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COOPERATIVAS RESISTEN la embestida

Oscar Bastidas-Delgado analiza la caída del sector de la economía social: “Hay desconocimiento gubernamental de las especificidades del cooperativismo: identidad, democracia interna, principios, valores, propiedad,  y gerencia colectiva”

Enrique Meléndez

         El pasado 24 de octubre apareció en Gaceta Oficial un decreto mediante el cual el Estado “exonera del pago del impuesto sobre la renta, los enriquecimientos netos gravables de fuente territorial, obtenidos por las asociaciones cooperativas”, una iniciativa que partió de un equipo de profesionales, encabezados por el experto en economía social Oscar Bastidas-Delgado, mediante el argumento, de que las cooperativas no persiguen fines de lucro.

         “En Venezuela, luego de haberse  conformado la actual Central Cooperativa Nacional de Venezuela (Ceconave), la hiperinflación, y la crisis nacional producto de la dictadura militarista han generado una caída muy fuerte de las cooperativas del sector”.

Bastidas-Delgado es profesor jubilado de la Escuela de Administración y Contaduría de la UCV, así como en condición de invitado de otras universidades, tanto nacionales, como internacionales. Articulista de diversos periódicos y revistas, autor de varios libros, entre ellos, uno titulado “La economía social entre la economía popular y la economía solidaria”.

EL MUNDO COOPERATIVO

¿Qué panorama presenta hoy en día la política de las cooperativas, como estrategia de la economía social?

-A nivel mundial existen unas 60.000 cooperativas de ahorro y crédito en una centena de países con la misión común de fortalecer a más de 208 millones de asociados. Una panorámica mostraría que Asia, el continente más extenso y poblado, con el 30 % de la superficie mundial y 4.308 millones de habitantes, se destaca por contemplar el cooperativismo rural de ahorro y crédito, inspirado en el modelo alemán Raiffeisen, que para 1988 absorbía el 56% de los créditos dedicados, mundialmente, a la agricultura; es el continente de mayor crecimiento económico mundial, el mayor productor y consumidor de alimentos con casi el 80 % de la mano de obra agrícola mundial.

         -Asia contiene los dos países con mayor peso cooperativo, China y la India, ambos suman el 35,3% de los cooperativistas a escala mundial: China con 180 millones de personas sólo en lo rural y la India con 250 millones de personas. Al igual que en África, en la mayor parte de los países asiáticos se observan tradiciones colectivas que dificultan el avance de un cooperativismo formal de mayores dimensiones y mejor democracia; el colectivismo tradicional es informal, pequeño, jerárquico, se basa en el consenso y no es necesariamente equitativo. 

-Corea del Sur es referencia mundial del empleo cooperativo con un 23% del total de ocupados en un país de 51.454.000 de habitantes, y donde existen unas 3.000 cooperativas con 7 millones de asociados.

                     TRADICIONES COLECTIVAS

¿Qué nos puede decir del Africa que, según la opinión de expertos en la materia, se caracteriza por su gran heterogeneidad y complejidad, y lo que dificulta cualquier generalización sobre sus cooperativas?

         -Este continente, de difícil geopolítica por las divisiones territoriales trazadas por los colonialistas, que provocaron divisiones ficticias entre comunidades que en sí mismas poseen condiciones intrínsecas para conformar verdaderas naciones; allí existe un marco legal de referencia para numerosos países establecido por la Organización por la Armonización en África del Derecho de los Asuntos (Ohada) aprobado en el 2010 y con vigencia desde el 2011.

CULTURA ECONÓMICA

         ¿Cómo han sido las experiencias europeas?

-Acá el cooperativismo adquiere dimensiones espaciales, dado que allí nació, y en todos sus países se han constituido ejes destacados de integración, las cooperativas forman parte de la cultura económica – social y sus estadísticas están mejor ordenadas. Durante los años 70 y 80 se produjo un resurgimiento de las cooperativas obreras de producción, y muchas se unieron para formar el Comité Europeo de Trabajadores de Cooperativas (Cecop) que representa unas 50.000 con un millón de trabajadores.

