“Las acciones han terminado afectando a este canal, pero, en realidad, están dirigidas contra el propietario, Raúl Gorrín, acusado de ser parte de una trama de corrupción con dineros públicos”, dice el comunicólogo Andrés Cañizález
Enrique Meléndez
A juicio del comunicólogo Andrés Cañizález en el caso de DirecTV los venezolanos nos quedamos sin el nada, por la doble intransigencia que hubo, por una parte de EEUU, que obligó a esta empresa a retirar Globovisión y un canal de Pdvsa y, por otro lado, la intransigencia del gobierno de Venezuela que no aceptó, de alguna manera, suprimir estos canales a cambio de que siguiera DirecTV.
“Bueno, entonces ahí estamos atrapados en una política de todo o nada”, afirma Cañizález es profesor de Comunicación Política en la Universidad Católica “Andrés Bello”, y es columnista de varios medios de comunicación.
¿El retiro de DirecTV forma parte de la escalada, como dice el gobierno, que viene sosteniendo EEUU en contra del pueblo venezolano o responde a otros motivos?
-Yo no lo veo como una escalada por parte de EEUU. Entiendo que allí el trasfondo tiene que ver con las sanciones de EEUU contra Globovisión y un canal de Pdvsa. Pero también estamos ante la intransigencia de Venezuela, porque entiendo que hubo interés por parte de DirecTV de alcanzar algún tipo de acuerdo para, por ejemplo, suprimir estos canales y continuar con el resto de la programación, cosa que no ocurrió.
-Entonces, yo creo que lamentablemente DirecTV quedó atrapado, digamos, en esta doble intransigencia, por un lado la política de sanciones de EEUU, que la obligaba a retirar unos canales y, por otro lado, la intransigencia del gobierno de Venezuela que no aceptó, de alguna manera, suprimir estos canales a cambio de que siguiera DirecTV. Bueno, entonces ahí estamos atrapados en una política de todo o nada y, lamentablemente, terminamos con el nada, que es al final lo que ha ocurrido.
Se habla de millones de usuarios afectados con la medida. ¿Cuánto es la totalidad en ese sentido?
-Aproximadamente, según la cámara venezolana de televisión por suscripción, DirecTV era la principal del ramo. Tenía alrededor de 2 millones de suscriptores. Haciendo una medida que es bastante usual, debemos asumir que en Venezuela existen unas cinco personas por cada familia, uno pudiera estimar que habría unos diez millones de venezolanos que dejan de ver esta señal televisiva.
-Aparte de que se trata de una medida abrupta, sorpresiva, creo que eso le da, digamos, una confrontación bien particular a todo esto por ese carácter y que, además, para mí representa un motivo de preocupación, aparte del número de suscriptores venezolanos que quedan afectados, y es que eso ocurre en medio de una situación de cuarentena, donde están paralizadas muchas actividades.
-Entonces, en este momento los venezolanos no tienen opciones de salir a buscar otra empresa, que venga a sustituir el servicio que les prestaba DirecTV, por las propias restricciones que hay debido a la cuarentena, en la cual, por lo demás, nos están pidiendo que nos quedemos en casa. Entonces ahí, un servicio como el de DirecTV había venido cobrando mucho valor para los venezolanos, que estaban obligados con su familia a quedarse en casa. Eso también le añade, digamos, un mayor nivel de complejidad, a lo que acaba de ocurrir.
“En EEUU se considera que la riqueza del señor Gorrín es producto de la corrupción, y que con ese dinero de la corrupción fue que compró Globovisión”
DirecTV era la televisión por suscripción más popular, en el sentido de que era la que tenía las tarifas más bajas. ¿No es así?
-Yo creo que hay una combinación de factores. En buena parte de la América Latina, por ejemplo, en Argentina la televisión por cable, prácticamente, abarca el 100% del territorio. En el caso de Venezuela por razones geográficas, culturales, económicas las televisoras por cable nunca lograron cambiar el país completo. De modo que eso originó que había como burbujas de gente que sí estaba conectada a la televisión por cable, que iba por debajo del suelo; sólo que eso ocurría hacia las zonas de la clase media.
-Y lo que sucedió fue que DirecTV vino a revolucionar el tema en Venezuela, porque permitió dos cosas, y en las que fue innovadora, pues, por una parte, técnicamente su funcionamiento satelital resolvió el tema de cómo llevar a los barrios populares la televisión por suscripción, cosa que las cableras nunca pudieron resolver y, por otra parte, introdujo el sistema del prepago; que constituyó un cambio importante, tomando en cuenta que este tipo de servicio se pagaba o se paga todavía con tarjeta de crédito, y hay mucha gente en Venezuela que no posee tarjeta de crédito.
