“Las elecciones parlamentarias del desgobierno son un fraude”, aseveró Felipe Pérez Martí en entrevista con La Razón
Enrique Meléndez
El economista Felipe Pérez Martí, exministro de Planificación del fallecido presidente Hugo Chávez (2002-2003) y coordinador del Movimiento de los Libertadores, afirmó en entrevista con La Razón que la estrategia del diputado Juan Guaidó le ha faltado coraje.
Considera errática una cohabitación, con lo que él llama “el desgobierno”. Piensa que en lugar de una Consulta Popular, ha debido convocar elecciones primarias de la oposición, para elegir una Junta de Transición, que enfrente a Nicolás Maduro con la fuerza de la calle.
– ¿Qué es el Movimiento de los Libertadores, y quienes lo integran?
– El ML realizó, con la ayuda de la MUD, el evento del 16J. Fui quien lo propuso inicialmente, en el grupo de análisis político de Lewis Pérez, que en paz descanse. Es una historia interesante que algún día hay que contar, y produjo un evento histórico de estándares mundiales. Jamás había ocurrido algo así.
“Lamentablemente la MUD lo traicionó. Luego nosotros retomamos la organización. Se depuró mucho, porque decidimos convertirlo en una entidad solo de la sociedad civil independiente, autónoma de los partidos”.
“En la práctica somos como un CNE fáctico, que promovemos la decisión ciudadana. No solo con votos, como el 16J, o el plebiscito que hemos propuesto y proponemos ahora como plan B, sino en la participación en las calles, la organización política comunitaria, la evaluación del desempeño de los partidos y los políticos”.
La idea es que por fin empecemos a limpiar la política, dando el poder a quien le pertenece: la ciudadanía»
“Estamos haciendo unas listas, en ese sentido, que reflejan esa evaluación: unas encuestas para que la gente exprese sus sueños sobre un ‘equipo de los mejores’, y sobre los peores. Sobre la primera lista ya hay varios boletines. Sobre la ‘lista negra’ pronto saldrá el primero”.
“La idea es que por fin empecemos a limpiar la política, dando el poder a quien le pertenece: la ciudadanía. Que los partidos sirvan a la gente, no que se sirvan de ella”.
– ¿El Movimiento de los Libertadores se prepara para participar en las elecciones del próximo 6 de diciembre, para “jugar en todos los tableros”, como han dicho algunos analistas políticos en el pasado?
– Es impensable que promovamos el fraude de las elecciones parlamentarias del desgobierno. Una cosa buena que eso tiene es que ya la grandísima mayoría de la población, así como la comunidad internacional, nos ha dado la razón: de esto no salimos con diálogo ni con votos, sino por la fuerza.
“Ha quedado claro lo que habíamos dicho sobre esos analistas políticos: la estrategia de la cohabitación, de ‘jugar en todos los tableros’ quedó definitivamente desprestigiada con este movimiento del desgobierno, y retrospectivamente reconocemos su carácter, lo que nos hace pensar que por culpa de esos analistas y esos partidos perdimos muchísimo tiempo en esta lucha”.
“De hecho, sabemos que lo que pasó fue que Juan Guaidó y el G4 le propuso un CNE ‘paritario’ al desgobierno, en que ellos y el PSUV iban a tener dos rectores cada uno, e iban a designar a otro ‘independiente’”.
Pretendían una repartición del país entre los corruptos de la quinta, y los corruptos de la cuarta, traicionando el interés ciudadano»
– O sea que usando una terminología que usted ha usado, ¿el que jugó “coraje” fue el desgobierno y no la dirigencia opositora?
– Desde luego. Pero volviendo a los errores de ese “diálogo” opositor, ese CNE paritario hubiera sido, en primer lugar, inconstitucional, pues todos los rectores deben ser independientes: el cuoteo partidista está prohibido. En segundo lugar, la gran mayoría de la población rechaza no solo al PSUV, sino también a esas dirigencia opositora. Por tanto, el CNE no hubiera sido legítimo por esa razón. Pretendían una repartición del país entre los corruptos de la quinta, y los corruptos de la cuarta, traicionando el interés ciudadano.
