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La tiranía militarista #Opinión #OscarBattaglini

Con el chavezmadurismo en el poder se ha producido una completa y verdadera restauración de la tiranía militarista de raíz Castro-gomecista en nuestro país

Esta forma de gobierno ha surgido en nuestro medio social cada vez que el elemento militar o una fracción minoritaria suya, con acompañamiento civil ha irrumpido en el ámbito de nuestra vida política nacional e impone mediante la fuerza sus ideas y acciones sin tomar en cuenta los intereses generales de la inmensa mayoría de los venezolanos, ni su repudio por tales ideas y acciones.

Con el chavezmadurismo en el poder se ha producido una completa y verdadera restauración de la tiranía militarista de raíz Castro-gomecista en nuestro país; lo que quiere decir que en materia política institucional hemos involucionado en más de 100 años bajo la dominación de esa aberración política.

Comprender a cabalidad el contenido de esta última afirmación, nos ayuda no sólo a entender la causalidad histórica y política de la destrucción generalizada que ha sufrido nuestro país en todos los órdenes de la vida nacional, y que ha afectado negativamente y en grado sumo la calidad de vida de la inmensa mayoría de los venezolanos, sino el enorme daño que le ha infligido al proceso de constitución institucional- democrática de la sociedad venezolana. Esto mismo, dicho en términos más específicos, nos permite entender, por una parte, por qué el país, antes de haber consolidado y ampliado su capacidad económica en general y productiva en particular, bajo el régimen chavezmadurista lo que ha hecho es no sólo paralizarse, sino involucionar hasta reducir su tamaño en más de un 70% como consecuencia de la erróneas políticas económicas determinadas por la desinversión, la falta de incentivos a la producción en general, la puesta en práctica de medidas políticas y económicas pseudo socialistas: como las expropiaciones de activos privados, el acoso en términos generales al sector productivo (al que ha reducido a su mínima expresión), la política de “precios justos”, la total ausencia de una verdadera estrategia y de planes para el desarrollo económico efectivo, y por último, la ineptitud demostrada reiteradamente por quienes a lo largo de más de veinte años, han aparecido y aparecen al frente de su política “económica fracasada”.

Expresión clara de lo que decimos, es lo ocurrido con la actividad petrolera, la cual, debido a la incuria, la ineptitud y la corrupción de la burocracia oficial chavezmadurista, ha dejado de ser la fuente principal del ingreso nacional, del gasto fiscal y de la inversión interna, para convertirse en un cachivachero inoperante.

Una muestra evidente a la que ha sido conducida la actividad petrolera nacional, es que Venezuela, en manos de esta burocracia inepta, ha venido dejando de ser un país petrolero, no obstante disponer de una de las reservas más grandes del mundo. En esta paradoja y en la destrucción de la que han sido objeto las grandes refinerías del país, radica la causa principal de la crónica escasez de gasolina (y otros derivados del petróleo) que hoy padecemos los venezolanos.

No constituye una exageración afirmar que la crisis por la que atraviesan las industrias básicas de Guayana, la industria manufacturera y la actividad agropecuaria, es una consecuencia probada y comprobada de las mismas razones que explican la debacle petrolera y económica del país. Otro tanto puede decirse de la crisis de los servicios públicos y de cómo ésta afecta todavía más la calidad de vida de los venezolanos.

Como es sabido, la burocracia autoritaria en el poder, ha dado en afirmar en un vano intento por evadir su responsabilidad, que la crisis general existente y los terribles efectos que ella irradiasobre nuestra población son consecuencia de las sanciones económicas y financieras que la comunidad internacional y particularmente los Estados Unidos le ha impuesto al régimen dictatorial.

Esa versión harto conocida por todos los venezolanos, se cae por su propio peso sencillamente porque la crisis ya existía y estaba en su pleno desarrollo cuando comienzan a ponerse en vigencia las mencionadas sanciones, lo cual ocurre en octubre de 2018.

Por otra parte, comprender que con el chavezmadurismo se produce en nuestro país una completa restauración de la tiranía militarista, nos permite entender a cabalidad: 1- la pretensión que tiene la burocracia autoritaria (civil-militar) de convertir definitivamente a la fuerza armada chavista (facha) en el poder político permanente (perpetuo) en nuestro país; aduciendo para ello la supuesta existencia de la “unión cívico-militar” que se habría establecido entre ella y el pueblo venezolano, en otras palabras, lo que se pretende con las especificidades del caso, es el establecimiento también en Venezuela de un régimen de un régimen político del tipo de los que actualmente existen en Cuba, en Corea del norte, en Irán, en Rusia, en China, en Turquía y en Nicaragua, entre otros. Lo que se persigue finalmente es la implantación de un orden político semejante al que rige en los países mencionados, es decir, regidos por estados policiales que suprimen las libertades públicas y los derechos del individuo, y de los que han sido borrados todo vestigio de pluralidad democrática; en los que predomina el pensamiento único, y donde la manu militari tenga una injerencia decisiva y de manera totalitaria en todas las esferas de nuestra sociedad, como, por ejemplo, en el caso de juzgar a civiles en tribunales militares, etc.

Conviene señalar que muchas de esas cosas ya han sido impuestas a la sociedad venezolana por la burocracia autoritaria en el poder. Están presentes: 1.1- en la creciente intromisión de la fuerza armada chavista (facha) en la vida política nacional; 1.2- en el monopolio comunicacional, la censura, la coacción y el cierre de medios disidentes a quienes se les niega la libertad de información, y por ende, el derecho a los venezolanos a estar informados oportuna, veraz e imparcialmente (artículos 57 y 58 de la Constitución Nacional vigente); 1.3- en la destrucción y cierre de los sindicatos y gremios de trabajadores y profesionales; 1.4- en la ilegalización de los partidos políticos de oposición e inhabilitación, persecución y encarcelamiento de sus dirigentes; 1.5- en la permanente violación de los derechos humanos de los venezolanos (sin posibilidad de acudir a ninguna instancia legítima, puesto que todas están bajo el mandato de un partido único al que están subordinadas), etc; la instrumentalización de los poderes y las instituciones públicas, los cuales vienen siendo utilizados grosera y descaradamente por la burocracia autoritaria para apuntalar y darle “visos de legalidad” a la tiranía militarista que han implantado en el país mediante el engaño, el fraude electoral y la violencia física combinados. Su conservación sigue estando en el cálculo político de esa burocracia y de sus aliados externos, a pesar de la evidente crisis terminal por la que atraviesa ese modelo político. Está por verse si la inmensa mayoría de los venezolanos y la comunidad internacional, que por las más diversas razones, se oponen a dicho modelo, están dispuestos a permitir la realización de ese cálculo político perverso.

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EL AUTOR es historiador, profesor de la Universidad Central de Venezuela, co-fundador del partido Liga Socialista y exrector del Consejo Nacional Electoral. Autor de los libros “Legitimación de Poder y lucha política en Venezuela” y “El medinismo, modernización, crisis política y golpe de estado”.