El Gobierno de Nicolás Maduro culpó a las sanciones de Estados Unidos por el impago de sus obligaciones en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en una carta al secretario general del organismo divulgada este lunes 22 de junio.
La abultada deuda pendiente de Caracas le ha impedido desde enero votar en el organismo mundial.
Caracas le debe a la ONU decenas de millones de dólares para su presupuesto operativo y para sus operaciones de mantenimiento de la paz.
Las sanciones estadounidenses “nos han impedido transferir satisfactoriamente los fondos necesarios a las cuentas bancarias de las Naciones Unidas situadas no solo en los Estados Unidos sino también en otros países”, señala la misiva del embajador de Venezuela ante la ONU, Samuel Moncada, fechada el 15 de junio y dirigida al secretario general, Antonio Guterres.
“Cada vez que hemos intentado realizar la transferencia correspondiente, se ha rechazado la transacción o se han devuelto los fondos a nuestras cuentas bancarias, en el mejor de los casos”, agrega el representante de Nicolás Maduro.
En otras ocasiones, dijo Moncada, los fondos habían sido “congelados o confiscados” debido a las sanciones impuestas por Washington a Caracas, o a las amenazas del gobierno de Donald Trump a las instituciones financieras involucradas.
Venezuela, “como miembro responsable de la comunidad internacional, siempre ha tenido tanto la voluntad política como la capacidad financiera de cumplir, de manera oportuna, sus obligaciones con la Organización”, afirmó el embajador venezolano en la carta.
Moncada le pidió a Guterres “buscar una solución financiera” que le permita a Venezuela transferir “de modo seguro” los fondos a las cuentas bancarias de la ONU.
Para recuperar sus derechos de voto, Venezuela tendrá que aportar casi 22 millones de dólares en cuotas impagadas.
Estados Unidos lidera una campaña internacional para promover la salida del poder de Maduro, cuya reelección en 2018 no reconoce por considerarla fraudulenta y a quien acusa de corrupción y graves abusos de los derechos humanos.
En el marco de esas presiones, Washington ha impuesto una batería de sanciones a Maduro, por quien pide además una millonaria recompensa luego de que la justicia estadounidense lo inculpara de “narcoterrorismo” y otros delitos criminales.
Las sanciones, que impiden el acceso al sistema financiero estadounidense, alcanzan en particular a la estatal petrolera venezolana Pdvsa, crucial para la otrora potencia sudamericana.
Además de la crisis política, Venezuela vive un colapso económico agudizado desde la llegada al poder de Maduro en 2013, que provocó la huida del país de unos cinco millones de personas, según la ONU.