De 4 millones 300 mil toneladas de acero en el año 2007 a cifras rojas, rojitas. Habla el economista José Luis Alcocer, dirigente de “Unidad Matancera”
Enrique Meléndez
José Luis Alcocer, dirigente sindical por el movimiento Unidad Matancera de la Siderúrgica del Orinoco (Sidor), afirma que la nacionalización de esta empresa fue un grave error, que cometió Hugo Chávez en su momento, porque eso la condujo, primero, a una partidización y, luego, a una militarización; de manera que una empresa que llegó a desbordar su capacidad de producción, durante el 2019 no se produjo ni una gota de acero.
¿Qué balance tiene usted de lo que es hoy en día Sidor?
-El balance que tengo es bastante negativo, por lo menos, el que tengo de lo que han sido estos veinte años, desde que la revolución llegó a Venezuela, siendo yo actualmente todavía trabajador activo de Sidor. Este gobierno encontró a Sidor en manos privadas, si tomamos en cuenta que fue privatizada en 1997.
-Se trató de una empresa que se fue desarrollando en manos de los argentinos. Sus accionistas no sólo invirtieron en adecuación tecnológica, sino también en capacitación de todo el personal. Eso coincidió con una mejora en los precios del acero a nivel internacional; momento en que teníamos un cliente como China, que es gran consumidor de acero. A partir de allí nosotros mejoramos la productividad.
-Fuimos llevando la producción de 2 millones 800 mil toneladas; que estaban en el año 2000; luego en ese quinquenio que va de ese año hasta el 2005 logramos elevarla a 3 millones 600 mil; siendo el 2007 el año extraordinario con 4 millones 300 mil toneladas de acero; es decir, por encima de la capacidad instalada; que eran 4 millones.
-Eso fue en el 2007. Al año siguiente, en el 2008, Chávez toma la decisión de estatizar a Sidor; pero más que estatizar, se partidizó. Porque se le entregó al PSUV. Posteriormente; luego de ese proceso, hubo un decrecimiento de la producción; porque ya en el 2008, la producción estuvo por el orden de 3 millones 900 mil toneladas. Ya habíamos bajado, y a partir de ahí, en el 2009, 2010, 2011 fue decreciendo.
¿Ese decrecimiento fue a causa de qué?
-Fíjate tú: ese decrecimiento que nos ha traído hasta este 2019, en el que ha sido el año en que Sidor no ha producido ni una gota de acero; por primera vez en su historia; desde que se produjo la primera colada, que fue en 1962; cuando entonces la capacidad instalada se ubicaba en 700 mil toneladas. Respondo tu pregunta: ese decrecimiento lo produjo; en primer lugar, la partidización de la empresa; en segundo lugar, su militarización.
-Se la entregaron a los militares, de modo que el militar no llegaba solo, sino que se posesionaba con su séquito. A partir de allí no se reunió más la junta directiva; que es como decir el cerebro de la empresa; puesto que la junta directiva es quien decide la política de ingreso del personal; desde el punto de vista de su capacitación; los planes de expansión; la estrategia de adecuación tecnológica; mercadeo a nivel nacional e internacional.
-No se reunió más la junta directiva; sino que el presidente era un militar; que pensaba que aquello era un cuartel. En ese proceso de deterioro institucional trajeron, además, gente con un profundo desconocimiento, de lo que es la experticia de transformar el hierro en acero; partiendo del hecho de que provenían del mundo militar.
-Lo otro es que comenzaron a ingresar activistas en forma desmesurada. Traían gente, tanto de Guayana, como del resto del país; que no tenía ningún tipo de conocimiento de la operatividad de la industria siderúrgica.
Hasta en Australia hay ingenieros de alto nivel de Sidor
Clientelismo político. ¿No es así?
-¡Clientelismo político! Yo no sé cuánto suman: seis mil, siete mil trabajadores; digo trabajadores, porque están en la nómina. Pero que jamás han agarrado una escoba, han puesto un bombillo; han aflojado una tuerca. ¡No! Llegaron para hacer activismo. Pero, al mismo tiempo, que eso ocurría, los mejores técnicos comenzaron a irse del país. Colombia recepcionó nuestros mejores técnicos metalmecánicos, electrónicos, informáticos. Otros se fueron a Argentina, a México, a EEUU, a Trinidad. Hasta en Australia hay ingenieros de alto nivel de Sidor.
-En ese sentido, los cargos que dejaba esta gente, entonces eran ocupados por estas personas, que habían arrastrado; por supuesto, sin ninguna experiencia en la materia. De manera que todo eso, unido a la falta de inversión, adecuación tecnológica, nos ha traído a lo que está ocurriendo en el día de hoy, es decir, una empresa en total deterioro.
Eso quiere decir que fue un error la nacionalización; puesto que fue una especie de privatización, para favorecer a altos jerarcas. ¿No le parece?
