Los centenials, menores de 25 años, han pasado toda su vida escuchando muchas denuncias y ninguna solución
Domingo Alberto Rangel
Esta muletilla, hueca y repetida hasta el cansancio sobre todo por políticos carentes de propuesta… al escucharla por enésima vez me puso a escribir estas líneas:
Mi generación llegó a la adolescencia luego del paréntesis dictatorial de Pérez Jiménez y sin darnos cuenta los muchachos de entonces ingresamos a una nueva etapa.
No obstante, los adolescentes de aquellos años nos ajustamos a la nueva realidad… sin resentir algunos lujos que se habían quedado en el pasado o estaban por morir los años siguientes.
Esas gentes que no eran muchos… sin meterle coco al asunto seguían añorando las noches caraqueñas de cuando Pérez Jiménez»
Lujos resentidos por personas nacidas en la generación anterior a la nuestra… que no entendían las causas de la recesión que hizo devaluar el sagrado bolívar en un 35 % y puso al presidente Betancourt a rebajar un 10 % los salarios de la administración pública.
Esas gentes que no eran muchos… sin meterle coco al asunto seguían añorando las noches caraqueñas de cuando Pérez Jiménez.
Aquellos resentidos, mayores en edad que nosotros, protestaban la muerte de símbolos que los baby boomers… nunca conocimos y, por tanto, ni fuimos al velorio… ni les pusimos flores.
Por esa causa nunca nos importaron los lamentos que se escuchaban –y escuchan- en algunas canciones de Billo Frómeta… cuando el dominicano gran animador de veladas y fiestas caraqueñas que siguieron a la llegada del petróleo… le cantó a esa sociedad que aún era relativamente pobre… y algo provinciana… hasta el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez cuando los patrones volvieron a cambiar… para mal pienso.
¿Cómo nos iba a importar a los boomers la muerte “del Coche de Isidoro” si nunca nos encaramamos en aquel carruaje… a media noche… algo tomados… para dar un corto, costoso y exclusivo paseo… en buena compañía… por Los Caobos que aún era un bosque? ¡Éramos muy chiquitos!
Para quienes viven en sociedades más normales… en nuestra Venezuela la gasolina tiene dos precios: Uno subsidiado… por no decir regalado… y otro a medio dólar el litro»
En esos años se escuchaban, sin embargo, los lamentos de muchachones mayores a nosotros… por el mundo que se iba con la llegada de la democracia… a causa de una recesión que no comento en detalle… no vaya a ser que me crucifique el Cotolengo de los Leopoldolovers.
Y uno pensaría que esos muchachones quejones y añorantes del mítico pasado… eran incapaces de romper una regla.
Pero no… en uno de los primeros escándalos de la democracia… a muchos de los que eran vecinos nuestros se los llevaron esposados: Robaban los parquímetros y lavaban el dinero comprando billetes premiados de lotería.
Bien: Hasta aquí la máquina del tiempo: Lo que me motivó a escribir esta crónica del pasado… fue un trabajo reciente donde el autor narra las peripecias de un grupillo de gente joven que usó una carroza mortuoria… con falso cadáver incluido… para colearse en la fila de la gasolina.
Para quienes viven en sociedades más normales… en nuestra Venezuela la gasolina tiene dos precios: Uno subsidiado… por no decir regalado… y otro a medio dólar el litro… que sería razonable digamos en USA o Europa… pero que en un país donde el salario mínimo no llega a tres dólares al mes… es un anhelo más allá de las posibilidades de la inmensa mayoría de motoristas.
Ello explica el afán de colearse una fila donde venden gasolina a precio de gallina flaca… porque de otra manera los pilletes de la carroza fúnebre… podían pasar hasta tres días antes de poner gasolina.
Los sobrevivientes de la generación alimentada con petróleo en años de dictaduras seguirán añorando el Coche de Isidoro»
El punto es que por casualidad conocí una persona amiga de esos pilletes de la carroza fúnebre… y que esa persona… luego de escucharme en la radio… me contactó y describió los pilletes como buenas personas… quienes luchaban según ella “por el país que queremos”.
Mi amiga intentó vendérmelos hasta que le dije que esos carajos “si llegan a concejal se roban hasta las aldabas de las puertas”.
Aclaro: Los pilletes de la carroza fúnebre… son como muchas gentes que critican la sociedad donde viven… pero que mediante procedimientos poco sanos… igual la degradan.
Pero regresando a lo práctico, aquí estamos frente a uno de los problemas que debemos resolver los venezolanos –la corrupción y falta de metas-… asuntillo que frente al cual… ni señalan… ni proponen soluciones… ninguno de los grupos y grupetes que se han postulado para la Asamblea Nacional.
Son pensamientos que relacioné con una encuesta empírica que llevo semanas adelantando y que consiste en preguntar… ¿qué es lo que usted más añora del pasado reciente?
Los boomers de mi generación sueñan con el whiskey escocés… los viajes… perfumes importados… trajes y cosas así»
Los centenials… menores de 25 años… no han conocido otra cosa que el chavismo gobernando… han pasado toda su vida escuchando denuncias muchas… y ninguna solución. Añoran según contestan la tranquilidad que no han conocido… y quisieran tener un pasaporte a la mano.
Los sobrevivientes de la generación alimentada con petróleo en años de dictaduras… por encima de las estafas a la Nación que las hubo en esos años… seguirán añorando “el Coche de Isidoro”.
Los boomers de mi generación sueñan con el whiskey escocés… los viajes… perfumes importados… trajes y cosas así.
Lo curioso es que venezolanos de al menos tres generaciones crecidas en bonanza petrolera… donde fue relativamente sencillo poner a producir la tierra… o comenzar una industria a la que solo obstaculizaba en su crecimiento la política monetaria de todos los gobiernos incluidos los bolivarianos… no añoran esas facilidades que ya no las habrá.
Y ese es otro problema que solo se resuelve predicando y convenciendo… antes de llegar al poder… si acaso.
@DomingoAlbertoR
EL AUTOR es ingeniero civil, consultor, asesor y dirigente político. Premio Nacional de Periodismo 2019, mención Opinión.