Las barbaridades nos han empobrecido, el tiempo pasa y las mañas siguen
Domingo Alberto Rangel
Los detenidos que murieron en la cárcel de PoliCarabobo o sus familiares jamás pensaron ser objeto de la demagogia nacional, a pesar de que los grandes medios, cabrones ellos, censuraron la noticia.
Así y por un breve lapso no hubo politiquero, zamuro de los derechos humanos y ONG de maletín que dejara de mencionar el hecho reclamándole con razón al gobierno pero sin presentar soluciones. Hasta el presidente Maduro se pronunció para ofrecer compensación a los familiares como si se pudieran condonar muertes adjudicando bonos. Luego siguió bailando.
Los funcionarios involucrados tampoco dieron explicación convincente y doña Iris tuvo el tupé de recordar que esa cárcel donde se produjo la tragedia está a cargo del gobernador Lacava. La ministra recordando al romano más famoso “se lavó las manos”. El ministro Reverol controlador de las policías sigue mudo.
Pero a mes y medio de una elección ningún candidato a Presidente o sus jefes de equipo han señalado solución creíble a los grandes problemas del país… incluyendo el de las cárceles.
Y no lo van a hacer porque eso sería traicionar lo que en mente tienen desde chiquitos y si por milagro las elecciones cambiaran del destino previsto… este tipo de sangrientos motines se van a seguir produciendo.
Es que por encima de lo que estos opositores desmoralizados proclamen… ellos no han abandonado las cucarachas mentales que los atan a pensar y manejar un estado creyendo que desde los poderes públicos y especialmente desde el ejecutivo… se ha de programar, manipular y decidir lo que hagamos los venezolanos desde que se nace hasta el cementerio.
Quienes invitan a votar recuerdan “equipos” donde estarían con Falcón ciudadanos como Claudio Fermín, Eduardo Fernández y el economista Rodríguez, precisamente esos nombres son razones suficientes para abstenerse de sufragar por el ex gobernador de Lara.
Esos ciudadanos no tienen nada que ofrecerle al país de estos tiempos que corren, el tiempo pasa, las mañas siguen. Y nada ganamos con que las barbaridades que nos han empobrecido… las hagan los amigotes de Falcón, Fermín, Fernández, Rodríguez o Semtei… discúlpenme pero ¡vayan al carajo!