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Ganó Bolivia #Análisis #LuisFuenmayorToro

Las elecciones también demostraron que Evo Morales había ganado los comicios presidenciales de 2019

Luis Fuenmayor Toro

Indudablemente, el pueblo boliviano fue el principal ganador de los recientes comicios presidenciales y legislativos realizados, después de la interrupción inconstitucional ocasionada por un golpe de Estado en el país andino.

Luego de la acción de fuerza militar-policial contra el gobierno de Evo Morales, la cual fue claramente patrocinada por la OEA y su Secretario General Almagro, se instauró de inmediato un régimen represivo de claro corte dictatorial y con profundos rasgos racistas contra las etnias indígenas bolivianas, que constituyen la mayoría de la población.

Durante 11 largos meses, el régimen arbitrariamente instaurado se dedicó a perseguir a ex funcionarios del gobierno del Presidente destituido, a agredir a los diputados del partido de Evo Morales y a hostigar al propio expresidente, quien se tuvo que refugiar primero en México y luego en Argentina.

El régimen de la abogada y locutora Jeanine Áñez, a quien no le correspondía constitucionalmente asumir la Presidencia de Bolivia, pues la Presidente del Senado, senadora Adriana Salvatierra, no había renunciado, pasó rápidamente a reprimir en forma violenta las manifestaciones populares de protesta de los bolivianos con el lamentable saldo de muertos, heridos y detenidos.

El otro gran vencedor fue el Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Evo Morales, cuya política fue un ejemplo de sensatez, inteligencia y firmeza»

Los enfrentamientos se sucedieron en toda la geografía boliviana y hacían suponer un rechazo mayoritario al golpe de Estado, al gobierno de Áñez y a la reaparición de signos de deterioro que había sido superado por el gobierno depuesto. Vale la pena recordar que el crecimiento económico de Bolivia fue el mayor de toda la región, con mínimas cifras inflacionarias y una reducción de la pobreza general al 12 por ciento y de la extrema a sólo el 2 por ciento de la población.

El otro gran vencedor fue el Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Evo Morales, cuya política fue un ejemplo de sensatez, inteligencia y firmeza. A pesar de lo claramente inconstitucional del gobierno de Áñez, de haberle sido arrebatada una clara victoria electoral y de las persecuciones contra sus dirigentes, no desconoció al gobierno dictatorial golpista ni adoptó una conducta violenta, sino muy por el contrario reconoció a la presidente Áñez como el gobierno de Bolivia y se dispuso a recuperar para sí la Presidencia de la nación suramericana.

Cuando se analizan los numerosos hechos sucedidos, se hacen más que evidentes todas las negociaciones que han debido realizarse con los sectores políticos y militares al mando, para poder construir y culminar en una salida pacífica, electoral, soberana e institucional.

No se dispersaron, no huyeron, tampoco cayeron en el inmediatismo, ni en “el Áñez vete ya”. No llamaron usurpadora a quien había usurpado el poder, ni actuaron alocadamente cuando el Tribunal Electoral impidió la candidatura de Evo Morales al Senado boliviano, donde con seguridad hubiera ganado y podría haber llegado a ser su Presidente, algo inaceptable para los partidos integrantes del gobierno golpista.

No había ninguna duda de haber sido el más votado en 2019, con más del 40 por ciento de los votos»

El MAS logró recuperar la Presidencia del Senado y mantener el funcionamiento del Poder Legislativo, donde eran amplia mayoría, y desde allí y al frente de organizaciones sociales y de masivas movilizaciones populares pacíficas, se enrumbaron con absoluta seguridad hacia la victoria electoral del pasado 18 de octubre. El extremismo opositor venezolano debería aprender de esta juiciosa y equilibrada conducta.

Las elecciones también demostraron que Evo Morales había ganado los comicios presidenciales de 2019, por lo que las acusaciones de fraude carecían totalmente de validez y eran una simple manipulación de los sectores golpistas bolivianos e internacionales con la OEA a la cabeza. No había ninguna duda de haber sido el más votado, con más del 40 por ciento de los votos y con por lo menos 9 por ciento más que su inmediato seguidor, cifras oficiales dadas antes de la llegada de votos de regiones indígenas y campesinas favorables al Presidente. Las investigaciones de varias universidades del mundo, entre ellas algunas estadounidenses, así también lo confirmaron.

Evo Morales no ha debido desacatar el resultado del referendo que había negado la posibilidad de su reelección, aunque su participación haya sido aprobada por el Tribunal Constitucional Electoral, el mismo que después le negó participar como candidato a senador.

Puso en peligro a la nación boliviana, a su democracia, su desarrollo y a todas las conquistas logradas por su gobierno. La alternabilidad de los gobernantes es sana y me sumo en este caso a lo dicho por el Libertador sobre quienes permanecen mucho tiempo en el poder.

Las enseñanzas de estos 11 meses se extienden también al gobierno de Maduro, al PSUV y a sus seguidores»

Morales es entonces responsable políticamente de lo sucedido en aquella ocasión y de las consecuencias posteriores, pues abrió un boquete a través del cual penetraron los sectores políticos más reaccionarios de Bolivia y de sus vecinos. Esta aseveración, por supuesto, no está justificando el golpe de Estado llevado adelante en su contra, el cual es totalmente condenable.

El pueblo boliviano votó. Y lo hizo por los candidatos del MAS, Luis Arce Presidente y David Choquehuanca Vicepresidente. Arce fue ministro de economía del gobierno de Morales durante todos sus mandatos y de él se afirma fue el responsable del éxito económico de esos gobiernos. Pero leyendo su desempeño es claro que es como político mucho más que eso, lo que permite decir en este momento, con los elementos que se tienen, que Bolivia regresa a la senda del desarrollo económico y social que traía y que fue criminalmente interrumpido por quienes se niegan a perder sus privilegios de siempre y pretenden mantener al pueblo boliviano en condiciones miserables.

Las enseñanzas de estos 11 meses se extienden también al gobierno de Maduro, al PSUV y a sus seguidores. El MAS boliviano gana y el gobierno de Evo Morales se reivindica, porque actuaron en función de los intereses nacionales y mejoraron ostensiblemente las condiciones de vida de la población. Todo lo contrario de lo que ha pasado en Venezuela. Maduro debe también aprender a no seguir poniendo en peligro a la nación venezolana con su conducta.

@LFuenmayorToro

EL AUTOR es médico-cirujano, Ph. D., profesor titular y exrector de la UCV, investigador en neuroquímica, neurofisiología, educación universitaria, ciencia y tecnología. Luchador político

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