de las victorias.

¿Estaría dispuesto a regresar a la secretaría de la MUD en caso de que se lo pidan?

—El logro más significativo que fue el del año 2015, yo no hago inventario de él a título personal, por el contrario, ese año tuvimos cuatro cosas que no tuvimos en 2017, esas cuatro cosa fueron: dirección colectiva, una vocería única y coherente, un discurso en un lenguaje que lograba llegar a los sectores medios de la sociedad y también a los sectores populares —por eso fue que ganamos en Altamira y ganamos en el 23 de Enero— y en cuarto lugar teníamos, por lo menos para los efectos de la lucha por la Asamblea Nacional, una hoja de ruta consensuada y vigente para todos. Esas cuatro cosas que tuvimos en el año 2015, no las tuvimos en el año 2017 cuando la dirección de la oposición estaba prácticamente disuelta y, de alguna manera, monopolizada por dos dirigentes: por el señor Guevara y el señor Capriles. No había dirección colectiva. No tuvimos vocería única, la vocería estaba repartida de una manera un tanto azarosa y arbitraria, en consecuencia, ocurrió que la vocería de oposición fue incapaz de poner claridad y certeza allí donde el Gobierno quería poner oscuridad y confusión. Muchas veces el desorden de esta vocería incrementaba el efecto de confusión que el Gobierno quería crear. En tercer lugar, el discurso que manejamos, fue un discurso que ignoraba las realidades económicas y sociales de la inmensa mayoría, era un discurso centrado en lo jurídico político que no atendía al tema económico y social, entonces, ya no le estábamos hablando a los pobres, no le hablábamos a la clase media empobrecida, le hablábamos únicamente a los sectores más radicalizados desde el punto de vista político; y en cuarto lugar, no había hoja de ruta común, había la perspectiva de salir del Gobierno, pero nadie tenía una respuesta a la siguiente pregunta: okey, si logramos salir del gobierno qué vamos a hacer, qué viene después, ¿Viene un gobierno de transición? ¿Viene un gobierno de unidad? ¿Viene un gobierno de partidos? ¿Viene un gobierno al que le caiga el poder en las manos? No había claridad sobre eso. Al no tener esos cuatro elementos, el resultado que obtuvimos fue completamente distinto, esa es la razón de por qué ganamos en 2015 y por qué perdimos en 2017. No se trata de que haya estado al frente de eso Jesús Torrealba, se trata de que tuvimos herramientas para construir el triunfo, que en el año 2017 fueron desechadas de manera irresponsable por quienes manejaron la dirección política en ese momento.

En relación con el tema de si yo pudiera o no regresar, no creo que ese sea el asunto, como tú sabes yo no milito en ningún partido político, no tengo proyecto político personal ni soy, ni he sido, ni seré candidato a nada. Mi participación se dio en un momento particular en que la alianza estaba al borde de la fractura y se me convocó para conjurarla y gracias a Dios pudimos evitar que se produjera esa fractura sino que, al contrario, que lográramos la victoria más importante en los últimos veinte años. En ese momento, más que el retorno de una persona, llámese Jesús Torrealba o Ramón Guillermo Aveledo, era ayudar, porque de lo que se trata es de que los ciudadanos ejerzamos sobre nuestro liderazgo democrático una presión que obligue a ese liderazgo a ser la mejor versión posible de sí mismos. Aquí va a haber políticos que vendan inmediatismos mientras haya ciudadanos que compren inmediatismos.

“Este año no tuvimos vocería única, la vocería estaba repartida de una manera un tanto azarosa y arbitraria, en consecuencia, ocurrió que la vocería de oposición fue incapaz de poner claridad y certeza allí donde el Gobierno quería poner oscuridad y confusión”

Esa articulación en torno a un criterio único y necesario pasa, por supuesto, por los liderazgos de los partidos. ¿No es un poco la tarea del indio todo eso?

—Bueno, para ponerte un ejemplo cercano, Maduro acaba de decir que va a reestructurar la deuda, resulta que en este momento nadie tiene idea de cuál es la magnitud real de la deuda externa venezolana, tanto la deuda del Gobierno como la deuda de Pdvsa, sin hablar de la deuda más opaca de todas, que es la deuda que tenemos con el Gobierno chino y con el Gobierno ruso, en un caso para financiar proyectos que jamás se concluyeron y que en muchos casos ni siquiera se iniciaron y en el otro caso, para la adquisición masiva de chatarra militar. No se sabe simplemente cuáles son los montos y así como no se sabe cuál es el monto de nuestra deuda externa, tampoco se sabe cuál es el monto real de nuestras reservas internacionales, como tampoco se conoce cuál es el grado de destrucción real de Pdvsa, ni se conoce en detalle cuál es el nivel de control territorial que ejercen en este momento las guerrillas y las megabandas, eso no se sabe.