-En cambio, al tener un servicio prepago, bajo los modelos que ofreció DirecTV, donde fue pionera, eso le abrió, digamos, una posibilidad de cubrir esos niveles populares. Por supuesto, hoy en día eso le afecta a gente de muy diversos niveles sociales, sólo que ahora afecta más a los sectores populares, primero, porque allí no va a haber la acción inmediata de que otra empresa pueda ofrecer un cableado, para llevar la televisión por suscripción.
-Segundo, lo que tú estás apuntando: el servicio era muy económico: comparativamente, con lo que están cobrando otras empresas y, en tercer lugar, esta modalidad que ya se ha extendido, del servicio prepago, y que eso le abrió e hizo que DirecTV capturara muchos clientes entre estos sectores populares. De aquí que en estos momentos yo creo que los principales afectados están los sectores populares, están las zonas distantes de Venezuela, es decir, no pensemos en las grandes ciudades; pensemos en pequeños poblados de distintos lugares de nuestro territorio, y donde lo único que llegaba era la señal de DirecTV, gracias a las antenas.
-Esa población no tiene hoy otra opción de entretenimiento o de acceso a la información.
“Inicialmente Gorrín no aparecía como el comprador de esas acciones [de Globovisión ] . En ese momento habían otros nombres. Después se supo que esos otros nombres, en realidad, eran testaferros”
¿Hasta qué punto también en los EEUU hay molestias, con respecto a la hegemonía comunicacional del régimen de Nicolás Maduro, y las continuas cadenas?
-Eso es otro tema. Fíjate que en Venezuela la expansión de la televisión paga tuvo un impulso tras el cierre de RCTV en el año 2007, y la decisión de esta planta televisora de irse al cable, combinado, yo diría, con un cansancio de la gente con el hecho de las cadenas. Entonces, la televisión por suscripción constituía una opción, para que aquél que estaba viendo un canal venezolano, entraba Hugo Chávez con una cadena, y de modo que se iba a un canal internacional. Desde ese punto de vista yo creo que la televisión por suscripción en aras del entretenimiento funcionaba como una válvula de escape.
-Hoy en día no tenemos esa válvula de escape, y para otros sectores no va a haber otra opción que calarse las cadenas, que en el caso de Chávez era más tolerables, que en el de Maduro, pues éste tiene un mayor rechazo que su antecesor. Por lo demás, yo creo que eso va a tener un impacto en la población, ya que, por otra parte, eso no es la primera cosa que se pierde, pues de acuerdo con las personas, con las que yo he hablado, se considera que Venezuela viene con una cadena de pérdidas.
-El servicio eléctrico es muy deficiente. Hay ciudades donde no hay gas doméstico, el servicio de agua en muchos lugares también está fallando, severamente, de modo que el tema de DirecTV termina metido en un malestar ciudadano por todas las otras carencias por la vicisitud de los servicios, y eso le da una connotación particular a esta decisión. No está ocurriendo en una situación, digamos, ideal de la gente, sino en una situación bastante precaria, con respecto a los servicios, en una situación donde la gente está obligada a estar encerrada en sus casas y donde para millones de personas (unas diez millones) DirecTV era su espacio de ocio en la casa.
Se está hablando de una opción de Colombia, de manera que DirecTV pudiera ofrecer su señal desde allá. ¿Qué posibilidades hay de que eso sea cierto?
-Yo lo veo inviable. Técnicamente, creo que sería factible, pero que para que eso pueda tener viabilidad comercial y técnica tendría que poseer el permiso de Venezuela, de Conatel, por ejemplo. Yo no veo a Conatel autorizando que DirecTV-Colombia llegue con su señal a nuestros hogares, donde hay canales que el gobierno de Nicolás Maduro ha prohibido, como CNN en español, como Caracol, como RCN, porque no quería que siguieran en Venezuela, y que forman parte del paquete de DirecTV-Colombia.
-No veo viabilidad para que DirecTV-Colombia obtenga una decisión política favorable, en ese sentido. Ahí no creo que el gobierno vaya a retroceder. Está de alguna manera haciendo control de daños con la situación, tratando de restarle importancia, diciendo que la televisión por cable no sube cerros, etcétera. Pero no veo la posibilidad de que el gobierno se abra, para que haya ese servicio desde Colombia y eso, básicamente, tendría que haber el permiso del gobierno. Porque, por ejemplo, ¿dónde se va a cobrar? Eso no lo veo viable, políticamente.
