La historia de lo que se conoce como humanidad hasta hoy está determinada por la muerte. Desde que en el mundo apareció la propiedad de los menos que someten y aplastan a los más, con la maquinaria de fuerza y el poder puesto a andar por quienes todo lo tienen, se instala la agonía de las mayorías.
Agustín Blanco Muñoz
Y estos señores propietarios no limitan sus dominios. Su fuerza estatal, expresada en ejércitos con capacidad de fuego y destrucción, son lanzados a cumplir con el objetivo de tomar otros recursos espaciales y humanos, que sirvan para aumentar los dominios y el poder correspondiente. Una labor de sometimiento que se aplica a través de la violencia, la guerra hecha asalto, la destrucción y muerte. A mayor poder más capacidad para matar.
En este marco se inscriben las llamadas batallas que en el fondo no son más que la acción de un poderío superior ocupado en aniquilar y reducir a muerte al inferior. Una cuestión sencilla pero muy difícil de entender por aquellos a quienes se les aturde con los datos de las contiendas ganadas, perdidas o en proceso.
Y en este sentido, cuando se afirma que con el triunfo patriota en la Batalla de Carabobo el 24jun-1821, se sella la independencia de Venezuela, el estudiante tiende a repetir sin entender la situación. ¿Y sólo quien más mata puede obtener ventajas? ¿Significa esto que “sin sangre no hay historia”, que sólo masacrando se obtienen beneficios como la independencia y la libertad? ¿Los hombres nacen entonces para matarse en el contexto de una historia muerta y asegurar la vida y la conquista del poder para los propietarios?
¿Y cómo se explica que por lo general se deje al margen las relaciones de esas batallas con el macabro juego de los poderes, las fuerzas e intereses que militan en cada bando y apenas se saque a relucir el rimbombante y postizo patriotismo? ¿Qué poderes estaban detrás del triunfo “que sella la independencia, la autonomía y la libertad” de Venezuela? ¿Tiene España en el momento posibilidad de tener y mantener un fuerte ejército en “su colonia”? ¿Cuál era la composición social de sus tropas? ¿Era gente caracterizada por la cobardía mientras que el ejército patriota estaba formado por puros valientes?
¿Pero benefició la denominada independencia de Venezuela tanto a oligarcas como a los ‘de abajo’? La constitución de 1830 divide los hombres en libres y esclavos. Desde entonces independencia y libertad para los oligarcas. Es la historia anclada en una posición a favor de las minorías que en más de dos siglos no ha registrado cambios reales. Una historia muerta, detenida. Sin rupturas.
En ese punto estamos hoy. Y lo ‘nuevo’ radica en la dimensión de la violencia presente en la escena política internacional del “Nuevo Orden”, para seguir la misma historia muerta saqueo-expoliadora que se seguirá expandiendo por el mundo. En este ex país, a la vez, lleno hoy de un escenario de miedo, angustia, desesperación que contribuye, en medio del ‘juego de imperios’ aquí instalado, a aumentar el panorama de una historia muerta, unida a todas las formas de destrucción.
Una realidad, además, que mantiene una tal independencia-libertad sólo al alcance y disfrute oligarca y de la nueva riqueza de la Boli-burguesía. Un poder que se siente obligado y comprometido a un comportamiento patriótico que impone la continuación de la confrontación llevada, cada vez con una mayor intensidad, al plano de la guerra-violencia. Una actuación con capacidad para mantener el orden establecido sobre la plataforma ideológico-político doctrinaria de la historia muerta.
Sancho, ¿y cuándo seremos los humanos capaces de hacer una historia para la vida y sin guerras a muerte-odios y batallas del vacío?
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