– ¿Por qué cree Usted que Maduro se atrevió a jugar así frente a un liderazgo opositor que tenía el apoyo de Estados Unidos?
– Parece paradójico, es cierto. El desgobierno realmente estaba muy debilitado por las protestas generalizadas por los servicios públicos y el tema de la gasolina, además de las sanciones, la división interna. Y en este contexto se lanzó a una jugada arriesgada, pero predecible en Teoría de Juegos para un jugador debilitado y a punto de perderlo todo: un “bluffing”, o alardeo falso de fuerza. Pateó la mesa y nombró por su cuenta un CNE con la complicidad de unos opositores arrastrados, comprados, de la AN más algunos tontos útiles adicionales.
“El objetivo era jugarse el todo por el todo, y derrotar a una oposición que nunca dio muestras de querer jugar coraje (confrontación fáctica con ayuda internacional, no cohabitación) y quedarse con todo el territorio, en vez de compartir el botín con unos delincuentes, que no aportan nada al cártel de mafias, y que solo estaba tratando esta de utilizar al gobierno de Estados Unidos a su favor (mediante el plan de Elliott Abrams), pero que no tenía apoyo popular ni militar”.
“En términos de Teoría de Juegos, la oposición estaba tratando de forzar una salida (compartir paritariamente el botín) que no era un equilibrio de Nash: un jugador, el desgobierno, tenía incentivos para desviarse de esa ‘solución’, y fue lo que hizo”.
Esta es una confrontación no de trenes, sino de carros, pues en este caso, una amenaza creíble basta para que ganes la batalla»
– ¿En ese contexto qué debería haber hecho Juan Guaidó?
– En un juego de póker como el nuestro, la reacción lógica de Guaidó, leyendo bien la seña de manera apropiada, era ir a la ofensiva final; dado que era claro que la repartición de la torta en términos amigables era impracticable; pues tenía mejores cartas potenciales que las del gobierno en este juego que, por fin, se veía claro que era de facto, y no de jure.
“Pero tener mejores cartas en un juego de este tipo implicaba tener más fuerza fáctica: fuerzas militares, políticas, diplomáticas, y populares. No puedes sacar por la fuerza a un enemigo que tiene más fuerza que tú, aunque esté debilitado”.
“Esta es una confrontación no de trenes, sino de carros, pues en este caso, una amenaza creíble basta para que ganes la batalla. Por lo que no hace falta chocar al adversario para ganarle”.
– ¿En otras palabras, la estrategia del coraje no te lleva a una guerra, como en Siria?
– Así es. Si fuera un choque de trenes, tendrías una guerra en caliente en Venezuela. Pero con una confrontación de carros no tiene por qué haber choque: el carro más débil se desvía del curso de colisión. Y el que sigue derecho se queda con todo el territorio. Gana sin haber chocado.
“Alguna gente se preguntará cómo es esto posible. La respuesta es sencilla: si nosotros tenemos un Hummer, y ellos un Volkswagen, aunque sea ‘belicoso’ (tiene dientes de tigre pintados en el capó, y tiene el escape libre), no se van a confrontar contigo cuando llegue la hora, pues quedarían aplastados, maltrechos”.
Tienes que unir la calle, cuya fuerza es superior a la del desgobierno»
“Tener el Hummer te da lo que se llama una solución de amenaza creíble: si un policía saca su arma y apunta a un ladrón, éste, aunque tenga un cuchillo, va a dejar de hacer lo que está haciendo, pues puede terminar muerto. El policía solo tiene que apuntar la pistola para lograr el objetivo. No tiene que dispararla”.
“Sobre todo, en nuestro caso, en que el ladrón tiene rehenes. Al policía, que rodea al banco robado, le conviene más ofrecer un salvoconducto, un puente de plata, al secuestrador. Para salvar a los rehenes”.
– ¿Pero usted ve una solución tan sencilla como esa posible? Usted ha dicho algo similar en el pasado ¿Tenemos el Hummer? ¿Qué ha cambiado ahora?
– Lo nuevo es que por fin esa oposición cohabitadora tiene que saber que la salida es por la fuerza. Si no lo hace, el jugador débil, el de las cartas malas, se va a quedar con todo el territorio, como pasa en el póker, que se queda con todo lo que hay en la mesa y su contrario abandona.
“Pero seguir jugando implica que debes poner todo sobre la mesa: te juegas a Rosalinda. Y para eso debes tener cartas buenas, pues no la vas a jugar si no puedes garantizar que ella se va a quedar contigo al final, no con tu enemigo”.
“¿Es arriesgado? En nuestro caso no, si se hacen las cosas bien. El Hummer en realidad lo tienes. Pero sólo potencialmente. Pues no está ensamblado. El motor está por un lado, el chasis por otro. Tienes hasta una metralleta, para artillarlo. Pero tienes que buscarla”.
“Tienes que unir la calle, cuya fuerza es superior a la del desgobierno. Los militares patriotas, que en realidad, a pesar de las apariencias, son más que los del desgobierno (de eso he hablado bastante, y ningún experto en la materia dice lo contrario), la dirigencia política del coraje (que tiene mucho apoyo popular, según las encuestas), y la comunidad internacional del coraje (EEUU, Colombia, Brasil)”.
Tienes que hacer una suerte de primaria para confrontar a toda la oposición democrática con el desgobierno»
– ¿Cómo haces para ensamblar el Hummer? ¿Llamando a la unidad? Guaidó lo ha estado haciendo ¿Por qué no ha ocurrido y cómo se hace para superar la división profunda que hay en todos lados, incluyendo las redes sociales?
– En efecto; en la unión está la fuerza, como todo el mundo sabe. Pero es imposible llegar a una unidad desde la cúpula. El secreto es acudir a la base. Tienes que hacer una suerte de primaria para confrontar a toda la oposición democrática con el desgobierno. No en unas elecciones, sino en la pelea de facto. A lo interno de la oposición habría una elección democrática. Eso ensambla el Hummer, y designa el chofer que va a pedir la artillería (la pizza) y va a conducir el vehículo contra el Volkswagen: demostrarle que sí que realmente vas en serio ahora, y que si se confronta, va a quedar desbaratado, por no decir siquitrillado y desaparecido del mapa de los vivos.
“Aprovecha para que algunos líderes, y gente nueva alejados de los partidos tienen mucha credibilidad. Y que debe haber cambio de diputados, pues se les cumple su tiempo de cinco años. Y elige directamente una Junta de Transición. No por designación de la AN, sino aprovechando las mismas ‘primarias’”.
– ¿Esta no es la propuesta del Movimiento Libertadores, de un Plebiscito tipo 16J? ¿Es práctico hacer eso? ¿Qué se necesita?
– En efecto, es nuestra propuesta. Guaidó optó por una Consulta para prorrogarse. Si se hubiera hecho lo nuestro hubiera habido entusiasmo, poder de convocatoria, legitimidad. Lo de la Consulta sólo muestra que sí era posible realizarlo logísticamente. Pero no va a funcionar. Representa entregar el territorio al desgobierno, y perder la batalla fáctica. Una traición al pueblo venezolano. Se necesitaba voluntad política, y no la ha habido, por lo menos hasta ahora.
La gente debía destrabar el juego. Pero no hubo lo que se necesitaba: voluntad política de Guaidó»
“La unidad que planteaba Guaidó era que todos nos uniéramos a ellos. Que todos se sumaran al ‘Pacto Unitario’. Una nueva versión de la MUD. No podía ocurrir. La unidad que se planteaba era una como en la segunda guerra mundial. Entre Churchill, Roosevelt y Stalin. Pero Stalin pretendía que Churchill y Roosevelt se unieran a él”.
