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La producción petrolera al cierre del 2020, ha retrocedido a los niveles de principios de los años 30 del siglo XX. Maduro habló de elevar la producción en un millón y medio de barriles diarios, lo cual tiene las características de un delirio porque es un objetivo que solo puede ser alcanzado con 25 y 30 mil millones de dólares de inversión.
Oscar Battaglini
Ese es el juicio más apropiado que puede hacerse sobre el discurso de la “memoria y cuenta” presentada por Maduro, ante la nueva versión de la constituyente fraudulenta el 12 de enero.
Como era de esperar, en ese discurso no hay sorpresas. En él se repite el guión que cómica y consecuentemente, la dictadura militarista ha venido siguiendo, y que persigue dos objetivos principales: 1-Ocultar la catástrofe que afecta gravemente a toda la sociedad venezolana, y 2- Seguir ocultando con pretextos, subterfugios y frases efectistas, la responsabilidad que ella tiene por la tragedia que estamos padeciendo la inmensa mayoría de los venezolanos.
Eso es lo que explica el divorcio entre el contenido de ese discurso y lo que verdaderamente está ocurriendo en el seno del colectivo social de nuestro país, en el que no hay una sola cosa que tenga que ver significativamente con nuestras vidas, que no esté dañada y nos afecte gravemente.
Esta es la razón por la que, en ese discurso no se hace ni una memoria ni una rendición de cuenta de la gestión (de las realizaciones) político-administrativa del régimen dictatorial durante el año que acaba de culminar.
El Estado madurista no ha dotado a los médicos de los equipos de bioseguridad que les garanticen la preservación de la vida en la prestación del servicio»
Entonces, ante la imposibilidad de presentarle al país un resultado favorable de su gestión de gobierno, a Maduro y a quienes le escribieron el discurso, no les queda más remedio que dedicarse a emborronar cuartillas y más cuartillas.
En primer lugar, con laudatorias y encomiosas afirmaciones sobre lo “exitoso” que ha sido el gobierno en el combate contra la pandemia del coronavirus; cuando la verdad es que los contagios de esta enfermedad en Venezuela van en aumento y que, cada vez más se pone en evidencia que el sistema de salud pública de nuestro país, debido al abandono del que ha sido objeto, no está en capacidad de hacerle frente ni a la pandemia del Covid-19, ni a la demanda normal de este servicio.
Prueba de ello es, por un lado, el alarmante número de trabajadores de la salud que se están enfermando y muriendo a causa del Covid-19 (369 fallecidos hasta ahora, más de 100 médicos entre ellos; y por otro, el también alarmante número de este personal que está renunciando al servicio, no solo a causa de las paupérrimas condiciones con las que deben enfrentarse al virus, ni porque, a semejanza de otros trabajadores, han visto pulverizarse sus salarios, sino fundamentalmente porque, el Estado madurista no los ha dotado de los equipos de bioseguridad que les garanticen la preservación de la vida en la prestación del servicio, que es por cierto, la causa básica de los contagios y de las muertes en referencia.
En segundo lugar, con la repetición de la manida y especiosa “tesis” de que la crisis y el malestar generalizado han sido provocados por las sanciones, el bloqueo y la guerra económica practicada por el Imperio en su contra. Con la repetición machacona de esa monserga, pretende Maduro y su soporte militarista que los venezolanos olvidemos: que las sanciones económicas y financieras en contra de su régimen dictatorial, comenzaron a ser aplicadas efectivamente a partir del año 2019, es decir, cuando ya toda la economía nacional estaba hecha una ruina y cuando más del 90% de los venezolanos habíamos sido convertidos en pobres de ingreso (ENCOVI);
Nada autoriza a pensar que la crisis general que afecta profundamente a la sociedad venezolana, cambie de manera favorable en el futuro inmediato»
Y 2.- Que el chavezmadurismo, antes de esas sanciones percibió y tuvo bajo su control más de un millón de millones de dólares por concepto de exportaciones petroleras y mineras, básicamente y hasta ahora, no se sabe con certeza y a cabalidad, qué se hizo con esa fabulosa cantidad de recursos financieros. Lo poco que se ha conocido sobre el destino de esos recursos, es lo que se supo cuando se detectaron cuantiosos depósitos bancarios de testaferros de Chávez y otros personeros de chavismo en Estados Unidos, España, Suiza, Andorra, Panamá, México, Rusia, China, Turquía, etc.
Hoy, cuando algunos de esos países han tomado la decisión de congelar los activos que nuestro país tiene depositados en su sistema financiero, el régimen dictatorial ha montado todo un show, poniendo a rodar la especie farsesca y cínica de que con esos recursos ella estaría aliviando las enormes necesidades que actualmente tiene el pueblo venezolano como consecuencia de las sanciones.
Contrariamente a lo afirmado por Maduro –movido por la concepción voluntarista y providencialista que tiene de la realidad- nada autoriza a pensar que la crisis general que afecta profundamente a la sociedad venezolana, cambie de manera favorable en el futuro inmediato, y que eso le imprima una mayor estabilidad política al régimen dictatorial. Esta apreciación no encuentra confirmación sobre todo en algunas cifras que son concluyentes.
Veamos:
1.-Caída del Producto Interno Bruto (PIB) al cierre del año 2020, 33 %. En el año 2012, el PIB expresado en cifras absolutas fue de 365 mil millones de dólares, hoy no llega a 35 mil millones.
2.- Hiperinflación al cierre del año 2020, 3.700%
Importaciones que eran, en promedio por año, de 66 mil millones de dólares, hoy no rebasan los 5 mil millones de dólares»
3.- Producción de petróleo, que al cierre del 2020, ha retrocedido a los niveles que tenía a principios de los años 30 del siglo XX. Maduro habló de elevar la producción en un millón y medio de barriles diarios, lo cual tiene las características de un delirio, por cuanto ese es un objetivo que solo puede alcanzarse durante mucho tiempo, y con una inversión, según todas las estimaciones, de entre 25 y 30 mil millones de dólares por año, que la dictadura no tiene, y nadie, en las circunstancias actuales los va a poner por ellos.
4- Exportaciones no petroleras, que hasta hace poco eran de 7 mil millones de dólares, hoy, con muchas dificultades no pasan de 1.500 millones de dólares.
5.- Importaciones que eran, en promedio por año, de 66 mil millones de dólares, hoy no rebasan los 5 mil millones de dólares.
6.- Caída de la producción agropecuaria nacional a los niveles que tenía hace 50 años.
7.- Una situación semejante a esa vive la industria manufacturera, la cual, antes de la llegada al poder del chavezmadurismo estaba constituida por más de doce mil empresas, de las cuales hoy sobreviven menos de dos mil.
8.- El incremento de la pobreza de ingreso, la cual se ha ubicado en más de un 96%.
El año 2021 será un año de persistencia de la contracción económica, de hiperinflación, y de la pobreza en todas sus manifestaciones y escalas»
En cuarto lugar, con nuevos ofrecimientos de “diálogos”, que por lo que ya sabemos, será una reedición del “diálogo con la mesita”, al que seguramente incorporarán una representación de los “alacranes”.
El país ha entrado ciertamente en una nueva fase, pero no de la “recuperación de la vida nacional” como alegremente afirma Maduro, sino de profundización y agudización de la crisis social y política que lo atraviesa.
Distinto a lo que cree Maduro y la camarilla civil-militar que lo secunda, el año 2021 será un año de persistencia de la contracción económica, de hiperinflación, y de la pobreza en todas sus manifestaciones y escalas. Pero también será un año de grandes enfrentamientos en los que se pondrá a prueba, una vez más, como en las jornadas del 23 de enero de 1958, la determinación del pueblo venezolano en la lucha por su derecho a vivir en libertad y por la recuperación democrática del país.
EL AUTOR es historiador, profesor de la Universidad Central de Venezuela, co-fundador del partido Liga Socialista y exrector del Consejo Nacional Electoral. Autor de los libros “Legitimación de Poder y lucha política en Venezuela” y “El medinismo, modernización, crisis política y golpe de estado”.