-Es así. Fue un error; porque respondió a una decisión política. De hecho, Jorge Giordani, cuando era ministro, visitó Guayana, y dijo que a las empresas de Guayana había que cerrarlas; para sobre sus cenizas crear el hombre nuevo; el hombre leal, y en el Plan Guyana 2009-2019 está escrito. Eso no es elucubración. Allí aparece que a los sindicatos habría que desaparecerlos, y una de las formas de hacerlo es reducir la producción: si no hay trabajadores, no hay sindicatos; incitado Giordani por el hecho de que Sutiss, que era el sindicato más emblemático por entonces, ejercía mucha presión.
–Giordani era de la tesis de que en el socialismo no deben existir sindicatos; como sí los consejos de los trabajadores, porque los sindicatos, a su juicio, son elementos de presión y de confrontación; mientras que los consejos de los trabajadores se convierten en aliados de la parte empleadora; que viene a ser el mismo gobierno; es decir, una alianza trabajador-Estado; en función del mejoramiento de la producción y de la productividad. Aunque sabemos que eso no es cierto; porque los resultados están a la vista.
-El hecho es que esto mismo ha sucedido con las empresas manejadas por el Estado, sobre todo, con el complejo alumínico. Todo eso está totalmente paralizado. También en este sector se tuvo un pico de producción hacia el 2005; luego de cinco años de crecimiento; hasta que comenzaron a minarlo de militares.
Entonces había una sinergia con el parque industrial venezolano, sobre todo, de Carabobo. ¿Qué piensa usted?
-Eso es correcto. En el caso las empresas de Guayana, tanto del aluminio, como del acero eran las proveedoras de las empresas, ubicadas en las zonas industriales de Valencia, Barquisimeto, Valle de la Pascua. Todo eso iba destinado, sobre todo, a la línea blanca: lavadoras, neveras, cocinas; así como a la industria de los envases enlatados: Metalgráfica, Domínguez y Compañía, Envasa. Toda la materia prima, con la que producían estos complejos industriales provenía de las empresas básicas de Guayana.
-Y en la medida en que dejaron de recibir los insumos, estas empresas se vieron en la necesidad de importar. Es por eso que toda la producción de alimentos enlatados encareció: lo caro no es el atún, sino el envase, en donde viene. Se encareció; por una parte, porque es importado, y por la otra, porque había la dificultad para obtener divisas, en función de su provisión.
-Otra que ha sido impactada con la caída de la producción metalmecánica ha sido la industria de la construcción; cuyo insumo son las cabillas, las vigas. ¡Se dejó de producir cabillas!
En Sidor ningún trabajador sabe cuánto gana. Sencillamente, los quince y los últimos dan una especie de bono
¿En qué situación se encuentra, en consecuencia, el trabajador de Sidor, tomando en cuenta que estamos ante una industria paralizada?
-De la CVG dependen unos 55 mil trabajadores directos, y quienes para el día de hoy estamos cesanteados en nuestras casas. Por supuesto, la gerencia presiona para que los trabajadores asistamos al sitio de trabajo; sólo que hay una violación de la cláusula de la contratación colectiva, relativa al transporte del personal, a cuyo suministro la empresa está obligada; bueno, no hay transporte. ¡Acabaron con la flota de transporte!
-Se llegó a contar con cerca de 300 autobuses, y los que cubrían la ruta de Upata, San Félix, Puerto Ordaz, Ciudad Bolívar; porque en la CVG hay trabajadores que viven en Monagas, en Barrancas, por ejemplo, en Palizal. Otros viven en Delta Amacuro, en Anzoátegui; del otro lado del Orinoco. Hasta esas zonas llegaba transporte. Tu podrás ver, en consecuencia, que resulta imposible para un trabajador trasladarse hasta su sitio de trabajo; tomando en cuenta, además, la situación de colapso, en la que se encuentra el transporte público, empezando por la carencia de gasolina.
-El otro problema que tenemos los trabajadores es que ya en lo que va de año han fallecido tres compañeros; pues nosotros gozábamos del seguro del HCM; que hoy ya no existe; de modo que cuando nos enfermamos, no tenemos que acudir sino a los hospitales públicos, y allí terminamos muriéndonos; en vista de la situación precaria, con la que operan los hospitales hoy en día de San Félix, Puerto Ordaz, Upata, Ciudad Bolívar. Tenemos el caso, asimismo, de un trabajador, que falleció en un accidente, por carecer de los equipos de seguridad: se desprendió de cierta altura; así como tenemos el caso de un niño, hijo de otro compañero, que nació en su casa, y quien no pudo sobrevivir, porque no pudo ser trasladado de inmediato al hospital.
-Asimismo, se ha venido incumpliendo con todo lo relativo al beneficio de la educación: dotación de útiles escolares para nuestros muchachos. O sea, la contratación colectiva la desaparecieron. Y en cuanto al salario, si bien es cierto que lo cancelan, nadie sabe cuánto gana. Sencillamente, los quince y los últimos dan una especie de bono. Además, esto constituye una violación flagrante a la Ley del Trabajo; en tanto ésta dice que el trabajador debe recibir una información detallada de lo que percibe como ingreso.
-En estas condiciones, y esta es una tesis que yo vengo sosteniendo, es imposible que el gobierno recupere las empresas básicas de Guayana.