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Lo peor es la solidaridad automática #Opinión #ManuelIsidroMolina

Se sabe que ese proceso de legitimación de capitales ha sido realizado con dinero efectivo y a través de “fundaciones” de los partidos del “G4”

Manuel Isidro Molina

Para mí, es claro desde hace tiempo, que Guaidó  & Co. andan en legitimación de capitales en Venezuela y el exterior. El del dirigente de Voluntad popular (VP) Roland Carreño y sus acompañantes privados de libertad, es apenas un caso, que va a traer cola porque teléfonos y computadoras hablan y atan más que nada.

Negar los hechos por negarlos y salir a proclamar solidaridades automáticas es poco inteligente. Yo observo, y las conclusiones las irá conociendo el país, con sus detalles.

Lo peor es salir a decir que es mentira porque lo dice el gobierno, el “régimen” o “la dictadura”. Se sabe que ese proceso de legitimación de capitales ha sido realizado con dinero efectivo y a través de “fundaciones” de los partidos del “G4”: eso lo sabe hasta el gato.

No es el gobierno de Maduro, quién tenga algo de moral para formar alharacas por legitimación de capitales, corrupción y enriquecimiento ilícito, pero la absurda sobreconfianza de Guaidó & Co. los ha llevado a cometer errores y delitos graves desde la payasesca autojuramentación del títere aquel 23E2019.

El caradurismo actoral de Guaidó es único, pastando en su fracaso junto con una caterva de ladrones codiciosos, aquí y en el exterior«.

La cadena de fracasos de Guaidó & Co. le ha facilitado las cosas al gobierno/PSUV: no le han ganado una, pero se envanecen con el apoyo de EEUU y el uribismo colombiano, que los han llevado al matadero, cada día peor, fraccionados, disminuidos y erráticos.

Todo lo ocurrido desde el 23 de enero de 2019 hasta hoy ha sido una cadena disparatada de errores y delitos sobre pretensiones políticas fallidas de todo orden, que han contribuido a agravar los problemas acumulados en Venezuela por las pollerías y fracasos del gobierno Chávez-Maduro, y a la vez destrozaron a la propia oposición unida y triunfante en las elecciones parlamentarias de diciembre de 2015. De aquello no queda nada, ni Asamblea Nacional.

El caradurismo actoral de Guaidó es único, pastando en su fracaso junto con una caterva de ladrones codiciosos, aquí y en el exterior. Todo lo destrozaron y apenas muestran como trofeo el bloqueo criminal Trump/Guaidó que la inmensa mayoría sensata y patriota rechaza.

El desmantelamiento de esa trama absurda es objetivo del gobierno y sus fuerzas de seguridad. Le ha costado casi dos años, pero lo está logrando. Negarlo es una necedad.

Dos hitos están a la vista: la próxima elección parlamentaria del 6-D y la instalación de la nueva Asamblea Nacional el 5E2021, que será espejo de la pudrición y baja calidad política y estratégica del actual cuadro politiquero nacional. No se le puede pedir “peras al ‘horno’”.

Vía manuelisidroxxi.blogspot.com

manuelisidro21@gmail.com

El autor es periodista, especialista en ciencias políticas, exparlamentario y dirigente político. Fue presidente del Colegio Nacional de Periodistas y presidente de la Comisión de Medios de Comunicación del Congreso de la República. Coordinador nacional del Movimiento Popular Alternativo (MPA)

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