¿Por qué DirecTV, precisamente, permitió la suspensión de esos canales que usted menciona?
-Yo creo que DirecTV, como todas las empresas de cable en Venezuela fueron aceptando condiciones del gobierno, con tal de permanecer en el país. Eso los llevó a ser corresponsables de la censura, porque el gobierno decretó la salida de CNN en español y todas las empresas de televisión por suscripción sacaron a este canal, y así con otro tipo de canales internacionales, que yo recuerde, dos colombianos y uno argentino, de modo que la política que jugó la empresa en este caso fue la de tratar de mantener las operaciones en Venezuela, sólo que ahora con la decisión de EEUU, relacionada con las sanciones se vieron afectadas dichas operaciones de DirecTV en ese país, y terminaron, pues, decidieron no meterse en problemas.
¿Por qué Globovisión en este caso, un canal que no está identificado con la red de medios oficialista, sale afectado?
-Ese es un tema bien complejo. Allí las acciones han terminado afectando a este canal, pero, en realidad, están dirigidas contra el propietario de ese canal, que es el señor Raúl Gorrín por hechos de corrupción, es decir, básicamente, EEUU lo está acusando a él de ser parte de una trama con dineros públicos, sobre todo, porque está apuntando al hecho de que la compra de Globovisión se hizo con dinero de la corrupción.
-Entonces ahí EEUU tiene las razones, para hacer esa aseveración. Pero en este caso lo que está en juego es la circunstancia de castigar la corrupción, el tráfico de dinero de fondos públicos, destinados a la compra de una televisora; lo que explica la sanción contra Globovisión.
Pero, dinero que fue a parar a las manos de Alberto Federico Ravell. ¿No le parece?
-Yo no lo sé exactamente. Eran tres socios principales: Ravell, Nelson Mezerhane y Guillermo Zuloaga. Pero hay que recordar que inicialmente Gorrín no aparecía como el comprador de esas acciones. No sé si tú te acuerdas que en ese momento habían otros nombres. Después se supo que esos otros nombres, en realidad, eran testaferros, y que el verdadero comprador era Gorrín. Según yo me he informado, en EEUU se considera que la riqueza del señor Gorrín es producto de la corrupción, y que con ese dinero de la corrupción fue que compró Globovisión.
En su momento se habló de una compra compulsiva, a través de lo que se conoce como una Oferta Pública de Acciones. ¿No es así?
-Compulsiva en el sentido de que a estos señores no les dejaron otra opción más que vender, porque o vendían o, prácticamente, no se les permitía operar. Yo hice un trabajo sobre como en un momento Globovisión; cuando estaba en manos de sus antiguos dueños tenía casi, al mismo tiempo, unas quince acciones de demandas administrativas, judiciales, penales, etcétera. Es decir, hubo un cerco contra Globovisión y los antiguos dueños, que querían ampliar la línea editorial del medio y, al final, se optó no por cerrarlo como RCTV, sino que fuera vendido.
“A estos señores [a los exaccionistas de Globovisión] no les dejaron otra opción más que vender, porque o vendían o, prácticamente, no se les permitía operar”
INVESTIGADOR DE LA COMUNICACIÓN
Andrés Cañizález nació en la ciudad de Valencia, 9 de febrero de 1966. Es un periodista e investigador venezolano, doctor en Ciencia Política por la Universidad Simón Bolívar.
Posee también una maestría en Historia de Venezuela. Es profesor de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) desde 2003, también ha impartido clases en la Universidad Arturo Michelena y la Universidad Católica Cecilio Acosta.
Dirigió las revistas académicas Temas de Comunicación, Comunicación. Estudios Venezolanos de Comunicación. Coordinó el Grupo de Trabajo en «Comunicación política y Medios» de la Asociación Latinoamericana de Investigadores de la Comunicación (ALAIC).
Fue presidente de la Asociación Venezolana de Investigadores de la Comunicación (INVECOM). En el año 2017 fue incluido entre los trescientos académicos venezolanos con mayor impacto, según los indicadores de Google Académico, en un ranking elaborado por el proyecto Acumen. De esa lista, fue el único dedicado a la investigación en medios de comunicación, periodismo y libertad de expresión.