“Había que hacer un comando unificado de diversos, no un mando de uno sobre los otros, pues si diseñas una alianza, debe haber incentivos para los jugadores, suponiendo el peor escenario: que son egoístas. Si pides sacrificios a otros solamente, y tú te beneficias de ellos, la cosa no va a funcionar. Como hemos visto”.
“En este momento ni siquiera se podía hacer un acuerdo de cupular, como se hizo entonces. La única manera era con unas ‘primarias’, que fueran legítimas de cara al desgobierno. La gente debía destrabar el juego. Pero no hubo lo que se necesitaba: voluntad política de Guaidó y el G4. Conformaron un Pacto Unitario, que es unitario solo de nombre. No fue un esfuerzo serio, responsable, en función del país”.
– ¿Qué opinión tiene de lo que ha sido el gobierno de Donald Trump y qué cree que va a pasar ahora con el resultado?
– Los venezolanos que apoyan a Biden han comparado a Trump con Chávez. Pero lo único que tienen en común es que son auténticos. No son títeres, como Biden, por ejemplo. Y tienen una personalidad muy marcada. Trump se ha comportado como un patán contra sus enemigos políticos. No come coba con los grandes poderes del establishment como los medios, o el gran poder económico de los bancos, Wall Street, las grandes farmacéuticas.
“Aunque lo llaman racista, misógino, elitista, contra los pobres, sus políticas han beneficiado más a los negros, las mujeres, los desempleados, los viejitos, los desvalidos, que Obama, por ejemplo. Es un hombre de hechos, no de palabras”.
Es claro que hubo una gran conspiración para cometer fraude contra Trump»
“Si tuviéramos que hacer una comparación forzada con los políticos venezolanos, habría que decir que Trump se parece a María Corina (los dos son pro-mercado), y Biden a Ramos Allup (recordemos las corruptelas familiares de los dos personajes, por ejemplo)”.
“Sobre el resultado, es claro que hubo una gran conspiración para cometer fraude contra Trump. Incluso si no hubiera pruebas en este momento de fraude con los votos, puedes tener una teoría sólida en ese sentido. El fraude es una variable no-observable en la práctica (difícil de comprobar, por la información asimétrica). Pero puedes usar una variable observable proxi (muy correlacionada), como la diferencia entre las predicciones de los medios y las encuestas, y los resultados electorales”.
“Los medios, y las encuestas, se pelaron tremendamente, y de manera sistemática, pues Trump sacó muchísimos más votos que los que predecían, en general. La teoría de la conspiración se sustenta en la teoría de las profecías auto-cumplidas en un juego de coordinación en que había básicamente dos equilibrios: ganaba Biden, o ganaba Trump”.
“Si la gente creía, inducida por los medios, que iba a ganar Biden, iba a ganar. Porque al creer eso, gran parte de la población votaría por Biden (se entusiasmaría, etc) en gran parte, y/o gran parte de ella no votaría por Trump (se desestimularía). Son las obras (los votos) los que convertirían la fe inducida en realidad”.
«Creo que Trump tiene muchas posibilidades. Los fraudes ya se han estado documentando»
– Pero la gran sorpresa es que Trump fue capaz de derrotar con los resultados esa fe inducida torcida
– Partiendo de esa “hipótesis nula” inicial, se abre una investigación sobre fraude también en los votos, para confirmarla o negarla. Es la metodología científica, sabiendo que puedes cometer dos tipos de errores: tipo I (condenar a un inocente, en este caso Biden, si la conspiración y el fraude no es cierto), o tipo II (absolver a un culpable, en este caso Trump, si la conspiración es falsa).
“Sobre quién ganará, creo que Trump tiene muchas posibilidades. Los fraudes ya se han estado documentando. Y la Corte Suprema de Justicia, si se comprueban y hay un reconteo favorable (o una nueva votación, no sé si es posible), le dará la victoria. Es lo que más nos conviene en Venezuela”.