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Víctor Cuica soñó con una Caracas más musical

El maestro Cuica grabó cuatro discos y también incursionó como actor en la televisión y el cine

La noche musical de Caracas está de luto con la partida física de uno de sus exponentes más queridos y emblemáticos. El maestro Víctor Cuica falleció en la madrugada del 26 de diciembre, a los 71 años de edad.

En su dilatada carrera que se prolongó por más de cinco décadas, hizo de la ciudad capital el escenario predilecto y natural que aprovechó para expresar sus inquietudes artísticas a través de la música, el cine y la televisión.

El saxofón fue la herramienta que empleó para conectarse con personas de todas las edades, gustos musicales y estratos sociales. Supo contar desde las melodías del jazz cómo podemos abrazar la esperanza, la hermandad y el amor en los tiempos más duros.

El maestro Víctor Cuica nació el 19 de abril de 1949 en Caracas. Su infancia transcurrió en las calles de los sectores La Providencia, en la parroquia La Candelaria en el casco central de la ciudad, entre juegos de pelotica de goma y sus primeros años de estudio. Ya entonces comenzaba a entrar en contacto con la música.

“Mis comienzos en la música fueron sentado junto a mi bisabuela Micaela. Yo tenía como siete años de edad y ella zarandeaba un papel con las manos para hacer música como si fuese un cuatro”, recordó Cuica en una ocasión para el documental “Víctor Cuica”, disponible en Youtube.

“De niño quería ser cura, músico y también uno de los motorizados que acompañaba al Presidente adelante con las Harley-Davidson”, añadió. “Aunque siempre quise ser músico”, enfatizó.

Cuica fue un músico que logró reconocimiento en el medio artístico luego de fusionar, a través del safoxón tenor, el género del jazz con distintos ritmos latinos y afrocaribeños.

En su carrera publicó cuatro producciones discográficas que llevaron los siguientes títulos: “Para siempre”, “Noctámbulo”, “Víctor Cuica y Alberto Lazz” y “Los locos de Caracas”.

Además de creador de música, Cuica se expresó como actor. Su incursión en la actuación devino quizás por casualidad porque era vecino de un actor a quien le ayudaba a repasar los guiones. Al poco tiempo, comenzó a trabajar en Radio Rochela y en telenovelas como “Leonela” y “La señorita Perdomo”, de Radio Caracas Televisión.

También participó en varias producciones cinematográficas durante los años setenta y ochenta. Una de las más recordadas y que protagonizó fue “Se solicita muchacha de buena presencia y motorizado con moto propia”. En esta cinta interpretó al personaje “Alexander” y en la producción compartió al lado del dramaturgo Fausto Verdial y el director Alfredo Anzola.

De igual modo, le añadió música a varias películas de la cineasta y su esposa Solveig Hoogesteijn, entre ellas su primera película que se tituló “El mar del tiempo perdido”.

Víctor Cuica soñó con una Caracas con más melodías, y será recordado como uno de los artistas caraqueños más urbanos e íconos de las noches capitalinas.