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Rubén Osorio Canales: La jugada de Falcón

Henri Falcón

Juega a convertirse en una fuerza independiente, con la posibilidad de romper una  polarización  que ya va dando señales de agotamiento


Rubén Osorio Canales

Hay una realidad en la escena y es que la candidatura de Henry Falcón está en la calle y eso constituye un hecho político que profundizará el debate entre votar y no votar en las elecciones  convocadas por el régimen inconstitucionalmente,  con premeditación y alevosía y en ese grupo militan:     el  sector que convirtió la abstención en objetivo principal de sus luchas;   los que nunca  votan,  así las condiciones tengan la pureza de un manantial de montaña,  aquellos otros que, aun creyendo en el voto, piensan que en las condiciones actuales no estamos en presencia de unas elecciones, sino de un fraude inaceptable.

En la acera de enfrente están aquellos que piensan que, lejos de ser una traición,  es un derecho. Este grupo, por ahora,  incuantificable,  lo integran la militancia de Avanzada Progresista y    lo que queda del MAS y de Copei, a los cuales habría posiblemente  que sumarles,  los irreductibles fanáticos del voto, seguramente provenientes de   aquellos que han lamentado que la MUD, en su crisis de locura y desconcierto,  haya abandonado el camino electoral para cuadrarse, con un abstencionismo coyuntural, esgrimiendo  la falta de condiciones,  y aquellos   que dicen que votarán por quien sea,  porque nada, ni nadie,   puede ser peor,  en el poder, que Maduro.

Esa diatriba  se manejan en medio del siguiente escenario: un pueblo que sufre los rigores de la delincuencia, inseguridad, falta de alimentos y medicinas,  controles y malas  políticas del régimen,  hiperinflación, pérdida del poder adquisitivo de nuestra moneda, un costo de la vida que tiene asfixiado a todo un pueblo, una crisis política,  líderes y partidos inhabilitados, violación sistemática de  la Constitución, abusa de poder y como si fuese poco,  unas oposiciones cada día más radicalmente divididas. En semejante circunstancia el debate actual exige, más que frenética militancia, ponderación y equilibrio.

La de Falcón fue una jugada política  que habrá que analizar,  en primer lugar,  porque con esta decisión juega a convertirse en una fuerza independiente, con la posibilidad de romper una  polarización  que ya va dando señales de agotamiento,  posición que lo convertiría en uno de los  centros de atención de todo el país, bien por los ataques de  sus detractores,  bien por la defensa de sus seguidores,   bien porque muchos lo recordarán como buen alcalde y buen gobernador,  como jefe de la campaña de Capriles,  o por su determinación cuando Chávez le pedía que no se fuera de su lado porque, palabras casi textuales,  “se “iba a joder como le pasa a todos los que me abandonan”, y sobre todo porque hay una población que sufre y sabe que la solución no la tiene Maduro por ser el causante principal del desastre.  A esto habrá que sumar el efecto   del previsible discurso de Falcón como candidato, diciéndole  a un   pueblo que sufre todo tipo de penurias,  lo que espera y quiere escuchar, lo cual es mucho más que posible, dado el amplio espectro de la crisis.

¿Cree de verdad Henry Falcón que puede derrotar a Maduro sin el apoyo de los restantes partidos de la MUD, sin el concurso de Vente Venezuela y de otros “indignados”? ¿Cree Vente Venezuela  que la abstención será exitosa si Falcón decide ir hasta el final? ¿Podría convertirse Falcón en ese outsider que tantas veces ha aparecido en la historia política de nuestra América Latina? Estos personajes   aparecen en circunstancias dolorosas y trágicas, y las nuestras lo son en tal grado,    que,  para bien o para mal, pudiera aparecer en cualquier momento sin darnos cuenta.

Cuál será el resultado de esta  jugada de Falcón, no lo sé, pero lo que sí sé es que,  como dijo el sabio Yogui Berra, “cometimos muchos errores malos, pero  esto no se acaba hasta que se acaba”. La pelota está en el campo de la gente que tendrá que escuchar los argumentos de parte y parte y en base a ello decidir si votar o abstenerse. Henry Falcón, para bien o para mal va a ser el tema a ocupar el primer plano de los días por venir, si es que los rumores de sables molestos que producen tanto militar perseguido y preso, no le aguan la fiesta. Creo conveniente que la ciudadanía le haga seguimiento a esta nube que está allí como queriendo hacer algo diferente y eso,  en estos tiempos de errores y discursos repetidos hasta el cansancio, para muchos, no deja de ser atractivo.