Carol Romero, reportera de la emisora caraqueña FM Center, intentó grabar con su móvil una protesta de un grupo de ciudadanos que se encaró con los guardias nacionales. Los militares la golpearon, la esposaron y le robaron su teléfono al llevársela detenida ilegalmente.
En un país donde las noticias no paran, los profesionales del sector se enfrentan a distintas situaciones que les impiden, en mayor o menor medida, reportarlas libremente. La grave situación está documentada en informes de organismos multilaterales y de defensa de los derechos humanos
Rubén Coronel CNP 12091
Se ha desmantelado la capacidad de comunicación que tiene el país. Cada vez más silencio, más censura, y en el fondo eso es lo que busca el regimén de Nicolás impedir, a la gente estar mejor organizada, tomar mejores decisiones, ser más libres. Entonces es como una celda. Es como un país celda, en el que se controla incluso lo que la gente puede transmitir.
El informar es un delito, somos los periodistas venezolanos los peores pagados del continente americano, la libertad no es solamente que puedas decir o no cosas, que puedas publicar o no cosas. Es también que no tener derecho al acceso a la información. Es una garantía que, si usted vive en un país que lo ha logrado, pues apropiarse de eso y haga que crezca, pero en Venezuela no tenemos acceso a la información pública.
Las violaciones a la libertad de opinión y expresión en Venezuela han quedado escritas a fuego en los reportes de las organizaciones mundiales que defienden tales derechos.
La Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Michele Bachelet, registró en un documento oficial en junio de 2019 que el chavismo “ha tratado de imponer una hegemonía comunicacional imponiendo su propia versión de los hechos y creando un ambiente que restringe los medios independientes”.
Bachelet certificó el empeoramiento de ese comportamiento oficial entre 2018 y 2019. Denunció el cierre de docenas de periódicos, la clausura de emisoras de radio y el cese de transmisión de canales de televisión por presiones gubernamentales.
Ataques contra la libertad de prensa, somos un trofeo
Muchos recordamos el caso de Luis Carlos Díaz, periodista y ciberactivista venezolano, se convirtió en otro caso palpable de los ataques contra la libertad de prensa en el país. Esa tarde, mientras pedaleaba su bicicleta de regreso a casa, fue detenido por agentes de seguridad del Estado.
Trabajaba entonces en una de las emisoras privadas nacionales más importantes del país, fue detenido por indicar en un podcast durante la crisis elèctrica de marzo, las opciones tecnológicas en caso de un black out electrico, trató de vincularsele, lo que el gobierno llamó ataque de ciberterrorismo a la central eléctrica nacional. Su caso movilizó al gremio, nacional e internacionalmente, pero también a la sociedad civil. Amnistía Internacional lo considera un preso de conciencia.
El periodista Darvinson Rojas en Caracas se vio rodeado en su residencia por agentes de la Fuerza de Acciones Especiales de la Policía venezolana, un cuerpo denunciado por ejecuciones extrajudiciales y otros abusos, ¿Por qué? Darvinson sumó las cifras de casos positivos por coronavirus que habían dado diferentes autoridades y se percató de que arrojaban un número mayor del que estaba informando el gobierno de Nicolás Maduro, permaneció 12 días bajo arresto. Lo soltaron, pero enfrenta cargos por los que podría pasar años en la cárcel.
Otro caso sonado, fue el periodista español Gonzalo Domínguez Loeda, y los colombianos Maurén Barriga Vargas y Leonardo Muñoz, así como el motorista que acompañaba a este último, José Salas, de nacionalidad venezolana, Los tres periodistas formanban parte de un equipo que viajó desde Bogotá para cubrir la crisis de Venezuela en el 2019 y reforzar la delegación de la Agencia EFE en la capital venezolana ante la crisis que vive el país, su detención fue hecha por parte del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN).