Por eso es que es demasiado importante que Venezuela salga, cuando se produzca la victoria política sobre el régimen, y tengamos un nuevo gobierno, por eso es que es importante que tengamos un gobierno de transición, que tendrá como responsabilidad fundamental, primero, atender la crisis económica y social para que aquí no se produzca un caos, un colapso, un estallido y en segundo lugar es determinar con claridad cuál es el tamaño del hueco en que está metido, todo el mundo sabe que estamos metidos en un hueco pero nadie conoce ni su tamaño ni su profundidad, pero, eso hay que determinarlo y sólo podrá hacerse cuando salga este gobierno, por una gobierno de transición que al precisar eso, sobre la base de esa información, se puedan articular las alianzas, los pactos y las estrategias que nos permitan redefinir el proyecto nacional, definir un programa de reconstrucción nacional, pero, sobre la base de una plataforma de información cierta, clara, precisa, pero cuando tú le hablas de eso a los caudillos convertidos en candidatos, eso les da alergia, dicen, caramba yo no quiero ningún gobierno de transición, yo quiero gobernar de una vez, yo quiero ser el protagonista de la película, yo lo único que quiero es que me dejen gobernar mis seis años porque es lo que me sale, es lo que a mí me toca.

Allí es donde la agenda del país choca con las agendas particulares, o también, y quiero alertar mucho sobre esto, de aquellos grupos de interés, esos grupos cazadores de renta, que no quieren de verdad un cambio real en Venezuela, quieren sí un cambio de gobierno, un cambio de elenco, quieren que los actuales grupos cazadores de renta sean sustituidos por ellos, que entonces pasarían a obtener las ventajas de tener acceso a información privilegiada, tener acceso físico a las divisas, pero más allá de los intereses de los partidos individualmente considerados y de las personas que tienen largos años creyéndose candidatos in pectore, más allá de eso, está el interés del país, que pasa porque haya en Venezuela no un desenlace sino una transición, y las transiciones no ocurren, las transiciones se construyen, Venezuela necesita hoy más constructores que caudillos, más estadistas que activistas, ese es el tema real de este momento venezolano, de allí la crisis de la oposición que tiene una profundidad mayor de la que se cree, y no se explica solamente por los celos de fulano o las agallas de mengano, no se trata de eso, el tema es que ya lo que necesita Venezuela no es una oposición, es una alternativa de poder, y frente a ese nivel de exigencia colapsan las actuaciones de quienes están haciendo cálculos parciales y particulares.

El hecho de que el gobierno haya desvirtuado el sentido de la protesta legítima, al identificarla con el “golpismo de la derecha apátrida” que asocia a la MUD, de esa manera, quien protesta legítimamente por hambre o alguna otra causa, es considerado automáticamente como un golpista en potencia, ¿no cree?

—Eso lo que revela es el carácter profundamente reaccionario del gobierno, lo incauto y lo poco informado de la gente que sencillamente, compra las etiquetas sin ver a profundidad; quien piense que en Venezuela hay una revolución, quien piense que este gobierno es socialmente sensible y responsable, tiene que enfrentarse a cosas como esa, cuando el gobierno criminaliza la protesta lo que está haciendo es revelando su condición de ser un factor que despolitiza a la población, que la desmoviliza, que no cree en el pueblo, y que por el contrario, pretende someterlo por hambre y por miedo; eso lo puedes llamar de cualquier manera, pero no lo podrás llamar jamás un gobierno socialmente sensible.

“Aquí va a haber políticos que vendan inmediatismos mientras haya ciudadanos que compren inmediatismos”

 

 

Seria contradicción 

Este año se acabó. De cara a las presidenciales, ¿cuál sería la estrategia?

—El problema no está planteado en lo inmediato, refiriéndome a las elecciones municipales, si se participa o no, eso no es lo relevante. Lo relevante es qué se va a hacer al día siguiente, cuál de esas conductas sirve mejor a los efectos de construir una estrategia de poder. Yo creo que mis compañeros que están en este momento por la no participación, van a enfrentar un problema muy serio, porque van a tener que explicarle al país por qué era imposible participar en las municipales y por qué es necesario participar en las presidenciales. Esa contradicción puede comérselos vivos. Y los compañeros que están a favor de la participación tienen que explicar de qué manera participar forma parte de un conjunto de conductas que van más allá que las municipales y están orientadas a la reconstrucción de la unidad y a la reconstrucción de la esperanza democrática, porque participar en sí mismo no es una virtud, puede ser un acto inercial, puede ser la expresión de una nostalgia, de una costumbre, de una tradición, pero no es necesariamente una estrategia. Aquí hay que decirle al país es necesario participar porque creemos que de esas presidenciales puede salir un gobierno de transición que no sea el gobierno de Primero Justicia, ni sea el gobierno de Acción Democrática, ni el gobierno de Ramos Allup, ni sea el gobierno de Capriles, sino que sea un gobierno de unidad nacional que inicie el proceso de transición de Venezuela desde la miseria hacia la prosperidad, desde la dictadura hacia la democracia, desde el “bulling” madurista hacia el respeto entre todos los venezolanos.