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Maduro negociará con Guaidó #FélixSucre #Opinión

Maduro se ve obligado a dialogar con Juan Guaidó, no con los cubanos, chinos, rusos, turcos o guerrilla; eso no cuenta. La fiesta la tiene aquí en el patio, donde se requieren alpargatas para el joropo que viene

Félix B. Sucre

CNP 8526

Es un hecho cierto para Nicolás Maduro. De eso no puede escapar el PSUV y el Alto Mando Militar, quienes se convirtieron en los grandes alcahuetas por mantener el poder, sin importarles que el país camine por un despeñadero y que, además, produjo la mayor diáspora que se ha conocido en toda la historia republicana.

El chavismo se inventó el cuento de la revolución y que llegaron para no salir más nunca de Miraflores, corromper y hacer de la corrupción un trofeo entregado por el que llaman «comandante supremo». Siendo en verdad el supremo de la corrupción, sobre todo cuando vemos que los alpargatas en el suelo, como el difunto los llamó, hoy no pueden justificar el cambio de vida, de lo que no escapan los militares, los que hoy son el peor terror contra la población en las alcabalas y en todas las dependencias donde se encuentran. Ellos trafican con las monedas, decían antes.

Sin embargo, ahora todo está tarifado en dólares. Esa es la corrupción revolucionaria del socialismo que se inventó Hugo Chávez y que su suplente Nicolás Maduro la ha mantenido, algunos dicen que la exponenció, con lo que desde un consejo comunal o una cooperativa es normal que la corrupción sea la «causa» de quienes se han pranatizado.

Esto es, por encimita, sin darle profundidad al relato, lo que se ve en la geografía nacional; lo que en Miraflores y las demás instituciones conocen, que viven los de adentro y los de afuera, incluyendo a los enchufados que se quedan en silencio por estar en la movida.

Los colmillos del animal feroz se comenzaron a observar, sobre todo contra la Iglesia, después contra los estudiantes de primaria y educación media, decreto 1011″

Sin embargo, Venezuela viene viviendo en un dilema muy grande y, carajo, la clase política ha dejado mucho que decir con su conducta. Por eso hay que ir a las pequeñas historias, no desde que ganó las elecciones Hugo Chávez en 1989, sino antes, cuando adelantaron elecciones para ganarle al pichón de dictador, como lo catalogó Carlos Canache Mata, dirigente adeco con kilates.

Indra fue la empresa contratada para la automatización de las elecciones. Lo demás ya es conocido. Chávez, el bolivariano, nacionalista, defensor del árbol de las tres raíces se mostraba dialogante; Miraflores vivía visitada por gentes, mientras que la Asamblea Nacional hacía su trabajo.

Algunos de sus integrantes se daban a la tarea de irse preparando en política doméstica, destacándose entre ellos en el MVR, mientras los partidos AD y Copei se vaciaban como globos y la militancia se iban al chavismo. Las oficinas habilitadas entregaban carnet que repartían como caramelo en feria.

Los militares comenzaron a salir de sus cuarteles para aparecer en oficinas públicas. Se fue haciendo una costumbre; se veían dialogantes, amigables. El bolivarianismo avanzaba; no se conocía el chavismo. Sin mucho, las cosas comenzaron a cambiar. Los colmillos del animal feroz se comenzaron a observar, sobre todo contra la Iglesia, después contra los estudiantes de primaria y educación media, decreto 1011.

Sucesivas elecciones fueron ganadas por el líder del carisma Hugo Chávez, entre ellas gobernaciones y alcaldías. Nicolás Maduro seguía sin ser un líder»

No que hay que decir, en honor a la verdad, que Nicolás Maduro no contaba con nada, era uno más en el equipo; sus discursos en la AN no eran de contenido, algo normal en esa pléyade de parlamentarios. Ellos solo exhibían ser bolivariano, como si los otros no lo eran. Vino el 11 de abril del 2002, cuando Chávez salió del poder moquiándole la sotana a Baltazar, mientras Monseñor Ignacio Velazco intercedía por él.

Por esos lares no andaba Juan Guaidó. Qué vaina. Era uno de los tantos jóvenes que estaban en las universidades formándose; se veían a los que hicieron carrera desde AD, Copei, el MAS, PCV, La Causa R, Bandera Roja, Primero Justicia, UNT. No obstante, en el 2005, para las parlamentarias, como el comienzo de un libreto, se escuchó hablar de la abstención.