-En este continente el sector de ahorro y el crédito cuenta con el mayor número de asociados, al tiempo que el agrícola posee más cooperativas. Algunos de los bancos más grandes del mundo como el Credit Agricole y el Credit Mutuel en Francia; así como el DG Bank en Alemania, son cooperativas, y están en Europa. Hay 4.200 bancos cooperativos locales, cerca de 60.000 filiales y una cuota de mercado de 20 por ciento. En Suecia, el Förenings Sparbanken es uno de los grupos bancarios más grandes de los países nórdicos con 11.000 puestos de trabajo.

CAJAS POPULARES

¿Cómo ha sido el modelo de cooperativismo en América del Norte?

En Canadá, sobre 36,65 millones de ciudadanos, las cooperativas asocian más de 12 millones y emplean unas 140.000 personas. Solo en las credit unions del sector anglófono y en las Cajas Populares y de Economía Desjardins del francófono, tienen más de 10 millones. El sector aporta una extraordinaria fuerza a la identidad canadiense y ha sido capaz de imprimirle un profundo sentimiento de solidaridad, al mismo tiempo que muestra formas cooperativas hábiles en producir, servir y comercializar.

-Allí las cooperativas son un componente esencial de numerosas comunidades, desarrollándose en sectores diversos como el forestal, viajes, manufactura, información tecnológica, publicidad, transporte, mantenimiento del hogar, y otras como las de pesca. En lo financiero el Movimiento Desjardins, fundado en 1900 por Alfonso Desjardins, es segundo entre las instituciones financieras cooperativas más sólidas del mundo, primer grupo financiero de Canadá y mayor empleadora privada de Quebec, cuenta con más de siete millones de asociados y clientes, 45.547 empleados y 4.351 dirigentes de sus 293 cajas en las Provincias de Québec y Ontario.

Es de resaltar el denominado Movimiento Cooperativo de Antigonish, desarrollado desde la Universidad de San Francisco Javier, Nueva Escocia, por su alta influencia no solo en las provincias marítimas de Canadá sino por sus repercusiones a través de sacerdotes formados en sus aulas en varios países de América Latina como la del sacerdote Ramón González Parra en San Gil, Colombia; la del sacerdote José Elías Thielen con sus cooperativas de ahorro y crédito en estado Falcón, Venezuela; y otras en Puerto Rico y otros países.

En USA se cuenta con más de 150.000.000 cooperativistas y de 47.000 cooperativas de distintas ramas, integradas fundamentalmente en la Liga de Cooperativas de los Estados Unidos, que hoy se denomina Asociación Nacional de Empresas Cooperativas. Destacan unas 12.000 de ahorro y crédito (Credit Unions) integradas en la Credit Union National Association (CUNA), constituida a partir de su precursora, la Credit Union National Extension Bureau en Colorado (1934); hoy con algo más de 110 millones de asociados. Cuna impulsó, junto a la Unión Internacional Raiffeisen (UIR, 1968), la constitución del World Council of Credit Unions, Inc. (Woccu). CUNA y Woccu tienen sus sedes en Wisconsi.

-México se distingue por cajas populares, que han sido objeto de reformas legales en los últimos años con apoyos en reestructuración de movimientos como el Raiffeisen y el Desjardins. Según el Fideicomiso de Supervisión Auxiliar de Sociedades Cooperativas de Ahorro y Préstamo y de Protección a sus Ahorradores (Focoop) el número de socios del sector era de 6.453.000 en septiembre de 2014; en un total de 692 cajas o cooperativas de ahorro registradas. Una de sus cajas, la Caja Popular Mexicana, constituida en 1996 por 23 cajas que tomaron la decisión de fusionarse, contaba en julio – 2013 con 1.788.756 asociados.

¿Cómo ha sido el modelo cooperativista en el resto del continente?

-En Costa Rica las cooperativas de ahorro y crédito eran propietarias de un 8.5% de los activos del sistema financiero nacional en el 2011. En Colombia, país con unas 8.124 cooperativas y 4 millones de asociados el 6,5% el sector es ocupado por ellas y otorga el 91% de todos los microcréditos de un país al que aportaron el 4,96% del PIB para el 2009[6]. Según un estudio de la Confederación Alemana de Cooperativas Raiffeisen (DGRV), su sector financiero se ubica en el tercer lugar en América Latina, detrás de Brasil y México.

-El cooperativismo ecuatoriano, con antecedentes a principios del pasado siglo en Guayaquil, contaba al 29 de junio de 2015 con 3.488 cooperativas con dominio de las financieras con 906, 30% del total, y más del 50% de las 2.582 no financieras concentradas en transporte; el resto en producción, vivienda y consumo, en ese orden. El total de asociados suma unos 5 millones. En Bolivia la Federación de Cooperativas de Ahorro y Créditos agrupa unos 700.000 en 108 cooperativas. El organismo mayor de integración es la Confederación Nacional de Cooperativas de Bolivia (Concobol).

         -Argentina por su parte cuenta con el Banco Credicoop Cooperativo Limitado (1979), fundado por la fusión de 44 cajas cooperativas de crédito de la Capital Federal y el Gran Buenos Aires, funcionando como cooperativa de segundo piso. Posee la única tarjeta cooperativa del mundo: Cabal, un millón de ciudadanos participan en este sistema.

-En Chile, el sector fue de los más afectados durante la dictadura militar, desapareciendo gran cantidad de cooperativas entre 1976 y 1982. Destaca la Federación Chilena de Cooperativas de Ahorro y Crédito (Fecrecoop) cuyas cooperativas de base suman 200.000 asociados. En ahorro y crédito resalta la Cooperativa de Ahorro y Crédito del Personal de la Universidad de Chile (Coopeuch Ltda.) con incidencia económica en 1.748.000 asociados, el 20,7% de la fuerza laboral y casi 200.000 familias.

-Mientras que en Paraguay, las cooperativas de ahorro y crédito de Paraguay poseían activos por más de 2.100 millones de dólares para el año 2010, casi un 17% del total del sistema financiero nacional, en el 2011, el capital social de la mayor cooperativa de ahorro y crédito superaba al de 11 bancos comerciales.

         ¿Qué dice de Venezuela?

-En Venezuela este sector cooperativo tomó fuerza desde el inicio de los años 60, luego de la caída de la asesina dictadura perezjimenista, cuando el sacerdote José Elías Thielen Hernández, formado en la St. Francis Xavier University en Antigonish, impulsó la constitución de la Cooperativa de Ahorro y Crédito Tacuato con un total de 13 asociados. En este país llegó a existir una Federación Nacional de Ahorro y Crédito cuyos activos dieron origen a la actual Central Cooperativa Nacional de Venezuela (Ceconave). La hiperinflación, y la crisis nacional producto de la dictadura militarista actual han generado una caída muy fuerte de las cooperativas del sector. Cooperativas como la San José Obrero en Falcón, Corandes en el estado Mérida, La Florencia en Táchira, y otroras destacadas que aún resisten las embestidas de la crisis. 

Considera el especialista  Bastidas-Delgado que en Venezuela la realidad contradice    la propuesta constitucional de la economía social, pues algunas situaciones   amenazan  el impulso de la autogestión  en el país. Particularmente  en cuanto al cooperativismo   venezolano sobresale el desconocimiento por parte del gobierno y de densos sectores de la población por él entusiasmada    para constituir cooperativas de las especificidades del cooperativismo: identidad, principios,    valores, democracia interna, propiedad,  y gerencia colectiva, necesaria flexibilidad organizacional.

-La premura gubernamental  en constituir  cooperativas   hace que se olvide que las cooperativas    son asociaciones   y empresas  al mismo tiempo   y que por  lo tanto un proyecto económico con su respectivo Plan de Empresa, es   fundamental. La constitución de un sector “cooperativo” con pedigüeños y no con personas  dispuestas a aportar  y a  arriesgar en función de sus proyectos.

“COOPERATIVAS” DE RESERVISTAS

Observa Oscar Bastidas-Delgado que en las cooperativas de reservistas dominan criterios militares, jerárquicos, con evidentes choques con las características de una organización autogestionaria. Esos criterios burocráticos, jerarquizados y centralistas se cruzan con las interferencias políticas de dirigentes gubernamentales    con   criterios vanguardistas que ven en las cooperativas    y en las organizaciones de la economía social  un campo fértil  para abonar el terreno de una pretendida revolución.