Las candidatas más mediáticas, es decir, Miss Miranda y Miss Nueva Esparta no ganaron nada en el más famoso concurso de belleza de este país, el Miss Venezuela, año 2020. El mediatismo les hizo daño, yo viví algo similar en la televisión y la política. Que estas maravillosas chicas fueran marginadas por el jurado no fue una sorpresa, esta injusticia se veía venir y les diré por qué más adelante.
Jesús Silva
Nótese que Miss Zulia, Miss Aragua y Miss Guayana fueron unas muchachas que no captaron ni el 10% de la prensa ni la popularidad de las chicas nombradas en el primer párrafo, pero se llevaron todas las coronas y que quedaron como las «soberanas» de Venezuela en los concursos de Miss Universo, Miss Mundo y Miss Internacional, respectivamente.
Pues la política venezolana se parece a los concursos de belleza en esta república bolivariana, se puede tener mucha prensa, mucho pueblo, mucho talento pero quien pone y quita corona es el jurado, es decir, una cúpula, una minoría selecta, en pocas palabras el cónclave que concentra el poder. Y cuando esto acontece, se instala el enchufismo y muere la meritocracia. Venezuela históricamente ha sido así, antes se hablaba de palanca mecánica, más recientemente de ful injection (para usar términos automovilísticos).
Me atrevo a decir que cuando Miranda y Nueva Esparta fomentaron o permitieron convertirse en figuras tan mediáticas, tan aclamadas en redes sociales, ese mismo día se ganaron al jurado de enemigo, porque brillar sin pedir permiso a los jerarcas de cualquier corporación, ya es considerado un desafío al poder. A mi actual pareja, quien es miss y modelo enrumbada al próximo Miss Venezuela y hoy se halla bajo mi asesoría, lo primero que le he aconsejado es alejarse de la prensa, porque el mediatismo es arma de doble filo.
La orden de arriba es aplastar a las estrellas mediáticas autónomas, no importan sus aportes, se les acusa y se les disparan tuitazos (trompadas 2.0) de que son presuntos indisciplinados, atrevidos, egocéntricos personajes que osan hacerse notar sin autorización del imperio hegemónico que todo lo controla y que aún quiere regular los pocos espacios libres que quedan. Como si el libre desenvolvimiento de la personalidad no fuera un derecho constitucional que no requiere bendiciones de cúpulas autoritarias. Como si la libertad de expresión fuese golpismo.
En fin, los «locos» de hoy abriremos caminos que los seres humanos libres transitarán mañana. Le auguro brillante carrera en la comunicación social, el modelaje y la televisión a las representantes de Miranda y Nueva Esparta, sin duda que por carisma, desenvolvimiento y belleza fueron justas favoritas en este magno certamen. Como abogado revolucionario al servicio del pueblo de a pie, sueño con más meritocracia y menos enchufismo en Venezuela. Deseo un país libre y democrático en todos los aspectos.
@Jesus_Silva_R