Hoy es el caso, práctica recurrente de la narcotirania, ensañamiento de la Guardia Nacional Bolivariana, con periodista Carol Romero.»grabar discusión entre militares y usuarios por gasolina».Quieren acusarla de instigación al odio, crea suspicacia que sea unos dias despues de la instrucción de no a la matraca, por parte del Comandante General de la Fuerza cuestionada.
Comandante de la GNB prohibió totalmente la «matraca»en la institución
¿Qué Dicen los gremios?
Los Gremios CNP y SNTP opinan que el madurismo ha copiado un modelo comunista cuyo principal objetivo es “silenciar la verdad”. Nicolás Maduro, presidente en disputa, riñe frecuentemente en público con periodistas y medios independientes de Venezuela y del extranjero.
En una alocución reciente, atacó al periodista Sergio Novelli, quien entrevistó a venezolanos que pensaban regresar del extranjero al país a pesar de la existencia de lo que llamó “campos de concentración” para repatriados de parte del oficialismo.
“Era un periodista muy reconocido y querido en su momento en la televisión venezolana, pero se ha convertido en un mercenario de los gringos”, expresó Nicolàs Maduro.
Maduro y sus voceros, entre ellos el segundo hombre fuerte del chavismo y presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello, suelen acusar públicamente a la prensa de aliarse con sus opositores y con conspiraciones golpistas.
De acuerdo con los datos del Colegio Nacional de Periodistas, 48 informadores han sido detenidos en el país desde que el presidente Nicolás Maduro decretó el estado de alarma para hacer frente a la pandemia del coronavirus.
Esta situación ha sido denunciada a nivel internacional por organizaciones como Human Rights Watch y el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ).
Otro gremio fundamental en la emergencia sanitaria, el de los médicos, también merece ahora atención prioritaria de las fuerzas seguridad y asociaciones profesionales han denunciado detenciones arbitrarias de algunos de ellos cuando han denunciado las carencias del sistema sanitario venezolano.
Tinedo Guía, presidente del Colegio Nacional de Periodistas (CNP), en entrevista para “La Voce d’Italia”, indicó que los medios de comunicación siguen siendo atacados por el gobierno de Nicolás Maduro. Destacó que “la preocupación por perder el poder los lleva a estar atentos a cualquier palabra, pensamiento u opinión que pueda incomodarlos”.
El presidente del CNP señaló que los ataques a los trabajadores de la prensa y medios de comunicación obstaculizan el ejercicio del periodismo libre en Venezuela. Y advirtió que estamos en presencia de “una política de Estado que intenta silenciar el derecho a la información y la opinión de los ciudadanos”, afirmó.
Nuestro trabajo, evitar el país celda
Tenemos que prácticamente, armarnos de fortaleza, armarnos de fuerza, para poder recibir una denuncia cuando tú también sufres esos problemas. Cuando escuchas un testimonio de gente que no tiene agua, y tú también está sin agua, y sabes lo que es estar sin agua, sin luz, sin gas, en fin sin servicios publicos.
La libertad de prensa en Venezuela es “de una lucha diaria, porque en Venezuela no hay una democracia plena. Y al no haber democracia plena, no se respeta, a pesar de las arbitrariedades, no van detiener, ni el creciente descontento, y como diría un gran humorista venezolano, Emilio Lovera, hay dos cosas que no se pueden esconder, ni detener la tos y el malestar estomacal, en mi opinión yo adicionaría que la corrupción desmedida, y el abuso de poder, si no los invito a verse reflejado en su antagonista Estados Unidos, que son una democracia plena, quisieron detener algunos periodistas, en medio de las protestas de George Floy, pero se les fue de las manos, aqui an retardado un poco, la escalada.
Una cloaca sin corriente de agua, hiede, y es lo que estamos viviendo, lo cual no es culpa ni de carol, ni de ning{un representante de la prensa, a pesar de arremetida, hay siempre que ver entonces cómo nosotros tratamos de informar en medio de adversidades. Y una alternativa es a través de la creatividad. Hay que buscar distintos mecanismos para que la gente esté informada, para acabar con el país celda que nos quieren imponer.