Trump sugirió que la Corte de Justicia debía parar el conteo de los votos y esta dijo que siguieran contando
Domingo Alberto Rangel
Comenzando la presidencia de Donald Trump, el magnate de los engaños, siempre pensando en combinar negocios, ideó un acuerdo del tipo “ganar, ganar”… pero con el gobierno cubano.
Las reglas del juego en esos momentos eran las de Barack Obama y Trump, quien antes de ganar la Presidencia no había sido concejal de un pequeño condado, pensó que su poder le permitiría rediseñar si no el planeta…
Al menos la manera cómo funcionan las instituciones yanquis, donde la separación e independencia de los poderes es mayor que en otras sociedades y donde la burocracia pesa sin ser castradora como fue la soviética es la venezolana.
Ese proyecto ideado por Fidel Castro y teniendo por socios a Vicente Fox y Lula Da Silva se había abandonado al ser destituido el brasileño y volver Fox a sus asuntos personales«.
El cambalache consistía en que los estadounidenses entregaban la usurpada base de Guantánamo y los antillanos a cambio entregarían la administración del puerto de Mariel, que no solo es el puerto de aguas más profundas del Caribe. Y, por tanto, permite operar inmensos buques que no pueden transitar por el Canal de Panamá, recortado este por la corrupta administración de uno de sus Presidentes que aliado a una compañía española, inexperta y pirata, succionó recursos y terminó entregando un canal para buques de menor calado; que, por cierto, enfureció a los militares estadounidenses que siempre se han opuesto la entrega de esa vía a los panameños.
Sintetizando: el puerto de Mariel forma parte de una vía estratégica, en parte marina y en parte terrestre, que pasando por la meseta yucateca de México enlaza con el Pacífico y de allí a China.
Ese proyecto ideado por Fidel Castro y teniendo por socios a Vicente Fox y Lula Da Silva se había abandonado al ser destituido el brasileño y volver Fox a sus asuntos personales.
“Para nosotros es cuestión de honor quedarnos con Guantánamo’, le respondieron los militares yanquis a Trump»
La idea de Trump, sin duda brillante, fue brutalmente boicoteada por el Departamento de Defensa yanqui donde los militares tienen más claro que su Comandante en Jefe el significado de ser imperio y en sus palabras le advirtieron al catire: “Para nosotros es cuestión de honor quedarnos con Guantánamo”. Punto.
Traigo a colación el episodio porque pienso que cualquiera que gane esta disputada elección estadounidense -comicios que por el intenso seguimiento que se le ha hecho en los medios internacionales- demuestran que culturalmente los Estados Unidos son el primer país de la Tierra.
Y que esa característica supera con creces el poder de las bombas nucleares- con las sanciones nos seguirá “jorobando” la vida a los venezolanos que aquí vivimos, incluso Biden que obviamente no es comunista como bobaliconamente pretenden algunos compatriotas, guerreros del teclado, que ni son ciudadanos yanquis y que en muchos casos carecen hasta de “green card”.
En esa noche y sin que hubieran cerrado las mesas de California y Hawái, Trump sugirió que la CSJ debía parar las elecciones»
Hay, sin embargo, en estas elecciones yanquis al menos una lección que deberíamos memorizar los venezolanos: Me refiero a la independiente serenidad del poder judicial que desde la noche de las elecciones ha venido desechando, sin alharaca, las acusaciones de fraude de Donald Trump, por no presentar pruebas y limitarse a sugerir desde los medios un fraude sin soportes.
En esa noche y sin que hubieran cerrado las mesas de California y Hawái, Trump sugirió que la CSJ debía parar las elecciones. Y rápido le contestaron los magistrados de mayoría republicana: “La CSJ carece de competencia en materia electoral, sigan contando los votos”. Y en ese tono le han contestado todos los tribunales salvo uno o dos donde el comando del Presidente presentó demandas formales y seguramente mejor fundadas.
¡Vistas así las cosas… luce que el catire Trump también cayó en el engaño y contrató al pirata J. J. Rendón!: No le arriendo la ganancia.
@DomingoAlbertoR
EL AUTOR es ingeniero civil, consultor, asesor y dirigente político. Premio Nacional de Periodismo 2019, mención Opinión.