El gran pelón, dicen algunos; una realidad política, sostenían otros. Trabajaron para el Referéndum Revocatorio, como haya sido, Hugo Chávez resultó electo el ganador, lo que no tranquilizó a la oposición. Pues bien, tiñeron la Asamblea Nacional de rojo. Sucesivas elecciones fueron ganadas por el líder del carisma Hugo Chávez, entre ellas gobernaciones y alcaldías. Nicolás Maduro seguía sin ser un líder.

Para el 2010 vienen las parlamentarias, donde la oposición le pisó los talones a lo que ya se conocía como el chavismo, ya el partido era el PSUV. La oposición pasó de la Coordinadora Democrática a la Mesa de la Unidad Democrática, la cual se inventó la manito. Vale decir, que así es que comienza la oposición a tener sentido de la unidad, así fuera en lo electoral.

De esta AN, después de Henry Ramos Allup, Julio Borges y Omar Barboza, aparece en la escena, con todos los macundales, el diputado Juan Guaidó, el cual asume como Presidente del Parlamento»

No obstante, no le pudieron ganar las elecciones al presidente candidato Hugo Chávez. Henrique Capriles hizo su esfuerzo. Viene después la muerte de Hugo Chávez, después de jurar como presidente, de acuerdo a la Constitución le correspondía asumir la presidencia a Diosdado Cabello, pero el vicepresidente ejecutivo es investido por algo que no está en la Constitución: la Continuidad Administrativa, salida del TSJ.

Son convocadas nuevas elecciones, por el chavismo Nicolás Maduro, por la oposición Henrique Capriles. Nicolás Maduro es investido de presidente, sin haberse separado del cargo. La Asamblea Nacional, en el 2015, es ganada con la tarjeta de la MUD.

Pero, el chavismo no sabe perder, no acepta la derrota con dignidad, ya lo había demostrado Hugo Chávez con la Alcaldía Mayor y con la Gobernación de Miranda, cuando monto en el parapeto del «protector de Miranda» a Elia Jaua contra Henrique Capriles.

De esta AN, después de Henry Ramos Allup, Julio Borges y Omar Barboza, aparece en la escena, con todos los macundales, el diputado Juan Guaidó, el cual asume como Presidente del Parlamento.

Meses después, el gobierno anunció su ANC, sin embargo, vino el otro momento de cuando esa constituyente adelantó las presidenciales, para la que participó Henri Falcón como candidato de un sector de la oposición, mientras que la mayoritaria se abstuvo; Copei no la tuvo toda a su favor, debido a que un sector no se ganó para la campaña; aparece el pastor Javier Bertucci.

El inquilino de Miraflores no reconoce a Guaidó como líder de la oposición mayoritaria, sino que se excusa en la que tiene a su servicio»

Maduro no aclaró su situación, sino que la ha empastelado, al extremo que Juan Guaidó y es reconocido por cientos del países en el mundo; el gobierno no tiene dinero, Pdvsa está literalmente quebrada; Maduro no cuenta con saldos a su favor, porque se ha empeñado en hacerse de enemigos en el mundo entero, los vecinos no le creen ni el Credo de rodilla, recibe a guerrilleros en Miraflores; la OEA en su contra en un contexto día a día más complejo, mientras Venezuela sigue exportando ciudadanos en la interminable diáspora.

Ya en la Casa Blanca no está el coco Donald Trump. Ahora está Joe Biden, quien pareciera que es más peligrosa que mona con hojilla; hoy le tienen una hoja de ruta montada, mientras siguen reconociendo a Juan Guaidó como presidente, quien tiene control de recursos financieros en el exterior, hecho que seguirá siendo así, si persiste el no reconocimiento de Guaidó, cuando ya era necesario que ambos se hubieran sentado a dialogar para buscar la salida.

No obstante, el inquilino de Miraflores no lo reconoce como líder de la oposición mayoritaria, sino que se excusa en la que tiene a su servicio, conformada por Bernabé Gutiérrez, Felipe Mujica, Javier Bertucci, Timoteo Zambrano, Claudio Fermín, Henri Falcón, Juan Carlos Alvarado, entre otros.

Pues, Maduro, quien tiene una medida de la justicia norteamericana, con un precio de 15 millones de dólares, un informe de la Alta Comisionada de la ONU y un caso pendiente en Corte Internacional de Justicia, se ve obligado a dialogar con Juan Guaidó, no con los cubanos, chinos, rusos, turcos o guerrilla; eso no cuenta. La fiesta la tiene aquí en el patio, donde se requieren alpargatas para el joropo que viene.

Se requieren parejas de buena presencia.

algrano.fs@gmail.com

Felix Sucre

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