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«Este es un traspié electoral, pero de ninguna manera una derrota política ni moral», dice el derrotado Andrés Arauz.
Con más del 97 % de los votos escrutados del balotaje presidencial de Ecuador, el empresario conservador y dirigente político Guillermo Alberto Santiago Lasso Mendoza, nacido en Guayaquil el 16 de noviembre de 1955, se declaró vencedor de los comicios celebrados este domingo 11 de abril, después de haber conseguido el 52,51 % de los votos frente al 47,49 % obtenido por el correísta Andrés Arauz. El nuevo jefe de Estado ecuatoriano asumirá su cargo el venidero 24 de mayo de 2021.
Por su parte Arauz reconoció que llamaría a Lasso para trasladarle las felicitaciones por su victoria. Además de eso, pidió al presidente electo que respete a los ecuatorianos y a su ideología política y cede «las persecuciones».
La victoria ha sido en cierta manera inesperada, ya que numerosos sondeos durante las semanas previas a las elecciones daban por ganador a Arauz con varios puntos de ventaja, aunque las últimas proyecciones si mostraban un alza del candidato del centro derecha.
«Este es un día histórico, un día en que todos los ecuatorianos han decidido su futuro, han expresado con su voto la necesidad de cambio y el deseo de mejores días para todos». Durante su comparecencia Lasso agradeció a Dios, a su familia y a su compañero de fórmula, Jaime Nebot, por sus esfuerzos.
Durante el periodo de escrutinio, Lasso llegó a superar a su rival por hasta nueve puntos, pero finalmente su distancia se redujo después del conteo de votos en varias regiones afines al correísmo.
Por su parte, el candidato apoyado por el expresidente Rafael Correa reconoció su derrota en las elecciones. «Este es un traspié electoral, pero de ninguna manera una derrota política ni moral», dijo en una alocución ante sus seguidores en Quito.
El mismo Rafael Correa habló en Twitter sobre la derrota del candidato al que había respaldado. «Sinceramente creíamos que ganábamos, pero nuestras proyecciones eran erradas. Suerte a Guillermo Lasso, su éxito será el de Ecuador».
El candidato perdedor ha dicho a su seguidores que fue «un traspié electoral, pero no una derrota moral»:
